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Análisis

El empleo y el paro enfilan la estabilización

El mes pasado el número de cotizantes aumentó en 134.660 El número de parados registrados en las oficinas públicas descendió en 98.265

Vista de la rueda de prensa en la que los secretarios de Estado, de Empleo, Engracia Hidalgo, y de Seguridad Social, Tomás Burgos, han analizado los datos del paro.
Vista de la rueda de prensa en la que los secretarios de Estado, de Empleo, Engracia Hidalgo, y de Seguridad Social, Tomás Burgos, han analizado los datos del paro. Efe

El mes pasado el número de cotizantes aumentó en 134.660, mientras que el número de parados registrados en las oficinas públicas descendió en 98.265.

 La mejora del mercado laboral en mayo es coyuntural, como prueba que uno de cada dos nuevos cotizantes en el régimen de asalariados se concentre en la hostelería. Pero la intensidad de los números apunta hacia una recuperación y estabilización del mercado de trabajo en los próximos trimestres: el ciclo positivo iniciado siempre en primavera y que se agota antes de que termine el verano, este año presenta un perfil más largo y con volúmenes más consistentes.

Dos datos para valorar el punto cíclico en el que está el mercado y que abonan esta tendencia hacia una estabilización temprana: la pérdida de afiliación interanual se ha estabilizado ligeramente por encima de los 600.000 cotizantes, y en un 3,7% en tasa relativa, un punto menos que cuando arrancó el año; y el aumento del desempleo registrado en las oficinas públicas en los últimos doce meses es del 3,75% (idéntico a la pérdida de afiliados anual), mientras que hace un año avanzaba a tasas del 12% y en enero lo hacía a tasas del 9%.

Con la recuperación de marzo, abril y mayo, que podría prolongarse hasta agosto incluido, el número de afiliados total se acerca al que el sistema de Seguridad Social tenía en diciembre pasado, y si se mantuviese el ritmo de estabilización de los últimos meses, podría terminar este año con los mismos cotizantes que tenía al comenzar. En otras palabras, el año culminaría con el fin de la destrucción de empleo cíclica.

Por ahora solo podemos hablar de que, aunque sea coyunturalmente, no se ha destruido empleo, que no es poco en un país que ha destruido tres millones y medio desde que comenzó la crisis. Hace falta consolidar esta tendencia, aunque habrá varios meses en los próximos trimestres con descenso de la afiliación y aumento del paro, puesto que tales variables hacen la goma a lo largo del año.

Una calificación acertada para estas cifras es la que adelantó el presidente Rajoy: “Son datos esperanzadores”. Pero no mucho más, puesto que en términos desestacionalizados la evolución ha sido aún pobre, aunque la afiliación ha dejado de caer, y el paro ha dejado de subir.

Es verdad que el comportamiento en mayo es homogéneo, pese a la concentración de nuevos empleos en el sector de la hostelería. Pero el avance se produce en todos los sectores de actividad (construcción, industria, agricultura y servicios), y se produce una notable caída del desempleo de los jóvenes. Eso si, apenas se mueve el colectivo de trabajadores sin empleo anterior. Los autónomos prosiguen en su avance, con 12.000 cotizantes más, en una tendencia creciente hacia el autoempleo, o hacia la venta de servicios personales a empresas, aunque bien podría tratarse también de falsos autónomos. Pero seguramente en los próximos años habrá un avance más intenso todavía a este tipo de empleo por cuenta propia.

El alivio del avance de los cotizantes en materia financiera sigue siendo muy modesto, y la tasa de cobertura de los afiliados sobre los pensionistas sigue descendiendo. Ya está en el 2,23% si se contabilizan los cotizantes desempleados, pero por debajo de 2 si se excluyen, como debe hacerse, puesto que su aportación es limitada en el tiempo. Ahora cotizan con empleo 16,28 millones de personas, mientras que el número de pensionistas supera los 8,21 millones.

El Gobierno está convencido de que tiene que reformar las pensiones para hacerlas sostenibles. Pero no dispone de mucho tiempo. Las aportaciones de los nuevos cotizantes son decrecientes, porque decrecientes son los salarios por la devaluación interna inducida de los costes, mientras que las pensiones nuevas son crecientes, tanto por la revalorización, aunque mínima, que se sigue practicando, y por el efecto sustitución de pensiones con carreras largas, en vez de carreras más cortas. Hay que recordar, lo más importante, que ahora hay 1,3 millones de cotizantes menos que cuando se aprobó la última reforma, la que llevaba a los 67 años la jubilación, y que el número de pensionistas ha crecido en 250.000. Cada vez salen peor las cuentas.

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