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En portada

Las diez catedrales del buceo

España entra en los destinos top del buceo mundial. En 2012, más de dos millones de extranjeros visitaron la costa para practicar submarinismo

Buceadores fotografían un mero en Columbretes.
Buceadores fotografían un mero en Columbretes.

España ha conseguido colarse en el mapa de los destinos de buceo preferidos del mundo. “En apenas cinco años esta actividad deportiva se ha multiplicado por dos”, asegura Rafael Moreno, gerente de la Red de Estaciones Náuticas. Alemanes, franceses, británicos y nórdicos son los principales fans de estos paraísos sumergidos, que también han conseguido atrapar a los españoles.

Según la Secretaría de Estado de Turismo, el año pasado más de dos millones de extranjeros vinieron a España para practicar buceo, pero también windsurf o pesca, dejándose más de 2.120 millones de euros. La mayoría de las agencias de viajes online, entre ellas Rumbo y Muchoviaje, incluyen en su oferta salidas para practicar este deporte.

El instructor Javier Fernández Lescur sostiene que bucear no es peligroso, si se adecúa la inmersión a la experiencia de cada individuo, y recuerda una regla de oro: nunca hacerlo solo.

CEUTA

Dice Rafael Moreno que “Ceuta es el destino de buceo más exótico de España”. Desconocido para muchos, la confluencia de las aguas del Mediterráneo y del Atlántico, sus corrientes y el fondo marino despliegan a lo largo de 20 kilómetros de ese pedazo de costa africana una selecta representación de vida submarina. Gorgonias Paramuricea clavata, laminarias o algas verdes de metros, orcas y ballenas son algunas de las especies de esta zona –una de las áreas vírgenes de España– recomendada solo para los más expertos.

Entre las inmersiones más atractivas destacan el Ciclón de Tierra, el Ciclón de Fuera –plagado de peces limón, brótolas o el inaccesible erizo Centrostephanus–, y la Cueva del Coral Rojo. Un espectáculo.

Un instructor aconseja tener siempre presente la regla de oro del buceo: nunca se debe practicar en solitario

GRAN CANARIA

El puerto de Mogán es considerado “la meca de los especialistas del buceo”, según cuenta Georg Wolf, gerente del centro de buceo Extradivers Gran Canaria. Los seis barcos hundidos que yacen en la zona son visitados cada año por multitud de turistas, que además buscan especies como rayas y mantas. De aguas cristalinas (que permiten ver a 40 metros de profundidad), crustáceos, moluscos y peces, como roncadores, fulas, bogas, bicudas, peces trompeta, morenas y angelotes, son especies habituales.

Según los expertos, la Reserva Marina El Cabrón es también una visita obligada en este edén que, además, cuenta con la Estación Náutica de Gran Canaria.

CABO DE PALOS e ISLAS HORMIGAS

Es un reclamo por su riqueza biológica, los fondos marinos y el clima, que permite bucear todo el año. Área especialmente protegida de importancia para el Mediterráneo, esta reserva cuenta con paisajes que combinan posidonia, bloques rocosos y coralígeno, sobre todo en la zona Bajo de Dentro y Las Agujas. Al norte, en Roca Partida, los visitantes pueden bucear entre morenas, rascacios, corvinas y alguna que otra águila marina. Todo un privilegio.

Asimismo, los restos del llamado el Titanic del Mediterráneo, El Sirio, que naufragó a principios del siglo XX con 400 pasajeros a bordo, en el Bajo de Fuera, y el carguero a vapor S.S. Stanfield, que fue hundido por un submarino alemán durante la Primera Guerra Mundial, son también un potente gancho.

ISLAS COLUMBRETES

Cuentan que este pequeño archipiélago frente a Castellón fue refugio de piratas. Y debe de ser verdad porque, al encontrarse a 28 millas de la costa, solo se puede acceder a él con una buena embarcación. A 80 metros de profundidad abundan langostas gigantes, meros y arbustos como el margalló, llentiscle y l’arítjol. Las inmersiones a La Ferrera SE, el Bajo Piedra Joaquín o Columbrete Grande son algunas de las favoritas.

A no más de 25 metros se pueden ver corvallos, escórporas o morenas en La Ferrera; dentones, reyezuelos y tres colas, en la cordillera, Bajo Piedra Joaquín, y doncellas o tordos y falso coral en Columbrete Grande. Cerca está la estación náutica de Benicarló-Peñíscola.

EL HIERRO

Mausoleo del buceo español, esta isla volcánica, Reserva de la Biosfera, es un imán para submarinistas de todo el mundo pese a la erupción de 2012. A la cabeza en inmersiones, La Restinga, también conocida como Mar de las Calmas, es famosa por sus cuevas y sierras subacuáticas.

El Bajón es la inmersión estrella pese a su dificultad. A 300 metros de la costa, en este macizo montañoso se puede bucear con mantas, bicudas, chopas y medregales; en La Herradura, con peces trompeta y muriones, mientras que El Desierto destaca por el conocido mero Pancho, que ha acompañado durante años a los buceadores.

ISLAS MEDAS

Grutas impresionantes llenas de coral rojo, paredes cubiertas de gorgonias y peces de gran tamaño son algunos de los atractivos de la reserva marina Islas Medas, un archipiélago de siete islas e islotes a una milla de la costa de l’Estartit (Gerona). Su cercanía a la desembocadura del río Ter, las corrientes del norte y su compleja geología propician praderas de posidonia, coralígeno, grandes paredes, túneles cársticos, etc. Tascons, La Cova del Dolfi, el Túnel de la Vaca o Pedra de Déu son puntos muy apreciados de esta zona, donde también hay una estación náutica. Cabo de Creus es otro de los lugares más valorados por los entendidos.

CABO DE GATA

Es uno de los destinos más hippies de Europa. A menos de una milla de la costa, la Piedra de los Meros (frente a la Isleta del Moro), una laja rocosa con 45 metros de altura, está plagada de paredes verticales y grietas donde se refugian abadejos, morenas y enormes congrios y nacras y clavelinas. En este lugar los turistas bucean junto a pulpos, corvallos y, a veces, junto a peces luna y águilas de mar. En Carboneras, el cráter de San Andrés, donde se encuentran los restos de un bombardero inglés de la Segunda Guerra Mundial, es otro de los atractivos de este parque natural.

MENORCA

La Cueva de Es Pont d’en Gil tiene fama internacional por sus grutas submarinas. Una larga lengua de tierra, al sur del Cap de Menorca, bajo cuya punta se abre un puente natural que permite el paso de embarcaciones. Esta cueva, que se adentra más de 200 metros hacia tierra, permite el acceso a varios sifones submarinos y a varias cámaras aéreas, donde se puede disfrutar de estalactitas, estalagmitas y columnas iluminadas por la luz exterior.

Cala Rafalet, en la costa sur, la cueva Bonica o la Reserva Marina de la Costa del Norte, donde habitan peces martillo, coral rojo, así como 628 especies de algas, peces y moluscos, son muy recomendables para hacer inmersiones en esta isla, que cuenta con una estación náutica. En Baleares, la isla de la Cabrera también es considerada un destino top.

ISLAS CÍES

Un edén sumergido. Así lo llaman muchos de los visitantes que conocen sus profundidades. Este archipiélago, formado por Monteagudo, Montefaro y la isla de San Martiño, es, junto a La Cabrera, el parque nacional español con mayor espacio protegido bajo las aguas (85%). Bosques de quelpos, arrecifes, lagunas, crustáceos, peces o reptiles marinos como el delfín mular, marsopas o tortugas laúd son solo algunas de las especies habituales.

En el bajo de Biduídos esperan impresionantes cañones, corales y bancos de peces. En Forcados, paredes verticales cubiertas de gorgonias, bosques de laminarias, concentraciones de espirógrafos, así como maragotas, serranos, pulpos y bancos de jureles forman parte de la flora y fauna de esta joya de las Rías Bajas.

LANZAROTE

La isla de los mil volcanes prolonga su paisaje de lava negra debajo de las aguas. Al norte, el archipiélago Chihijo, la playa de Famara y Costa Teguise son inmersiones conocidas internacionalmente, así como la isla de la Graciosa, la reserva marina más grande de Europa. Ya en el sur, Risco Negro, un arrecife de origen volcánico plagado de orificios y bandejas de piedra, es explorado por todo tipo de buceadores.

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