Emisión de BBVA: ¿deuda o capital?
Un banco de la periferia de la zona euro ha sido el primero en emitir una nueva generación de bonos de absorción de pérdidas. Es la prueba de que los azotados tenedores de bonos necesitan rendimiento. Un cupón del 9% resulta apetecible, pero este producto resulta menos rentable que el capital, sin ninguna otra ventaja.
La nueva emisión de BBVA, en la que ha captado 1.500 millones de dólares, es un hito. Es la primera que realiza un banco europeo para cumplir con las normas de Basilea III para el capital Tier 1. Las reglas para estos llamados híbridos se reforzaron después de la crisis financiera de 2008. Los bancos se reservan el derecho de pagar o no estos cupones. Estos bonos son perpetuos y, en caso de que el banco se meta en problemas, deben absorber las pérdidas –en este caso a través de una conversión en capital– una vez que la ratio de capital de la entidad crediticia quede por debajo de un nivel preestablecido.
La operación pone de manifiesto la brillantez de la política del BCE al forzar a los inversores a asumir riesgos
Cuando los reguladores comenzaron a establecer las normas para los nuevos superhíbridos, los observadores se preguntaron si los inversores los comprarían. Ahora tienen la respuesta: más de 400 de ellos cursaron órdenes por valor de casi 10 millones de dólares para el producto de BBVA.
El éxito de la transacción pone de manifiesto la brillantez de la política del BCE al forzar a los inversores a asumir riesgos. Estos están dispuestos a no hacer caso a la crisis de la zona euro, gracias a la promesa de Mario Draghi para, tal vez, un día, comprar bonos soberanos. La disposición de los bancos centrales de mantener bajos los tipos de interés y de imprimir dinero está obligando a los inversores a arreglárselas para encontrar rendimientos. Desde esta perspectiva, el cupón del 9% es atractivo. La deuda pública española se sitúa en torno al 4%. El problema es que nada puede impedir a la entidad no pagar el cupón si la economía se deteriora.
Al comprar este producto, los inversores han mostrado su confianza en que España, y BBVA en particular, han dejado atrás lo peor. Pero deberían haber comprado acciones de BBVA. Su rentabilidad sobre el patrimonio en el primer trimestre: 16,2%.