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Tribuna
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Los 'polímatas' del siglo XXI

El imparable desarrollo de la tecnología, la globalización y los nuevos entornos colaborativos virtuales están dando lugar a modos de trabajar distintos, a nuevas culturas corporativas y a un mundo interconectado, que permite desarrollar la labor profesional, sin importar la localización o el tipo de dispositivo desde el que se realice. La explosión de las redes sociales, y su influencia en la sociedad, está modificando nuestra forma de aprender y de trabajar en ella. Fruto de este cambio, cada día adquiere más relevancia el empleado del conocimiento y la innovación, el denominado Knowmad o polímata, aquel profesional que supera la necesidad de la especialización, y que con toda la información disponible es capaz de generar conocimiento para el cambio productivo.

La Real Academia Española define la polimatía como “la sabiduría que abarca conocimientos diversos”. El origen de la palabra se remonta a los filósofos griegos, grandes eruditos en varios campos de la sabiduría clásica, y en particular al griego Alexander Polyhistor que recibe el sobrenombre de polímata. Una de las figuras que nos viene a la mente al evocar el hombre del renacimiento es la de Leonardo Da Vinci, el polímata por excelencia y el más conocido de todos los tiempos cuyos trabajos abarcaron múltiples disciplinas que fueron desde la pintura, hasta el desarrollo urbanístico, pasando por la medicina, botánica, filosofía, escultura, etc.

Los avances científicos e industriales del siglo XIX y principios del XX impulsaron la especialización del hombre. En este periodo ya no hay capacidad para aprehender todo el saber conocido. Los sistemas educativos se universalizan estableciendo una base de conocimientos generales básicos y empujando a los formados hacia una especialización orientada al mundo laboral. A finales del siglo XX con el establecimiento y consolidación de la Era de la Información se alcanza el nivel máximo en la especialización laboral y la recuperación y almacenamiento de los datos. La información generada por sí sola no aporta valor dentro de una organización sino que es necesario utilizarla para crear, adquirir y transferir conocimiento. Además, debe permitir y potenciar el cambio en las organizaciones. De este modo, entramos en la Era del Conocimiento que difiere de la de la Información, en la necesidad de proporcionar valor a toda la información recogida. Los protagonistas de esta nueva era, los knowmads, son personas que superan la necesidad de la especialización, y que, con toda la información disponible, tienen la capacidad de generar conocimiento para el cambio productivo.

Las nuevas cualidades que definen a los knowmads vienen acompañadas de la evolución que están viviendo las compañías. Hasta hace muy poco, las organizaciones buscaban personas con un conocimiento requerido para un determinado puesto. En la actualidad demandan profesionales que destaquen por su capacidad de aprendizaje para adaptarse a puestos que están en continua redefinición de sus funciones. Además, las compañías cada vez están menos jerarquizadas, lo que está dando lugar a que el empleado que espera crecer verticalmente dentro de la organización, se encuentre más incómodo y frustrado al no ver cumplidas sus expectativas. Frente a este empleado de perfil más conservador, nos encontramos al que es capaz de considerar el crecimiento transversal de su carrera profesional, adquiriendo nuevos conocimientos y habilidades dentro de la organización.

El empleado del siglo XXI debe coaligar un crecimiento multidisciplinar potenciando su capacidad de adaptación al cambio, su empleabilidad, polivalencia así como su vocación de servicio al cliente. En esta línea, los nuevos modelos de cultura laboral están provocando que impere el trabajo individual sobre el grupal, y que los directores y managers tengan que profesionalizarse en la dirección de equipos virtuales. Cuando hablamos de trabajo en equipo, del modo que tradicionalmente se entiende, debemos ser conscientes de que está desapareciendo. Hoy en día, la mayoría de los empleados trabajan individualmente sin importar su ubicación. Pueden conectarse desde su casa, aeropuerto o sala de espera a su oficina y hablar con su responsable vía internet para definir los siguientes pasos de su proyecto e incluso valorar su desempeño profesional. Estas nuevas situaciones están dando lugar a una transformación en las empresas y en los criterios que valoran a la hora de reclutar a sus equipos.

Alfonso Mazariegos es consultor HR de Meta4

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