La mejoría de Francia y Alemania impulsa las exportaciones
La dependencia comercial de la zona euro condiciona la mejor o peor evolución de las exportaciones españolas. El deterioro económico de Francia y Alemania en el segundo trimestre (la primera no creció y la segunda retrocedió tres décimas) fue determinante para que las exportaciones encadenaran tres meses consecutivos de caída y el déficit comercial se duplicara en un año. Esa tendencia de caída libre parece haberse frenado en el tercer trimestre. Las ventas de bienes crecieron un 9,6% anual, lo que supone el crecimiento más importante desde junio de 2013, cuando lo hicieron un 10,5%. Y lo que es más importante: por primera vez en algo más de un año, las exportaciones han crecido más que las importaciones, lo que servirá en el futuro, si finalmente se consolida esa tendencia, para frenar el deterioro de la balanza comercial.
La secretaría de Estado de Comercio justifica ese repunte por el dinamismo de Francia, que ha supuesto el 20% de ese crecimiento, gracias a los mayores pedidos ligados al sector de la automoción. En segundo y tercer lugar figuran Reino Unido y Estados Unidos, con una contribución del 10% cada una. En ambos casos, la depreciación del euro frente a la libra y el dólar ha sido fundamental para explicar el crecimiento de las ventas españolas a esos países. Un euro más débil abarata las exportaciones a países a otras zonas del mundo fuera de la zona euro y las hace más competitivas. El estudio de Economía constata que las exportaciones alemanas, la primera economía de la zona euro y la tercera más exportadora del mundo detrás de China y EE UU, fueron las que más crecieron entre los países que comparten la moneda única, al subir un 8,6% en septiembre. En total, la zona euro fue la responsable de la mitad del crecimiento de las exportaciones y Reino Unido y EE UU, de otra tercera parte.
Pero, pese a que las exportaciones crecen más que las importaciones, estas últimas siguen avanzando a un buen ritmo, lo que le sirve al Ejecutivo para garantizar que la recuperación de la demanda interna (consumo de los hogares e inversión empresarial) no se ha frenado, sino que sigue avanzando a buen ritmo. En septiembre subieron un 7,5%, 1,5 puntos más que la media acumulada entre enero y septiembre. La importante bajada del precio del crudo en los últimos meses ha empezado a tener reflejo en la partida de las importaciones. Las compras de productos energéticos han caído un 5,3% y las de no energéticos han subido un 11,1%, gracias al buen tono de la automoción, que creció un 27,6%.
En el acumulado del año, las exportaciones han crecido un 1,9% y las importaciones han subido un 6%, arrojando un déficit comercial de 18.854 millones, un 71,3% más que en el mismo período de 2013. Los datos de esos nueve meses muestran el repliegue de las empresas españolas hacia los socios tradicionales europeos, en gran medida por la carestía del euro frente al resto de divisas. Un fenómeno que, pese a la depreciación del euro, no se ha frenado sino que se ha acelerado en septiembre. La zona euro fue el destino del 49,9% de las exportaciones, porcentaje que se ha elevado dos puntos tan solo en septiembre.
El segundo año consecutivo con superávit corriente
El secretario de Comercio, Jaime García-Legaz, aseguró que España cerrará 2014 con el segundo déficit comercial más bajo desde 1971, fecha en la que se inicia la serie histórica. “España siempre ha tenido déficit comercial desde que existen registros. Aunque el año pasado el déficit fue el menor de toda la historia, el que se registre en 2014 no es elevado, al tiempo que irá acompañado de una tasa de cobertura (porcentaje de las importaciones que pueden pagarse con las exportaciones) cercana al 90 %, que es históricamente alta”, remarcó.
Del mismo modo, también dijo que tendrá superávit corriente en la balanza de pagos por segundo año consecutivo. En 2013 cerró con un superávit de un 1,5% del PIB y el cuadro macroeconómico incluido en el Programa de Estabilidad prevé que este año haya un 0,6%. Así lo señaló tras participar en la presentación del estudio España en la inversión directa internacional, editado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), tras apuntar que el buen comportamiento de la balanza de servicios servirá para compensar el vacilante comportamiento de la de bienes. Los últimos datos, correspondientes al segundo trimestre, muestran como el déficit comercial fue de 4.604 millones, mientras que el superávit de la balanza de servicios fue de 11.904 millones. Más del 80% de ese saldo positivo se debió a la buena evolución del turismo, que aporta 9.111 millones. Las perspectivas que maneja el Ejecutivo son que este año se superen ampliamente los 60,6 millones de visitantes extranjeros que llegaron el pasado año y que se puedan superar los 63 millones. Las expectativas para el gasto también son buenas en el que se esperan superar los 47.110 millones de 2013.
Cara y cruz del sector exterior en Cataluña
El proceso soberanista impulsado en Cataluña parece haber hecho mella en la atracción de inversión extranjera, pero no en los intercambios comerciales. Entre enero y septiembre, las exportaciones catalanas crecieron un 2,3% (cuatro décimas más que la media española) y rozaron los 45.000 millones, lo que supone el 25,1% del total. Todo lo contrario ha sucedido en la inversión extranjera. La estadística que elabora Economía muestra como desde el inicio de la crisis Cataluña ha atraído 18.509 millones de euros, alcanzando el máximo en 2010 con inversiones por valor de 4.825 millones. Y el mínimo, coincidiendo con el proceso soberanista, ha sido este año. En los seis primeros meses apenas han llegado 523 millones de euros, una cuarta parte de la media registrada en el período citado. ”Quizá la Generalitat de Cataluña tenga que hacer su reflexión”, apuntó el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.
El director del informe España en la Inversión Directa Internacional, Rafael Myro, incidió en la posición “destacada” de España en la inversión directa internacional, tanto como receptor como inversor de stocks, ya que representa el 2,8 % del PIB. Así aseguró que en los últimos 20 años España ha pasado de ser receptor neto de inversores a una situación de equilibrio y recalcó que la crisis no ha hecho caer los stocks de inversiones. También resaltó el salto “espectacular” de la inversión directa de España, con 2.300 empresas, 4.500 filiales en el exterior y el 41 % del total en la zona euro.