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Columna
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Último ajuste de la deuda en Grecia

Grecia necesita un nuevo acuerdo sobre su deuda. La política actual de la zona euro de ofrecer un modesto alivio a cambio de un buen comportamiento no está funcionando, la deuda ahoga la economía y hace que la austeridad sea insostenible.

El último episodio de la reestructuración de la deuda helena, el pasado diciembre, fue mejor de lo que los observadores esperaban. Tras forzar una quita para los acreedores privados a principios de año, los prestamistas oficiales de Atenas acordaron autorizar una prórroga y reducir los intereses. De acuerdo con este pacto, el país llevaría a cabo más recortes una vez recuperado el equilibrio entre ingresos y gastos, excluyendo los costes de los intereses. En ese momento se estimó que la deuda pública griega alcanzaría su pico en un alto pero manejable nivel del 124% del PIB en 2020.

Ocho meses después, este frágil pacto ha resultado insostenible. En Grecia, el consenso para la reforma se está colapsando a causa de la recesión, y no puede hacer más que empeorar con los futuros despidos en el sector público. La rentabilidad de los bonos helenos sigue alrededor del 10%, lo que demuestra que la promesa de la futura reducción de la deuda es muy vaga como para que los mercados la tengan en cuenta. Además, perjudica a la confianza y la economía.

Ocho meses después del último pacto sobre la deuda helena, el acuerdo ha resultado ser insostenible

Al país se le debería ofrecer un recorte de su deuda de una forma clara y más rápida –hasta, por ejemplo, el 50% de los préstamos de rescate de la zona euro– una vez que alcance ciertos requisitos, como las normas internacionales de cumplimiento fiscal o las reformas bancarias.

Algunos prestamistas europeos podrán oponerse a lo que parece ser una transferencia fiscal. Eso sería un error. Un programa más creíble permitirá a Grecia devolver más rápido la deuda restante, lo que compensará la pérdida a causa de los recortes. Por otra parte, el conjunto de Europa se benefició del plan de rescate de 2010, lo que evitó un colapso sistémico.

Existe el riesgo de que otros países en crisis como Irlanda, Portugal e Italia exian el mismo tratamiento. Pero la situación de Grecia es única. En cualquier caso, la zona euro debe darse cuenta de que la devolución de la deuda y resolver la crisis no son lo mismo.

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