El FMI eleva la previsión sobre España al 0,9% pero alerta sobre la deflación
La crisis de los emergentes y la situación en Ucrania, nuevos riesgos para la economía global Alerta al BCE de que sin tomar medidas corre el riesgo de incumplir su mandato
El FMI se suma a la mejora generalizada de perspectivas sobre la economía española. El organismo dirigido por Christine Lagarde ha elevado del 0,6% al 0,9% su previsión de aumento del PIB este año, que queda de este modo por encima de la del Gobierno, que está actualmente en el 0,7%. No obstante, desde el propio Ejecutivo se ha enviado el mensaje de que el cuadro macro contendrá una previsión del 1%, mientras el Banco de España maneja la cifra del 1,2%. Para 2015 el FMI espera que España crezca el 1%.
La mejora de tres décimas sobre la previsión de enero es una de las más abultadas que practica el FMI, junto con las cuatro décimas que mejora la expectativa para el Reino Unido, si bien en este caso la economía británica remontará hasta el 2,9%. Alemania sale bien en la foto, con una revisión al alza de dos décimas hasta el 1,7%, y Francia gana una hasta el 1%, solo una décima más que España. Italia no se beneficia de la mejora y se queda como estaba, en el 0,6%.
La zona euro crecerá un escaso 1,2% en 2014, frente al 2,2% de EE UU o el citado 2,9% británico. Pero es la primera vez en dos años que los países de la periferia europea registren crecimientos positivos, comenta Olivier Blanchard, economista jefe del FMI. Grecia crecerá un 0,6% (-3,9% este año), Portugal el 1,2% e Irlanda el 1,7%.
Destaca el fondo la fuerte reducción del ritmo de ajuste fiscal como fórmula para elevar el crecimiento en el área del euro, pero también que la sequía de crédito y la fragmentación bancaria seguirán pesando sobre el crecimiento y la demanda. Para 2015 el fondo ha detallado sus primeras previsiones: la zona euro crecerá un 1,5%, y España un 1%.
Más allá de la mejora para las economías desarrolladas, el FMI destaca también que la relación de riesgos ha mejorado, y el fondo contempla sorpresas positivas en países como Estados Unidos, Reino Unido o Alemania. La probabilidad de que la zona euro entre en recesión ha caído del 30% al 20%, según los cálculos del organismo. Destaca, eso sí, la probabilidad de deflación en la zona euro, especialmente en los países más vulnerables, que considera que están en la "zona de alto riesgo". España es el país donde la vulnerabilidad a la deflación es más elevada, según un gráfico que publica el fondo.
"La recuperación en el Sur de Europa no puede darse por descontada, especialmente si la inflación en la zona euro sigue baja o se torna en deflación, haciendo la tarea de recuperar la competitividad en el Sur aún más difícil, explica Olivier Blanchard. La perspectiva de IPC para España es del 0,3% a cierre de año, la más baja del mundo desarrollado a excepción de Grecia (-0,4%) y Suiza (-0,2%). Para el área euro la expectativa es de un más desahogado 0,9%.
Mejora en el dato de paro
Eso sí, la mejora de las perspectivas sobre España alcanza a los datos de paro. Ahora espera que el desempleo termine el año en el 25,5%, cuando en la previsión de octubre (en enero el FMI no dio detalles sore paro) preveía un 26,7%. La cifra de cierre de 2013 es el 26,4%, por lo que se espera que el paro baje casi un punto este año.
Las malas noticias se han trasladado a los mercados emergentes. Tras la tormenta financiera de enero, las previsiones de crecimiento para las economias en desarrollo se rebajan dos décimas de media. Especialmente severo es el FMI con Rusia, que baja a un 1,3% de crecimiento desde el 1,9% de enero a causa de la crisis ucraniana, o con Brasil, que crecerá un 1,8% frente al 2,3% previsto antes del temporal. México, eso sí, se salva, manteniendo su previsión en el 3%. Las expectativas bajan con fuerza también en África pero se mantienen sin cambios en China y el Sudeste asiático.
Junto al renovado riesgo político derivado de la crisis de Ucrania, el cambiante escenario que afrontan los emergentes es otro de los desafíos de la situación económica. La retirada de estímulos monetarios en EE UU y la mejora de las perspectivas de crecimiento en el muno desarrollado hacen que los inversores sean menos permisivos con los desequilibrios en estas economías, lo que ha endurecido las condiciones de financiación y abre la puerta a más sustos en estos mercados.
Toque de atención al BCE
Como consejos para la zona euro, el FMI insiste en que "se necesitaría una política monetaria más expansiva para que el BCE cumpliese su mandato de mantener la inflación por debajo, pero cercana, al 2%, y para estimular la demanda". También pide que se mantenga la "nuetralidad" en política fiscal, añadiendo que "el apoyo fiscal debería garantizarse en países con margen de maniobra donde persista el bajo crecimiento y se han agotado las opciones monetarias".
Asimismo urge una sólida ejecución de los test de estrés bancarios, y que la unión bancaria rompa el círculo vicioso entre banca y deuda soberana. Apunta también que un mayor ritmo de inversión en Alemania ayudaría a reducir los desequilibrios en la zona euro.