Faustino, termómetro del cambio climático
Cuando a un miembro del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rioja, como José Luis Fernández de Jubera, se le pregunta por qué no compra tierras en zonas más frías ante el cambio climático, se rebela. Faustino cuenta en nuestro país con 1.998 hectáreas de viñedos, de las que 650 están en La Rioja.
“Nuestra calidad nace de nuestra tierra. Las bodegas están dentro de una denominación con una normativa muy estricta. Es inviable la deslocalización del viñedo. Apostamos por mantener nuestras bodegas en zonas tradicionalmente vitícolas españolas”, puntualiza el consejero del grupo Faustino.
Pero este convencimiento no cierra los ojos a esta empresa familiar que exporta sus caldos a 70 países, porque sabe que para elaborar buen vino hace falta una uva de primera. Y la calidad de la materia prima está directamente relacionada con parámetros climáticos como son la temperatura, la humedad, las horas de sol y el aporte hídrico de agua que recibe la planta.
Todos ellos están estrechamente vinculados al cambio climático, ya que una variación en las temperaturas reduce el ciclo vegetativo y reproductor de la viña, adelantando la época de vendimia por exceso de azúcar sin haber alcanzado la madurez fenólica, aquella relacionada con el color de la uva, tan importante para hacer vinos de guarda. También los extremos se acentúan. Así, a épocas de sequía prosiguen fuertes lluvias y plagas. Incluso las enfermedades en el viñedo se modifican. El incremento de la temperatura, unido a la sequía, produce desecamientos en la baya y detrimento en la calidad de la uva.
En el programa Adaptaclima participan también Francia y Portugal
“Es obvio que el clima está cambiando, hay consecuencias observables sin necesidad de que nos lo digan los científicos”, señala Marisol Rodríguez. Para intentar parar este fenómeno, el grupo Faustino ha realizado un plan de sostenibilidad, con objetivos y metas medioambientales, como reducir el consumo de energía eléctrica y el ratio por producto y litro, los residuos y las emisiones originadas por el transporte al 30% en 2015. Su concienciación le ha llevado a formar parte del proyecto Adaptaclima, cofinanciado por el Programa de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo, que coordina la Xunta de Galicia y en el que participan también organismos de Francia y Portugal.
El objetivo de este programa es promover y desarrollar medidas de adaptación a los escenarios derivados del cambio climático y concienciar a la población sobre sus consecuencias reales, así como amortiguar el impacto del mismo en los aspectos económicos y sociales.
“Apostamos por mantener nuestras zonas vitícolas tradicionales españolas”, afirma José Luis Fernández, consejero delegado
de Faustino
En una primera fase se desarrollaron escenarios climáticos futuros a escala local (temperaturas, precipitaciones y variables climáticas derivadas) que permiten la identificación de impactos en los diferentes sectores sociales y económicos y que hacen posible la toma de decisiones y la planificación a escala local, facilitando la adaptación al cambio con las mayores garantías de éxito.
En las bodegas de Oyón y Laguardia de Faustino tendrá lugar la verificación de los escenarios climáticos en zonas de viñedo, es decir, se comprobará si las predicciones de pluviometría o incremento de temperatura se corresponden con datos reales en hectáreas concretas, durante un periodo de entre cinco y siete años.
Participan en el proyecto Neiker-Tecnalia, la Mancomunidad de Municipios Sostenibles de Cantabria, la Asociación para el Desarrollo del Valle de Alagón (Adesval), la Asociación de Municipios do Vale do Ave (Amave, Portugal), la Junta de Andalucía, el centro de estudios de desarrollo sostenible CETE (Francia), la Cámara de Agricultura de Dordogne (Francia), Intecmar y el Centro Tecnológico del Mar.
Compromiso que se traduce en ventas
El mercado español del vino no está suficientemente concienciado con el medioambiente, pero el progreso comienza a apreciarse en las cifras de exportación, que suponen el 51% de sus ventas. Hay países donde la elección de compra del cliente se basa en gran medida en el respeto por el entorno. Es el caso de Alemania, los países nórdicos, Reino Unido y EE UU. En otros, como en Canadá, se exige una memoria de actuaciones medioambientales. Faustino cuenta con 14 hectáreas de vino ecológico, de gran aceptación en Alemania, Holanda, Irlanda, Polonia y Rusia.Este año, el grupo Faustino ha obtenido de Aenor la certificación de la huella de carbono en ocho vinos de cuatro denominaciones de origen (La Mancha, Navarra, Ribera del Duero y Rioja). Supone la descripción de la cantidad total de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero y permite identificar oportunidades de ahorro de costes e implantar políticas de reducción.Para calcular esta huella se han analizado todas las fases del ciclo: recolección (origen y producción, uso de tractores, diésel, agua, energía eléctrica), elaboración (gasto de luz, productos), distribución (corcho, etiquetas, cápsulas, embalaje, palés), y el transporte, consumo (nevera) y reciclado de los envases.