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La pequeña isla lleva 23 años en la lista negra de Hacienda

España, único país europeo que cataloga a Chipre como paraíso fiscal

Bruselas recriminó que Hacienda discriminara a otro Estado miembro Abandonará la lista negra este año tras firmar un convenio con Hacienda

El Gobierno de Felipe González aprobó en 1991 una lista negra de paraísos fiscales que englobaba a 48 territorios. Chipre aparecía en sexto lugar –seguía un orden alfabético– y 23 años más tarde, la pequeña isla del Mediterráneo sigue dentro de ese listado. El hecho de que Chipre entrara en la UE en 2004 o que adoptara el euro en 2008 no fue suficiente para librarse de la etiqueta de paraíso fiscal.

Ni la OCDE ni ningún otro país de la UE consideran a Chipre como un paraíso fiscal. De hecho, la Comisión Europea llegó a acusar a España de discriminar a este Estado miembro por aplicarle las normas antiabuso reservadas a los paraísos fiscales. El rescate sobre la isla ha puesto encima de la mesa el desproporcionado sector bancario de un pequeño Estado que ha servido de destino –y refugio- para los oligarcas rusos. Sin embargo, hasta ahora, que Chipre mantuviera una estructura propia de un territorio opaco no parecía un problema para Bruselas.

¿Qué supone aparecer en la lista de paraísos fiscales de España? Los beneficios tributarios que contemplan impuestos como el IRPF o el impuesto sobre sociedades no pueden aplicarse cuando las rentas proceden de un territorio opaco. Por ejemplo, la exención por los dividendos obtenidos en el exterior no se aplica cuando las ganancias se obtienen en los denominados territorios offshore. Sin embargo, el caso chipriota es distinto ya que, al formar parte de la UE, la isla se encuentra amparada por la normativa europea y muchas de las medidas antielusión no pueden aplicarse. En 2008, la Comisión Europea obligó a España a modificar el impuesto sobre sociedades ya que la legislación interna penalizaba los beneficios y repartos de dividendos de filiales españolas ubicadas en Chipre. Bruselas entendía que la discriminación hacía otro Estado miembro vulneraba la libertad de establecimiento.

A pesar de todo, España rechazó echar a Chipre de su lista negra, algo que sí hizo Italia cuando la isla entró en 2004 en la UE.

La legislación española exige que un Estado que forma parte del listado de paraísos firme un acuerdo de intercambio de información fiscal para dejar de ser un paraíso fiscal. España lleva años negociando un convenio de doble imposición con Chipre y ya existe acuerdo entre las partes. Está previsto que a lo largo de este año los respectivos Parlamentos den el visto bueno y será en ese momento cuando Chipre desaparecerá de la lista de paraísos fiscales.

Sin embargo, hoy por hoy, Chipre es, oficialmente, un paraíso fiscal para España. Mientras que otros territorios como Andorra, Aruba o Bahamas ya han perdido tal consideración tras firmarse y publicarse un acuerdo de intercambio de información fiscal.

Una fiscalidad impropia dentro de la UE

La estructura fiscal de Chipre guarda, en ciertos aspectos, más relación con los tradicionales paraísos fiscales caribeños que con sus socios de la Unión Europea y la zona euro. Por ejemplo, el tipo nominal en el impuesto sobre sociedades que aplican las empresas chipriotas se sitúa en el 10%, el nivel más bajo de la UE. Irlanda, que también ha sido acusada de ejercer una competencia desleal por su baja fiscalidad empresarial, aplica un gravamen del 12,5%.

España, por ejemplo, mantiene un gravamen del 30% en el impuesto sobre sociedades y el tipo medio en la UE supera el 20%. Los impuestos bajos a las empresas son un reclamo para ubicar filiales en países como Chipre o Irlanda y trasladar allí los beneficios empresariales obtenidos en países con tipos más altos.

En el IVA, Chipre ha mantenido durante años el gravamen más bajo permitido por Bruselas, del 15%. Sin embargo, con la crisis económica, Nicosia optó por elevar el gravamen al 18%, un nivel por debajo de la media. De hecho, solo Luxemburgo tiene un IVA más bajo. Respecto al IRPF, el tipo nominal máximo alcanza el 38,5%, un nivel más acorde con la media europea. Sin embargo, también en eso Chipre se asemeja a los paraísos fiscales en la medida en que es habitual que los territorios offshore presenten una fiscalidad sobre el trabajo relativamente elevada frente a una bajísima presión fiscal para los beneficios empresariales.

Chipre recauda en impuestos en torno a 4.700 millones al año y, por ello, sorprende que Bruselas reclame a Nicosia que aporte 5.800 millones al rescate de su propia banca.

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