Consejos para contratar un plan de pensiones
El reclamo más atractivo es sin duda su tratamiento fiscal Es importante atender a la situación personal de cada inversor
Bancos y aseguradoras cuentan con una gama de sugerentes cartas a la hora de ofertar un plan de pensiones: beneficios fiscales, expectativas de rentabilidad, regalos “gancho”... Ante el debilitamiento del sistema público (la futura reforma prevé un recorte para las pensiones nuevas que rondaría el 5% cada 10 años), la mirada se vuelve hacia estos productos de ahorro privado. Ésta es una guía práctica de consejos a tener en cuenta antes de escoger.
P ¿Cómo tributan los planes de pensiones?
R El reclamo más atractivo es sin duda su tratamiento fiscal. Son, junto a los planes de previsión asegurados (PPA), los únicos productos que reducen la base imponible del IRPF. Este diferimiento en la tributación es aún más beneficioso cuanto mayor sea la renta del contribuyente. Así sobre una aportación de 2.000 anuales, la deducción pasa de casi 800 euros para una renta de 35.000 euros, a casi 1.000 para una renta de 125.000. Lo normativa establece además unos límites máximos en las aportaciones: 10.000 euros anuales o el 30% de los rendimientos netos del trabajo, que para las personas mayores de 50 años se amplía a 12.500 euros con un límite relativo del 50%.
P ¿Y qué pasa cuando quiero recuperar la inversión?
R En primer lugar, salvo en casos de invalidez permanente, paro prolongado, desahucio o fallecimiento del titular del plan, el inversor no puede recuperar su dinero hasta la jubilación. Y la fiscalidad que se aplica al recuperar la inversión no es tan favorable. Las prestaciones por jubilación de un plan de pensiones son consideradas como rendimiento del trabajo y tributan al marginal. Hay dos opciones: recibir todo a la vez en forma de capital o en forma aplazada, como renta vitalicia. “Es recomendable optar por la forma de renta e intentar hacerla efectiva una vez hayamos terminado de trabajar, para así beneficiarse de tipos más bajos”, recomienda Javier Añorga, responsable de productos de inversión de ING. Así, sobre una prestación total de 200.000 (aportaciones más rentabilidad) el tipo efectivo en caso de recuperar todo de golpe superaría el 50%, mientras que fraccionando el pago en tramos de 15.000, rondaría el 35%.
P ¿Qué pasa con los regalos que me ofrecen para contratar el plan?
R Los regalos (televisores, tabletas, etc. ) son considerados rendimientos de capital en especie. Otro de los “ganchos” son las bonificaciones por traslado del plan a otra entidad. En este caso, cuando el dinero se paga directamente en la cuenta es considerado un rendimiento de capital mobiliario. Es decir, que la cuantía que se abonará en la cuenta corriente estará ya neta de retención. “Lo importante es ser consciente, de que todo regalo o bonificación implica una vinculación temporal o de contratación de otros productos. Los productos de ahorro para la jubilación son a largo plazo. Lo importante es analizar el binomio rentabilidad-riesgo”, subraya Raúl León, Director de Canales Propios de Aegon.
P ¿Qué me conviene según mi edad y mi perfil de riesgo?
R No hay que olvidar que con un plan de pensiones, sino es garantizado, también se puede perder dinero. Es importante atender a la situación personal de cada inversor y, tras un asesoramiento personalizado, adaptar el producto al nivel de riesgo que cada cual esté dispuesto a asumir. Un inversor joven bien puede preferir un plan de pensiones de renta variable, por el beneficio fiscal de la aportación y las expectativas de rentabilidad. En el lado opuesto, una persona cercana a la edad de jubilación podría preferir un plan de renta fija o un garantizado, que le asegura una cuantía y evita así sustos en la recta final.
P ¿Qué planes tienen más riesgo y más rentabilidad?
R El objetivo mínimo es batir la inflación. Los más arriesgados, que concentran sus inversiones en renta variable, han cerrado el mes de mayo con una rentabilidad en el último año del 28%, según Inverco, la patronal del sector. Pero el cliente debe valorar especialmente la rentabilidad en los plazos más largos, donde los planes de Bolsa en algunos plazos varían considerablemente. La rentabilidad media en los últimos 10 años alcanza el 3,98% anual y en los últimos cinco, en que se acusa el impacto de la crisis, cae a pérdidas del 0,95% Los planes de renta variable mixta (que combina inversiones en Bolsa y activos de menor riesgo) resultan más estables en los horizontes temporales medios, con rentabilidades ponderadas del 0,02% anual en cinco años y del 3,45% en diez.
P ¿Cuál es el mejor momento para empezar a invertir en un plan de pensiones?
R “El mejor momento es hoy. Porque cuanto más tiempo dispongas, lograrás un mayor rendimiento con un menor esfuerzo. La crisis y las dudas con el sistema público de pensiones hacen aún más necesario empezar cuanto antes”, apuntan desde ING. Aseguradoras y bancos disponen de simuladores con los que jugar con las variables básicas: cuánto dinero se puede ahorrar al año, durante cuánto tiempo y según qué objetivo de rentabilidad. Así, Axa calcula que una mujer de 40 años que empiece a ahorrar desde ahora y que aspire a recibir cuando se jubile una renta mensual constante de 600 euros, deberá comenzar por una aportación mensual de 163 euros con una rentabilidad anual de entorno al 4% en un plan de renta Fija Mixta. El patrimonio final de que dispondría este perfil de cliente alcanzaría los 123.906 euros.
P ¿Cuándo se considera que una comisión es alta?
R Existen dos tipos de comisiones. Por un lado, la comisión de depósito la cobra la entidad por mantenimiento y custodia de los valores. Por otro, la de gestión por el manejo efectivo del patrimonio que tiene a su disposición. Ambas tienen un techo máximo. La normativa vigente establece un tope del 2% para la primera y del 0,5% para la segunda. El año pasado la comisión media por gestión alcanzó en el 1,42%, mientras que la de depósito se situó en un 0,9%, según el informe del sector de la Dirección de Seguros Pensiones del Estado.
La importancia de elegir un producto con comisiones bajas
Las comisiones que cobran la entidades para cada uno de sus productos varían considerablemente de un caso a otro. Conviene prestar atención. Una diferencia de apenas un punto porcentual puede suponer, dependiendo del plazo y la cantidad invertida, una merma importante en la inversión.
Así, por ejemplo, para una inversión de 5.000 euros anuales durante un plazo de 30 años, la diferencia entre pagar un 1% o un 2% de comisión se traduce en 42.500 euros menos a la hora del reembolso. Si la diferencia alcanzara el 1,25%, la merma sería de 64.000 euros.
Para calibrar con certeza el impacto de cada variación habrá, en todo caso, que ponerlo en relación con las expectativas de rentabilidad. Es decir, a mayor precio en las comisiones, buscar mayor rentabilidad. Si el objetivo de rentabilidad del plan es del 3% ó 4% no interesa pagar una comisión que esté cerca del máximo del 2,5%.