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La UE, del revés

Europa sale magullada del voto del 25M

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Las elecciones al Parlamento Europeo del pasado domingo tal vez entren en esa categoría. No tanto por los resultados globales, que respondieron más a o menos a lo esperado, como por la sacudida que han supuesto en muchos países de la Unión y el golpazo que han dado a las dos familias políticas (conservadores, del PPE, y socialistas, de S&D) que dirigen las riendas del club casi desde su fundación en 1958.

La caída ha sido especialmente dura en Francia y Reino Unido, donde la extrema derecha de Marine Le Pen y los euroescépticos de Nigel Farage se han convertido en las fuerzas más votadas. Los euroescépticos también se han llevado uno de cada cuatro votos en Dinamarca y han aumentado su presencia desde Finlandia a Hungría.

La procedencia de los eurodiputados de PPE y S&D también ha variado, lo que modificará el tinte ideológico de ambas formaciones. Los populares obtienen 85 de sus 214 escaños en los 13 países de la ampliación, y la delegación polaca pasa a ser la segunda más numerosa, por detrás de la alemana. Los socialistas se mantienen fuertes en los 15 socios más veteranos de la UE, donde consiguen 141 de los 191 escaños, con Italia al frente (31); en el Este, solo logran una fuerte presencia en Rumanía.

En todo caso, el desgaste de los dos grandes grupos les obligará a apoyarse más que nunca entre sí para mantener el control. “Durante los próximos cinco años se institucionalizará la interdependencia entre PPE y S&D”, vaticina la consultora FleishmanHillard en su análisis sobre las octavas elecciones europeas.

Bruselas intentará recuperarel favor de la opinión pública, pero cada país defiendesus propias recetas

Algunos analistas, sin embargo, advierten contra la tentación de atrincherarse y tratar de superar la próxima legislatura (2014-2019) como si nada hubiera ocurrido. “La llamada de atención de los votantes reclama respuestas urgentes y una revisión completa de las prioridades de la UE”, recomienda la analista Shada Islam en su valoración para el centro de estudios Friends of Europe. Según Islam, la UE debe “cambiar el foco de la austeridad al empleo y el crecimiento y aprender a comunicarse mejor con el electorado”.

El martes pasado, en una cumbre europea convocada para analizar los resultados del 25M, los líderes de la UE ya acordaron que “ahora que la Unión emerge de la crisis financiera, hace falta una agenda positiva orientada hacia el crecimiento, la competitividad y el empleo”. Pero cada país interpreta esa reorientación de una manera. París no oculta su intención de relajar el control presupuestario; para Londres, la prioridad es renacionalizar competencias, y Berlín desea normas más estrictas que garanticen la disciplina económica. A pesar de esas diferencias, la canciller alemana, Angela Merkel, se mostró “convencida de que llegaremos a un acuerdo sobre el programa de trabajo para los próximos cinco años”.

La consultora FleishmanHillard prevé que esa nueva agenda vendrá marcada, con toda probabilidad, por una tendencia hacia el proteccionismo y el mayor control de las capitales en materias como la política de competencia. A nivel europeo, Bruselas podría apuntar hacia lo que la consultora califica como legislación “populista y orientada hacia el consumidor”, como las iniciativas para limitar la factura del roaming en la telefonía móvil.

Otra consultora, FTI Consulting, augura que “la subida de los partidos euroescépticos intensificará los debates sobre la reforma institucional de la Unión Europea”. La misma consultora anticipa dificultades para aprobar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el cual “ha sido objeto de críticas durante la campaña tanto por la derecha como por la izquierda”.

PP y PSOE se diluyen en el Parlamento Europeo

La influencia del PP y del PSOE en el Parlamento Europeo “se diluye” tras el 25M, según los analistas de la consultora FleishmanHillard. Los dos grandes partidos españoles se han visto sorprendidos por la irrupción de Podemos y la subida de partidos como UPyD, que han obtenido en total un tercio de los 54 escaños españoles.

El batacazo puede tener incluso consecuencias en el reparto de cargos en la UE. Y desde luego, hará más difícil que los populares (16 escaños más 1 de Unió) y los socialistas (14) obtengan cuotas de poder dentro de sus respectivas familias europeas.

La delegación encabezada por Miguel Arias Cañete aspiraba a convertirse en la segunda fuerza del Partido Popular Europeo, aprovechando la previsible caída de los conservadores franceses. Pero el PP se ha quedado con la mitad de escaños que la delegación alemana (34) y por detrás de la polaca y la francesa.

Los socialistas también esperaban un mejor resultado, e incluso contemplaban la posibilidad de que su número uno, Elena Valenciano, liderara el grupo socialista europeo. Pero con 14 escaños, la delegación del PSOE se ha quedado muy por detrás de la italiana (31), la alemana (27), la británica y la francesa (20 cada una) y la rumana (16).

Francia acapara el protagonismo tras las elecciones

Francia es la gran protagonista del paisaje después de la batalla electoral del 25 de mayo. El Frente Nacional de Marine Le Pen logró 24 escaños y pugna por crear un grupo propio en el Parlamento Europeo, aunque para ello necesita la ayuda de al menos seis partidos de países diferentes y de momento solo cuenta con cuatro. Le Pen ha provocado un seísmo en la política gala, en medio del cual vuelve a resurgir la figura de Nicolas Sarkozy. Algunas fuentes consideran que el expresidente francés intentará volver al Elíseo en las elecciones de 2017. A otras les llama la atención su gira europea (la semana pasada estuvo en Madrid), que podría perseguir un cargo en Bruselas.

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