Nuevas soluciones tecnológicas para ahorrar
Plantas más sostenibles y con menor consumo energético
La depuración de las aguas residuales supone uno de los mayores retos medioambientales, y es en ese campo donde se centran buena parte de los esfuerzos de las empresas por desarrollar nuevas soluciones tecnológicas que permitan la utilización del agua con el menor coste posible, ya que el tratamiento de las aguas empleadas en la producción de bienes supone una elevada parte de la factura.
En este sentido, FCC Aqualia está implementando un sistema que mejora los procesos de eliminación de nitrógeno (necesario para evitar el desarrollo de las algas), que convencionalmente se utilizan en las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) y que conllevan un elevado consumo energético y alta generación de lodos.
El nuevo proceso, bautizado como ELAN (Eliminación Autótrofa de Nitrógeno), se ha probado ya tanto en la estación municipal de Vigo (Pontevedra) como en la de Guillarei (Pontevedra) para el tratamiento del escurrido del sistema de deshidratación de lodos digeridos, y sus buenos resultados han impulsado el desarrollo del proceso a escala industrial asociado al proceso de digestión anaerobia, lo que permite disminuir “drásticamente”, asegura Aqualia, los costes de explotación.
De hecho, en las próximas semanas se van a comenzar la obras de instalación de un piloto a escala real en la depuradora de Guillarei y en la de la empresa conservera Friscos.
Convertir en bioplásticos
Veolia está desarrollando una técnica que permite recuperar materia orgánica procedente de los efluentes de las plantas de tratamiento de aguas residuales y transformarla en bioplásticos.Se hacen ya bolígrafos o parachoques de automóviles.
Asimismo, hay que mencionar el proyecto Filene, en el que se han unido tres entidades –Likuid, Aqualia y la Universidad Complutense de Madrid (UCM)– para demostrar que la depuración anaerobia con membranas cerámicas resulta el proceso ideal para introducir los procesos anaerobios –se realizan en ausencia de oxígeno y permite la transformación de materia orgánica en bioenergía– en las industrias que generan vertidos de alta carga orgánica y que antes no podían optar a esta innovadora tecnología.
También Acciona está trabajando para reducir el consumo energético de las depuradoras y evitar la contaminación asociada. Así, la compañía se proclama pionera en el desarrollo e implantación de depuradoras “sostenibles” capaces de autoabastecerse energéticamente.
En este sentido, ha implantado en varias de sus plantas un proceso de “codigestión de fangos”, que trata de aprovechar los gases producidos por la descomposición de la materia que genera la depuración. Esta técnica es capaz de reducir significativamente las necesidades de consumo energético de la planta, pero no es suficiente para autoabastecerla, por eso, Acciona Agua apostó por dar un paso más y analizar la viabilidad de utilizar también, siguiendo el mismo principio, los residuos orgánicos de las industrias cercanas.
Tras las pruebas iniciales en la planta piloto de Alcantarilla (Murcia), la primera depuradora que Acciona convirtió en sostenible energéticamente fue la de Copero, en Sevilla, capaz de autoabastecerse de energía sin recurrir a la red eléctrica.
Otra perspectiva interesante es que, tras el proceso de descomposición anaerobia al que se someten los lodos, estos quedan descontaminados y enriquecidos, por lo que pueden ser empleados como fertilizantes de gran calidad.
Otra de las iniciativas punteras de esta compañía es el proyecto de investigación Ofrea, destinado a aumentar el porcentaje de aguas residuales reutilizadas en áreas donde la elevada salinidad del agua depurada limita sus usos, tal como ocurre, sobre todo, en zonas costeras.
Duplicar la capacidad de depuración
En materia de agua, General Electric (GE) participa con tecnología de última generación en más de 120 plantas de tratamiento en España y Portugal. Es el caso de la planta ubicada en el complejo industrial de Procavi, que aprovecha la tecnología LEAP de GE para duplicar la producción de agua depurada. LEAP es una nueva tecnología de biorreactor de membrana (MBR), que es un proceso de depuración por el que los sólidos en suspensión y los microorganismos son separados del agua tratada mediante ultrafiltración. También el Ayuntamiento de Ávila eligió la tecnología de GE para actualizar una de sus plantas de tratamiento de aguas residuales, duplicar la cantidad de agua tratada, además de adaptarse a las nuevas normas de extracción de nutrientes.A esto hay que añadir que GE ha puesto en marcha, entre otros proyectos, en Abrera (Barcelona) la mayor planta desaladora del mundo que utiliza la tecnología de electrodiálisis reversible (EDR), que está presente también en más de 30 instalaciones en las islas Canarias.