_
_
_
_
_
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Un nuevo escollo para la UE

El presidente de Chipre, N. Anastasiadis, anunció hace unos días que de forma temporal se limitaba una de las cuatro libertades fundamentales recogidas en el Tratado de Funcionamiento de la UE, concretamente la que incide en la libre circulación de capitales. Las citadas libertades constituyen los cimientos del mercado interior, que es tutelado desde la constitución de la CEE (actual UE) mediante Directivas de la Comisión Europea (CE) y jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la UE. Tan insólita decisión se adopta para evitar la fuga de capitales de la isla y pese a su carácter temporal, supondrá un antes y un después en la historia de la UE.

Lo cierto es que hay ciertas cuestiones que deberían ser aclaradas con carácter de urgencia, ¿cómo pudo Chipre ingresar como Estado Miembro (EM) en la UE siendo un paraíso fiscal?, ¿cómo pudo ser su legislación considerada conforme al Código de Conducta sobre competencia fiscal en la UE? o ¿cómo pudo presidir el Consejo rotatorio hace unos meses y exigir austeridad a los EMs?. Semejante incongruencia es observada por el resto del mundo, perjudicando la imagen de una UE cada vez más resquebrajada.

Chipre no es Grecia, no mintió para incorporarse en la UE, ni falseó sus presupuestos. Ciertamente, la CE y los entonces 15 EMs eran conscientes de su exigua actividad productiva, pero en aquel momento primó el que fuera considerado uno de los enclaves financieros más importantes a nivel mundial, además de su nada desdeñable importancia geo-política.

“Chipre no es Grecia, no mintió para incorporarse a la UE, ni falseó sus presupuestos”

Chipre se adhirió a la UE en 2004 (junto con 10 nuevos EMs) y su régimen fiscal fue analizado por un grupo de trabajo de la CE, no entendiendo éstos que su sistema tributario y financiero fuese pernicioso, hecho que provocó que algún EMs formulasen reservas respecto a la laxitud de la Comisión en cuanto a la revisión de la entrada de ciertos EMs.

Las citadas reticencias se debieron además al hecho de ser Chipre considerado por varios EMs, entre ellos España, como un “paraíso fiscal” (Malta lo fue hasta 2006) al darse una serie de elementos inequívocos, tales como:

-Un nivel de tributación bajo o nulo aplicado a los no residentes, incluso cuando no desarrollan actividades reales en el territorio. Conviviendo, por tanto, dos regímenes fiscales diferentes, el que afecta a residentes sujetos al pago de impuestos y el que afecta a no residentes que gozan de ventajas fiscales (ring fencing).

-Un secreto bancario reforzado, lo que asegura un alto nivel de anonimato en sus cuentas, e impide disponer de un conocimiento real de las operaciones que se llevan a cabo en esa jurisdicción.

-Una amplia infraestructura soporte (bancos, abogados, notarios, fideicomisarios..).

-Un procedimiento laxo en cuanto a la inscripción de una empresa en su territorio, con condicionantes marginales, al reservarse a operadores con una importante cifra de inversión.

- Una ausencia de intercambio de información con las administraciones tributarias de otros EMs.

Por tanto, lo que podría acaecer en Chipre era una muerte anunciada para muchos. Pero ¿quien es el culpable, Chipre o la UE, que no se anticipó al problema?, ambos sin duda, no obstante, se pudo haber retrasado la adhesión en la UE hasta que Chipre basara su economía en otra actividad real distinta de la propia de un paraíso fiscal. No olvidemos en este punto los preocupantes indicios de blanqueo de capitales que planean sobre la isla y vuelvo a incidir en el hecho de ser un EM de la UE, lo que es del todo inconcebible.

En este punto, es importante mencionar que Croacia se incorpora a la UE en julio de 2013 y que Islandia, Macedonia, Turquía, Albania, Montenegro, Serbia, Kosovo y Bosnia-Herzegovina, son también candidatos a formar parte de la UE. Si recientemente el Comisario europeo responsable de Ampliación afirmaba que la ampliación de la Unión no es parte del problema sino la solución, en vista de las claras ineficiencias existentes, la que aquí suscribe, aboga por detenerse y llevar a cabo una seria reflexión ( tanto por parte de la UE como de los EMs) sobre que mecanismos deben ser incorporados para paliar de forma “preventiva” las continuas grietas que van surgiendo en la UE, previa a cualquier nueva adhesión descontrolada.

A modo de conclusión, no podemos obviar que las libertades fundamentales son el paradigma de una Europa sin barreras y no deberían nunca ponerse en peligro por la salvaguarda de la propia Unión. Veremos cuando tiempo deberá mantener Chipre estos controles draconianos sobre el flujo de capitales (hacia dentro y fuera del país) y si otros EMs podrán verse afectados por las mismas restricciones en un futuro. Un nueve frente se abre con la posible quiebra de Eslovenia, ¿seremos capaces de reaccionar a tiempo?

Patricia Lampreave Márquez es miembro del Comité de expertos del European Law Institute y profesor de CUNEF.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_