¿Cuánto más puede caer la prima de riesgo?
Parece que fue hace mucho cuando la rentabilidad del bono español a diez años se situaba al borde del 7,7%. Era julio de 2012 y España acababa de pedir el rescate a la banca. Las perspectivas que manejaban las principales casas de análisis así como los organismos internacionales sobre el futuro de la economía española nada tenían que ver con las estimaciones de hoy en día, que apuntan a un crecimiento este año de entre el 2,5% y el 3%, por encima de la media europea.
Las reformas estructurales puestas en marcha para salir de la crisis y, sobre todo, el apoyo incondicional del BCE a los países de la zona euro, cuyo mejor reflejo ha sido la puesta en marcha el programa de compra de deuda pública, han permitido rebajar las tensiones. La rentabilidad del bono a diez años se sitúa en la actualidad en el 1,2%, acercando la prima de riesgo a los 100 puntos básicos, a gran distancia del escalofriante nivel de los 640 puntos que marcó en los momentos más críticos de la crisis de deuda.
La caída de las rentabilidades ha permitido a España recortar sus costes de financiación.Emisión a emisión, el Tesoro público ha revalidado sus mínimos históricos. El último de ellos, esta misma semana.El pasado martes España consiguió colarse en club de los países que emiten con tipos negativos después de colocar 725 millones de euros en letras a seis meses al -0,002%.Es decir, el Tesoro ya cobra por emitir deuda, al igual que otros países como Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Finlandia, Dinamarca, Suecia, Eslovaquia y Suiza.
Pero este no fue el único récord. Dos días después, el jueves, el organismo que preside Rosa María Sánchez-Yebra vendió bonos a 30 años al 2,068%.
La deuda en dólares, la opción más rentable
La alegría que vive el mercado de deuda pública encuentra también su continuación en la renta fija corporativa. La mejora de las condiciones de financiación ha llevado a muchas empresas a dar el salto al mercado de capitales, ahora que financiarse mediante bonos resulta mucho más barato que a través de créditos.En el primer trimestre del año, y según datos de BME, se admitieron a negociación de deuda corporativa efectuadas en la AIAF 56.860 millones, un 95% más que en 2014.Del total de esta deuda, 39.500 millones corresponden a bonos, y 9.800 millones a cédulas. Como ocurre con la deuda soberana, los tipos de la corporativa también han caído de forma considerable hasta niveles mínimos. Con este panorama, la inversión en renta fija se antoja complicada. Ante esta situación, Javier Domínguez recomienda añadir “un poco de pimienta” y entre sus opciones preferidas están la deuda corporativa denominada en dólares. Como ejemplo el experto propone bonos de Petrobras con vencimiento a tres años que ofrecen un 6,5%, bonos de Apple a ocho años que prometen un 2,5% o deuda subordina de Deustche Bank con vencimiento en febrero del 2025 y que ofrecen un 2,4%. En el caso de las empresas españolas, Domínguez se decanta por las emisiones de las autopistas Audasa y Aucalsa, que además de rentabilidades de entre el 3,7% y 2,7%, ofrecen una bonificación fiscal del 1,2%. Por su parte, Marian Fenández prefire emisiones relacionadas con la recuperación industrial y del consumo, así como las vinculadas a operaciones corporativas.
Los expertos se muestran unánimes a la hora de dar una explicación. La intervención del BCE en el mercado secundario de deuda es la razón que se encuentra detrás de este fenómeno y, según las previsiones que manejan, se prolongará en el tiempo. “El rally de los bonos periféricos continuará a pesar de los factores de riesgo, como por ejemplo la inestabilidad que proceda de Grecia o las elecciones de los próximos meses”, afirma Marian Fernández, analista de Andbank. Con vistas a medio plazo, la experta considera que la rentabilidad del bono a diez años podría situarse en el 0,9% en la recta final de 2015. Para el bund alemán, que en la actualidad permanece en el 0,16%, Fernández espera un ligero repunte hasta el 0,25%. No hay que olvidar, que la subida de tipos que se espera en EE UU en la segunda mitad del año contribuirá a elevar la rentabilidad de otros activos de deuda a largo plazo, no solo estadounidenses. Según estos objetivos de Andbank, la prima de riesgo española podría caer hasta el entorno de los 65 puntos básicos.
En la misma línea están las previsiones de Javier Domínguez, socio director de Auriga Bonos, que augura una rentabilidad para el bono español del 1%. El responsable de Auriga cree que la deuda a una década alemana continuará su tendencia bajistas hasta el 0,1%. “No veo al bono germano a diez años en tipos negativos”, apunta el experto. Según lo anterior, para estos datos, el diferencial entre España y Alemania quedaría fijado en los 90 puntos básicos, nivel que registró a comienzos de marzo.
Por su parte, Ignacio Victoriano, gestor de Renta 4, considera que el recorrido de la deuda alemana está prácticamente agotado. “El programa de compra de activos de Mario Draghi adquirirá la totalidad de las emisiones de Alemania y parte de la deuda que existe ya en circulación”, señala. A medida que avance el QE (su culminación está prevista para 2016), la curva entre la deuda española a una década y el bund alemán se irá estrechando poco a poco, pero Victoriano ve poco probable que la prima de riesgo caiga más allá de los 90 puntos.
Para la deuda española con vencimientos más cortos como 2017 o 2020, que cotiza en el 0,019% y el 0,5% respectivamente, el experto de Renta 4 vaticina una aproximación al 0%. En el caso de Alemania, donde la deuda a dos años está ya en el -0,27%, el gestor de renta fija considera que no tiene mucho sentido que profundice su caída ya que para eso, las entidades disponen de la posibilidad de depositar el dinero en la caja fuerte del BCE, algo por lo que están obligados a pagar un 0,2%. “En definitiva, lo que está provocando el Quantitative Easing es que el inversor normal haya sido expulsado del mercado de deuda”, concluye.
Desde que el pasado 9 de marzo Mario Draghi pusiera en marcha su plan para fortalecer la recuperación de la zona euro, el BCE ha adquirido 60.000 millones de euros en activos públicos y privados. En el caso de la deuda soberana española, el organismo encargado de la política monetaria de eurozona, a través del Banco de España, ha comprado 5.444 millones de euros, cantidad que se suma a los 11.063 millones de la deuda alemana, los 8.752 millones de la francesa y los 7.604 millones de la italiana.
Esta medida ha traído consigo un incremento de la liquidez ¿Dónde invertir ahora que las opciones de obtener rentabilidad se han estrechado? Esa es la pregunta que se plantean los grandes inversores. Como indica Domínguez, estos destinan una parte de sus recursos a activos alternativos que les permiten rentabilizar el dinero a cambio de asumir un riesgo mayor. El resto lo depositan en activos considerados refugio y es aquí donde la deuda pública cobra protagonismo.El experto considera que mientras cuenten con el paraguas del BCE, los tipos de interés permanecerán en los niveles actuales e incluso inferiores. Es lo que denomina una “japonización”. Hasta no hace mucho el activo refugio por excelencia era la deuda germana, pero en los últimos tiempos le han salido algunos competidores. Además de España, Portugal se ha unido al club de países con deuda soberana con intereses en negativo, aunque de momento solo para las obligaciones con vencimientos en octubre de 2015 y febrero de 2016.