Un poli bueno para la banca británica
El nuevo ‘jefe’ del capital bancario británico ha comenzado su vida como un poli bueno. El Comité de política financiera (FPC por sus siglas en inglés), creado para monitorizar los riesgos macroeconómicos que enfrentan los bancos nacionales, les ha ordenado recaudar 25.000 millones de libras para finales de año. Es mucho, pero podría haber sido peor.
En noviembre, el gobernador saliente del Banco de Inglaterra (BoE), Mervyn King, afirmó que una ponderación adecuada de los activos de riesgo y provisionar ante futuras deudas incobrables hubiera eliminado hasta 50.000 millones de libras del capital de los bancos. El FPC, que opera bajo el auspicio del BoE, sigue pensando así. Pero pide a los bancos que recauden solo la mitad.
La diferencia no será tan difícil de cubrir. Los bancos ya han deslizado sus planes para encontrar 12.500 millones de libras este año a través de acciones que podrían incluir la retención de ingresos, eliminación de activos y emisiones de deuda híbrida. Los nombres de las instituciones afectadas no han sido divulgados. Pero los principales señaladas parecen las entidades controladas por el estado, Royal Bank of Scotland y Lloyds. Tienen que recaudar 5.000 millones cada una, lo que serían capaces de conseguir reteniendo ingresos y emitiendo bonos convertibles contingentes.
El FPC podría haber sido más duro. Quiere que los bancos alcancen un ratio core Tier 1 del 7%, por debajo del fijado por Basilea. La mayoría de los bancos europeos tendrán unos ratios del 9% o el 10% a finales de año. Los británicos necesitarán un par de años para llegar hasta ahí. Lo poco que se puede extraer de la metodología del FPC no sugiere sea demasiado severa: la ponderación del riesgo de las hipotecas del 15% es mayor de lo que era, pero está por debajo de otros países.
Dada la debilidad de la economía, RBS y Lloyds tienen alguna opción de pagar dividendo a sus accionistas en 204, vendiendo las acciones que posee el gobierno. No es de extrañar que los inversores sean valientes.