BBVA: la moderación salarial habría evitado un millón de parados
Los sindicatos asumirán la moderación salarial si hay contención de beneficios empresariales CEOE apuesta por desligar definitivamente la actualización de salarios del IPC
La crisis iniciada en 2008 ha dejado en la gran mayoría de países de la zona euro una factura similar, con unas abultadas cifras de déficit y deuda y un estancamiento, cuando no depresión, de las economías nacionales. España se diferencia del resto por su abultada tasa de paro, con un 27% de la población activa desempleada. Este nivel es el segundo más elevado de la zona euro, tan solo por detrás de Grecia, y supone el doble de la media registrada en la zona euro (12,1%) y más del doble de la media en al Unión Europea (10,9%).
El imparable crecimiento del paro ha disparado el coste de las prestaciones por desempleo (la segunda partida más elevada después de los intereses de la deuda) y ha rebajado a mínimos los ingresos por cotizaciones sociales, dejando a la Seguridad Social con un déficit de 10.200 millones a finales del pasado ejercicio. En este contexto, el servicio de estudios del BBVA apuntó que si la moderación salarial puesta en marcha en España a lo largo del año pasado se hubiera aplicado desde el inicio de la crisis se habrían salvado un millón de empleos y la tasa de paro estaría situada en el 21% de la población activa. La entidad resalta el acuerdo de negociación colectiva firmado por empresas y sindicatos en enero de 2012, que marcaba un incremento salarial que no debía superar el 0,5% (el límite marcado para este año es del 0,6%), y la reforma laboral aprobada en febrero, que permitía, entre otros mecanismos de flexibilidad, la posibilidad de modificar las condiciones salariales. La puesta en marcha de ambos mecanismos ha provocado que el incremento salarial pactado en convenio se haya desplomado desde el 4,21% registrado a finales de 2007 al 1,31% a finales de 2012.
Un difícil pacto de rentas
Unas cifras que adquieren especial relevancia apenas a una semana del encuentro que van a mantener el próximo jueves el presidente de CEOE, Juan Rosell, y los secretarios generales de CCOOy UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, con el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy. La reunión, convocada por Rajoy, trata de explorar medidas que frenen la sangría en el mercado de trabajo. Los agentes sociales han mostrado su disposición a tratar de alcanzar un acuerdo, aunque parten de posiciones muy distanciadas. Los sindicatos están dispuestos a impulsar la moderación de sueldos, siempre y cuando se vea acompañada de una contención de los beneficios empresariales. En el otro lado, la patronal quiere revisar a la baja el límite del 0,6%. «La mayoría de las empresas necesitarán una congelación salarial en ambos ejercicios», justificaba en una circular elaborada para sus asociados a la hora de entablar la negociación colectiva.
Los empresarios van más allá y reclaman que se desligue para siempre la relación entre salarios y los precios. En esa línea va precisamente la ley de desindexación respecto al IPC, que el Ejecutivo quiere que entre en vigor en el último trimestre de este ejercicio. Desde el Gobierno han dejado claro que esta ley, cuyo objetivo es evitar que las rentas y precios públicos se actualicen automáticamente con el IPC, no afectará a los salarios, cuya variación seguirá negociándose entre empresarios y sindicatos, ni a las pensiones, que cambiarán en función de lo que decida un grupo de expertos escogidos por el Gobierno.
Piden que los ajustes se concentren en el gasto
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, apuntó durante la presentación de las nuevas previsiones de crecimiento de la economía española que estas eran conservadoras y que el Ejecutivo lucharía por superarlas. La previsión señalaba que el PIB caería un 1,3% este año y que crecería un tímido 0,5% en 2014. Dos semanas después, BBVA Research presentó otras estimaciones diferentes. Por un lado prevé que el PIB caerá este año un 1,4% (una décima más) por la aceleración del ajuste fiscal a finales de 2012, el enfriamiento de los socios comerciales de la zona euro y la persistencia de las dificultades para acceder al crédito. Por el otro, mejora la previsión para 2014, con una estimación del 0,9%, cuatro décimas más que lo que prevé el Gobierno. “La recuperación de la confianza ha permitido reducir su dependencia del BCE y mejorar la captación de capitales. Asimismo, las menores tensiones financieras van a tener un efecto positivo sobre la actividad económica y el impacto de los ajustes fiscales será menor”, apuntó Rafael Domenech, jefe de Economía Desarrolladas de BBVA Research. En su opinión, frente a los 4,6 y 2,4 puntos de PIB que restó la consolidación fiscal al crecimiento en 2012 y 2013, esa merma será tan solo de 0,6 puntos en 2014. Esta caída, justificada en gran parte por la relajación de los objetivos de déficit, no debe servir, a su juicio, para frenar el ritmo de las reformas. “ Supone una oportunidad para mejorar la composición del ajuste, reduciendo la carga impositiva y trasladando la reducción del desequilibrio hacia el gasto, por lo que si fueran necesarias nuevas medidas deberían centrarse más en la reducción de las ineficiencias en el gasto público y en la reordenación del sistema fiscal”, subrayó.