No, España tampoco es Irlanda
Ayer el Tesoro irlandés colocó deuda a largo plazo (10 años) por primera vez desde que pidió el rescate, allá por 2010. El resultado no podría haber sido mejor: vendió 5.000 millones (frente a los 3.000 que se barajaban inicialmente) y a tipos de interés en torono al 4,25%. Es decir, casi medio punto por debajo de España.
Lo curioso es que Irlanda, al contrario que España o Italia, sí es un país rescatado. O completamente rescatado, por ser más precisos. Aunque el éxito de la subasta es, quizá, el paso más importante para abandonar el paraguas del fondo de rescate. Ahora bien, la pregunta es, ¿por qué Irlanda, con una deuda superior a la española, vende su deuda más barata?
Por un lado, Irlanda es (y perdón por anticipado por la expresión), la "historia de éxito" que los partidarios de la austeridad necesitan casi desesperadamente. Frente al desastre evidente que han supuesto los rescates de Grecia y Portugal y las pésimas noticias que llegan de España e Italia, Irlanda es la alumna aventajada.
No es que sea una bicoca. Los empleados públicos han visto recortes de sueldos del orden del 15% (y no han terminado), el paro está en el 14% solo gracias a la emigración y el déficit público, pese a todo, cerrará 2012 en el 8%, con la deuda en el 120%. En términos de rating, Moody's tiene a Irlanda en bono basura; ahora bien, Fitch y S&P dan al "tigre celta" mejor rating que a España.
Ahora bien, Irlanda no está en recesión. Y, sobre todo, su modelo económico ya estaba enfocado a las exportaciones antes de la crisis. Esto hace, primero, que la política europea de devaluación competitiva tenga efectos más livianos: la demanda interna puede desplomarse y las mejoras en las exportaciones compensar este efecto.
Quizá sea esto lo que los inversores han valorado. O, simplemente, al ser la primera colocación de deuda, la elevada demanda ha permitido al país jugar con los tipos a la baja. O el hecho de ser el alumno favorito del BCE, hasta el punto de que permitió un cambio en las condiciones del rescate bancario. O, quizá, una mezcla de las tres cosas, combinada con que Irlanda, aunque deje de ester oficialmente rescatada, seguirá teniendo el respaldo del BCE a través del programa de compras de deuda.
De hecho, la Irlanda del verano pasado era muy parecida a la de hoy (como España), pero los tipos de su deuda estaban dos puntos más altos que los de la española antes de que Draghi anunciase las compras de deuda. En resumen, quizá no convenga sacar demasiadas conclusiones de cara a España; ambos países comparten la herencia de una descomunal burbuja inmobiliaria, concretada en ayudas multimillonarias a los bancos que la inflaron. Más allá de eso, Irlanda no es España.