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Recorta el valor de la marca a 100 millones, frente a los 340 millones que aparecen en el balance

Deloitte descubre dos patrulleras y un yate de lujo propiedad de Pescanova

Valora el activo total en 2.007 millones y los créditos concursales en 3.674 millones Establece que el agujero patrimonial de la compañía asciende a 1.677 millones 28 fondos de inversión se han interesado ya por comprar la empresa o sus filiales Desvela que el 80% de las ventas de 2012 eran ficticias

Factoría del grupo Pescanova.
Factoría del grupo Pescanova.MIGUEL VIDAL (REUTERS)

Golpe significativo al valor del grupo Pescanova y, por tanto, a su activo. El grupo Deloitte, administrador concursal elegido por la CNMV para reconducir la situación de la compañía ha otorgado un valor de entre 85 y 100 millones de euros a la marca comercial y logo de Pescanova. En la parte alta de la horquilla, esta valoración viene a aflorar un recorte en el teórico valor de la marca de 240 millones de euros, dado que el anterior equipo gestor, liderado por Manuel Fernández de Sousa, valoró la enseña en 340 millones de euros.

Deloitte asegura no estar de acuerdo para nada con esa cifra, dado que a pesar de que se hizo en base a un estudio formulado por dos expertos independientes en abril de 2013, su elaboración y conclusiones no cumplían con las principios y normas contables generalmente aceptados. 

En paralelo, Deloitte en su informe remitido al juez del concurso de acreedores sobre la situación real de la empresa el pasado 2 de septiembre y al que ha accedido Cinco Días, establece un valor para toda la red de filiales de la multinacional de 276 millones de euros. Si bien, Deloitte precisa que esta valoración se puede ver afectada a la vista de que hay múltiples elementos que podrían afectar finalmente al valor de las empresas en un contexto de crisis como el actual, a la vista de que la empresa tendrá que vender activos de forma forzada y en virtud de que finalmente una contabilidad más precisa aconseje modificar el valor de las filiales.

Como conclusión más significativa, Deloitte establece que el activo global de Pescanova se sitúa en la actualidad en su máximo rango de valoración en 2.007 millones de euros, cifra que opone a una deuda financiera y con acreedores comerciales de 3.674 millones de euros. Lo que produce que la foto fija de la compañía arroje en estos momentos un agujero contable de 1.667 millones de euros.

Viabilidad futura

Deloitte asegura en su informe que hasta el momento no ha recibido para su evaluación ninguna propuesta de convenio u "otro tipo de propuesta que considere la viabilidad patrimonial de la sociedad o la de su grupo".

Si bien asegura que  existe interés por parte de la banca acreedora de contribuir a la viabilidad de la compañía "como se ha demostrado con la entrega del crédito sindicado de 56 millones y la contratación de un asesor independiente que elabore y revise un plan de viabilidad.

Además, subraya que hasta el momento ha recibido muestras de interés por parte de 28 fondos de inversión nacionales e internacionales  por adquirir tanto el grupo en su conjunto como tomar participaciones en sociedades específicas.

En este contexto, Deloitte asegura que ahora espera recibir y evaluar propuestas de convenio para la sociedad y en su defecto "propuestas que en liquidación, supongan una solución conjunta para la concursada y las empresas de su grupo

Entre los activos Deloitte ha aflorado la propiedad de dos lanchas patrulleras modelo Rodman, similares a las que usa la Guardia Civil, no utilizadas hasta ahora y varadas en las instalaciones del propio fabricante, valoradas en 2,5 millones de euros. Además ha identificado la propiedad de un yate de 19 metros de eslora, con capacidad para 12 tripulantes. Su precio de mercado, debido a su antigüedad es de 108.000 euros. El barco se ha localizado en un amarre de un puerto deportivo en las cercanías de Vigo valorado a su vez en 141.000 euros.

Ventas ficticias

Por otro lado Pescanova declaró en los años 2011 y 2012 unas ventas de 625,84 y 703,34 millones de euros, de las que el 77% y el 80%, respectivamente, eran ficticias, es decir se realizaron con sociedades instrumentales con el objetivo de lograr financiación mediante el descuento de facturas en los bancos.

En el texto se indica que en esos dos años Pescanova simuló haber obtenido un total de ventas de 1.047 millones y lo comunicó como reales a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el supervisor bursátil.

Según el informe, ésta era una práctica de la empresa gallega, por la que usaba sociedades sin vinculación aparente ni estructura suficiente para llevar a cabo una actividad comercial relevante, pero en muchos casos dependían plenamente de Pescanova. Según esta operativa, la sociedad pesquera les emitía facturas que posteriormente eran presentadas al descuento en entidades financieras previa contrapartida de dejar en cuenta depósitos en efectivo.

Toda esta operativa se realizaba con una serie de transacciones en las que “no existía traspaso de mercancía real”, por lo que además de generar financiación bancaria, también se crearon en los últimos ejercicios resultados no reales en los registros contables de la sociedad. Deloitte explica que en el ejercicio 2013 la sociedad empezó a contabilizar ventas, compras y devoluciones de ventas con estas sociedades instrumentales con el objetivo de revertir el impacto en cuentas a cobrar de estas operaciones en ejercicios anteriores, que arrojaban un efecto total de gasto con estas sociedades por importe próximo a los 350 millones euros.

En su informe Deloitte subraya la existencia de un número de empresas que, si bien las sociedades del Grupo Pescanova no tienen participación sobre las mismas, sí existe un control por su parte en la toma de decisiones.

Son los casos de Segrupsa Ltda., Acuarios Tropicales (Acuatrop), Agrigov, Barnapoin, Delfobic, Globalgreen, Kianby, Koladlil, Nirvain, Quirken, Rixpower, Semilleros de Salado (Semidelsa), Voire, Warsou, Yubitle, Pacifclogistic, Tamarix y Fundación Pescanova (Fundanova).

Deloitte alude al informe de KPMG que cifra en 151 las filiales que conforman el Grupo Pescanova y subraya la existencia de cinco sociedades filiales que no fueron consolidadas hasta la presentación de los estados financieros consolidados de 2012 (Efripel, American Shipping, Antartic Sea Fisheries, Medosan y Porvenir).

Deterioro

El informe  establece que la principal razón del deterioro de la situación patrimonial de Pescanova deviene de las necesidades de financiación que requería su creciente apuesta expansiva por negocios de acuicultura de lento retorno y maduración, que levantó con una inversión acumulada, desde 2003 hasta abril de 2013, de 833 millones.

Establece que la empresa acudía a financiar esas necesidades con apelaciones a instrumentos financieros a corto plazo con un coste más elevado que deuda a largo plazo. Esta financiación a corto se obtenía "mediante prácticas en parte irregulares y mantenidas además fuera de los balances reportados en la contabilidad oficial". Derivado de ello la empresa generaba una cantidad ingente de gastos financieros parte de los cuales los ocultaba. En concreto, en 2012 reconoció en sus estados financieros unos gastos de 103,9 millones y ocultó otros gastos financieros adicionales de 82,9 millones. "La acumulación de gastos financieros, asegura el informe concursal de Deloitte, en los últimos ejercicios no sólo es la consecuencia de una estructura de deuda excesiva e ineficiente sino que también son la causa de parte del ingente volumen de deuda al financiarse su pago con más deuda en un mecanismo que funcionaría de manera análoga a los sistemas piramidales de financiación".  

Deloitte asegura que ese crecimiento de la financiación llevó a que el volumen de la deuda financiera de la concursada llegara, en fechas previas a la solicitud de declaración de concurso a algo más de 2.200 millones, la cual no podía se atendida ni por el flujo de caja operativo de la sociedad ni por los flujos obtenidos por sus filiales.

Estas situación, concluye, el administrador concursal se fue agravando gradualmente "con una deuda que crecía y unos mercados que cortaban la disponibilidad de crédito por el mantenimiento de la crisis en los mercados financieros internacionales y por el impacto adicional del recorte de límites de disponibilidad de financiación causada por la reducción del número de entidades tras el proceso de concentración bancaria en España que generó que las entidades resultantes tendieran a reducir el riesgo que tenían concentrado en la cuenta de Pescanova.

"Todo este conjunto hizo que la dimensión del problema se hiciera demasiado grande y provocó que la concursada se viera en el límite de la incapacidad de atender necesidades operativas y ordinarias relevantes de su actividad, desencadenando con mucha rapidez la necesidad de solicitud de concurso", concluye el informe.

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