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Tribuna
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Buenos ejemplos

En el discurso, la gran mayoría de las empresas comparte que deben asumir seriamente el tema de la responsabilidad social corporativa (RSC). En la práctica, están las que buscan cómo hacerlo y las que hacen muy poco.

Un editorial de The New York Times (del 2 de diciembre pasado) destaca el ejemplo de una prominente empresa sueca de ropa, H&M. Esa industria ha sido objeto de fuertes criticas. Se han sucedido las pérdidas de vidas de obreros, en Bangladés, segundo productor mundial, por falta de inversión minima en seguridad. Las empresas textiles locales pagan 39 dolares por mes, lo que condena a pobreza extrema a su personal. Ha habido fuertes protestas.

H&M anunció que quiere asegurar que todos los trabajadores que intervienen en la fabricación de sus prendas reciban un salario decente. Declaró que está cansada de esperar que el Gobierno actúe. Y que está dispuesta a pagar más a los contratistas locales para que suban los salarios. Proyecta extender el programa para2018 a750 fabricas que emplean 850.000 trabajadores (el 60% de su producción total).

The New York Times contrasta: “Muchos de los trabajadores que producen ropa para empresas occidentales en países como Bangladés y Camboya, donde H&M proyecta comenzar, ganan demasiado poco para cubrir siquiera las necesidades más básicas de la vida. A pesar de ello, la mayoría de las empresas americanas y europeas que hacen negocios en esos lugares eligieron mirar para otro lado o culpar a los Gobiernos”.

La FAOresalta en su Informe 2013 otro caso ejemplar, la alianza Grameen-Danone. El grupo Danone y el banco de los pobres de Mu_hammad Yunus acordaron por iniciativa de Yunus producir un yogur con el 30% de la ingesta de zinc, hierro, vitamina A y yodo que necesitan los niños pobres de Bangladés a un precio mínimo. Un 30,7% de los niños del mundo tienen déficit de vitamina A. Ello afecta al sistema visual. A un 47,6% le falta hierro, y ello genera anemia y afecta el desarrollo cognitivo. El 30,3% tiene deficiencia en yodo, que impacta el funcionamiento mental.

Si se multiplicaran iniciativas como esta, que ayuden a políticas públicas adecuadas, se bajaría la inaceptable cifra de que 165 millones de niños tengan retrasos de crecimiento por desnutrición.

Hacer RSC a fondo será la manera de contestar desde las empresas a la llamada del Papa en su reciente documento Evangeli gauidium, donde señala que “la necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar”.

 Directivo del Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria

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