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Los líderes empresariales también deben guardar las formas

La mala fama de los directivos empresariales entre sus círculos más cercanos se hace latente con demasiada frecuencia. Los buenos modales son tan necesarios que resultan decisivos para que estos líderes se mantengan siéndolo a largo plazo.

Directivo en posición de superioridad

En nuestra posición de líderes, nos sentimos estupendamente mostrando gestos de amabilidad con los demás de forma esporádica. Sin embargo, a nuestros compañeros de trabajo y miembros de la familia no les va tan bien. Las razones son muy diversas: damos por hecho y creemos que estarán encantados de todos modos, o tal vez la familiaridad y confianza suele engendrar irritabilidad.

Sea cual sea la causa, la insolencia arruina las relaciones con los círculos más cercanos. Y aún así, los directivos de negocios siguen teniendo muy mala fama entre su personal y compañeros porque no aciertan a entender que los buenos modales son importantes.

Hacer resurgir el respeto y la amabilidad podría suponer una verdadera transformación en el grado de compromiso de los empleados. Estos son algunos ejemplos que ponen de manifiesto la falta de respeto y cortesía por parte de muchos directivos empresariales:

Por supuesto, lo contrario de estas acciones son las pequeñas atenciones y gestos de amabilidad que transmiten un respeto hacia los demás, incitan al compromiso sincero con la empresa y, en última instancia, aumentan la credibilidad de los dirigentes cuando tienen que compartir algo de valor o importancia.

Adaptación del texto publicado por Dianna Booher en TLNT

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