El BCE y la Fed empujan al euro a los 1,27 dólares a fin de año
Continúa la espera en los mercados de la reunión que mañana celebrará enFrancfort el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE). Los inversores se paralizan, en guardia ante las decisiones que pueda tomar el organismo presidido por Mario Draghi. Eso sí, solo con sus palabras hace dos semanas en JacksonHole, el italiano ha logrado que el euro caiga hasta los 1,31 dólares, su nivel más bajo desde septiembre del año pasado y lejos de los 1,39 de mayo. Una tendencia a la baja que, según los expertos, seguirá en los próximos meses y llevará a la moneda única hasta el nivel de los 1,27 dólares a final de año y a la zona de los 1,20 en 2015.
Enrique Díaz-Álvarez, director de estrategias de Ebury, explica que “la gran divergencia entre la evolución macroeconómica y las políticas monetarias entre la eurozona y EE UU continuará presionando el euro a la baja los próximos meses, situándolo probablemente alrededor del 1,27”. Los tipos de cambio dependen de las medidas aplicadas a ambos lados del Atlántico. Se espera que elBCE adopte medidas de estímulo, mientras que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) concluirá en octubre su programa de estímulos y afrontará la primera subida de tipos el próximo año.
“Parece inevitable que continúe el camino hacia la normalización de la política monetaria de la Fed”, aportaRodrigo García, analista de XTB, quien destaca que “el fuerte sentimiento albergado en el mercado de que eso ocurra lleva mandando presión compradora para el dólar frente a todas las divisas mundiales desde hace varios meses”.
Con estas perspectivas, los expertos consultados creen que el euro seguirá perdiendo posiciones frente al dólar. Pablo González, consejero delegado de Abaco Capital, cree que “el euro podría rebotar un poco en las próximas semanas, porque ha caído demasiado rápido, pero a medio–largo plazo seguimos pensando que caerá hasta los 1,20 dólares”. Más lejos va GoldmanSachs, que en un reciente informe augura la igualdad entre el euro y el dólar en 2017.
La depreciación del euro es un impulso para las exportaciones de las empresas europeas y, además, ayuda a combatir el escenario de baja inflación. Por eso, es uno de los objetivos prioritarios del BCE, que calcula que una depreciación del 10% del tipo de cambio efectivo supone entre 0,4 y 0,52 puntos más sobre la inflación.