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Hoy no se fia, mañana si.

La posibilidad de un inicio de "tapering" en diciembre se abre paso entre el mercado, pero sin plenas convicciones. Tras el dato, publicado el viernes, de empleo del mes de septiembre (en realidad con más sombras que luces y que debería ser interpretado como una razón para posponerlo "sine die") en EEUU, ha aumentado el "temor" (el mismo que les hizo pensar en septiembre) de que el inicio del fin del QE-3 está cerca.

Según algunos analistas hay un 20% de probabilidad de que la FED comience con el tapering en diciembre, un 20% enero, un 30% marzo y un 30% más tarde de marzo. Antes del viernes, otorgaban un 5% de posibilidades al comienzo del tapering en diciembre, un 25% enero, un 35% marzo y un 35% a partir de marzo. Las declaraciones de varios miembros de la FED éstos días en el sentido de que las medidas no podían durar para siempre han sembrado ese "temor".

No obstante, la FED continúa con su doble lenguaje. Hace unos días Kocherlakota (FED de Mineapolis) indicaba que la baja inflación daba espacio a la FED aunque "recortar los estímulos podría no ser una mala idea" (pero, curiosamente, se mostraba partidario de dar un mensaje de tipos bajos hasta que la tasa de paro alcance el 5,5%, frente al objetivo actual del 6,5%) y Lockhart (FED de Atlanta) añadía que la economía americana muestra signos mixtos (entre ellos lento crecimiento) e indicó que las discusiones sobre el "tapering" podrían empezar en diciembre pero le "gustaría ver una inflación más alta" (en el entorno del 2%).

No tenemos nada, más bien el interminable "Hoy no se fía, mañana sí." que colgaban los tenderos en sus locales con el objetivo de no dar crédito nunca. Recordemos que en febrero de 2010 Bullard (FED de San Luis) nos avisaba de que los activos comprados con el QE-1 se venderían a fínales del 2010 [1], pero lo que realmente tuvimos a finales de año fue un nuevo QE. Nuevas compras de activos (no ventas) y que en un alarde de ingenio (solo comparable a la efectividad de sus medidas) se llamó QE-2. Ya vamos por el QE-3 (o QE-4 si contamos como uno nuevo el aumento del importe de compras de activos de finales de 2012 cuando venció la Operación Twist).

Ya empiezan a verse síntomas de agotamiento: tras 7 años de políticas de encubrimiento, los americanos empiezan a ver el lado oscuro de sus absurdas políticas de QE's, (resulta interesante leer el artículo Andrew Huszar, ex-funcionario de la Fed, en el WSJ [2] el pasado 11 de noviembre).

No hay plan de salida, solo la táctica de la zanahoria en un palo, delante de la cabeza del burro: una promesa que nunca se cumplirá, pues se aleja a la misma velocidad con la que avanzamos hacia ella.

Toda la crisis se resume en que tenemos unos

Refinanciar las deuda incobrables, ocultar un problema de solvencia del sistema con nueva deuda (que tiene una probabilidad de pago inferior a la inicial), enmascarar las pérdidas latentes del sector financiero en múltiples artificios contables (el último de ellos presumiblemente se aprobará mañana en el Consejo de Ministros) no es inteligente. Esperar que el simple paso del tiempo lo solucione todo puede ser muy caro.

Reestructurar el sistema financiero, reformar las economía enganchadas al “poder” de la deuda (para hacerlas más ahorradoras), empezar a hablar de quitas, aceptar los errores cometidos, en definitiva aceptar la realidad y reconstruir desde ésta la economía (aunque sea sobre los escombros que ella dejará a su paso) son pasos para empezar a resolver definitivamente el tema.

Palabras como deflación, quitas, reformas, recortes del Estado de Bienestar, hasta ahora anatemas en una economia inflada por el "poder" del constante endeudamiento, habrán de ser más habituales. A las élites parecen gustarles solo las dos últimas. Las clases medias van a tener que imponer, a cambio, las dos primeras, dado que servirán para aliviar unos salarios a la baja (así, inteligentemente, parecen haberlo entendido los trabajadores de Panrico cuando exigen a la empresa una bajada del precio del popular donut, a cambio de la rebaja salarial) y unos servicios públicos más pequeños (esperemos que más eficientes).

En medio de todo ello temas como el ahorro versus consumo. Economia real versus economia financiera.

NOTAS:

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