El empleo inicia su lenta estabilización
Por vez primera en veinte meses la destrucción de empleo de febrero es menor que en mes anterior, lo que puede interpretarse como el punto de giro hacia la estabilización. Pero esta será lenta y dolorosa, pues sigue perdiéndose más de un 4% (4,42%) de cotizantes en tasa interanual todavía ahora.
En mayo de 2011 la tasa de pérdida de ocupación medida por el registro de la Tesorería de la Seguridad Social era del 0,96%, tras un lentísimo descenso iniciado un año antes. Pero entonces, con un deterioro explícito de la actividad en toda Europa primero, y con el reconocimiento de una crisis más profunda en los países del sur que se negaban al rigor fiscal, se inició una destrucción de empleo muy acelerada. Se ha mantenido el índice de destrucción de empleo acumulando deterioro mes a mes durante nada menos que veinte meses, hasta alcanzar caídas de empleo del 4,59%, y superior al 6% entre los asalariados.
Pero en febrero de este año, con la evolución de afiliados-cotizantes-empleados a la Seguridad Social, la tasa de destrucción se ha limitado al 4,42%. Una barbaridad, desde luego, pero un par de décimas menos que un mes antes, y haciendo lo que puede ser el punto de inflexión hacia la estabilización de la economía. En enero la caída internaual era del 4,59%.
El camino para la estabilización es muy largo y muy lento, aunque en términos de empleo podría acelerarse, ya que en el último año la ocupación ha descendido a tasas anormalmente altas para el descenso del PIB que tenía España. Hay que recordar que según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), el empleo habría descendido en 2012 casi un 5%, mientras que el PIB solo lo habría hecho en una tasa del 1,4%, según datos ya definitivos proporcionados por el INE.
Los residuos de excesos de empleo pueden encontrarse fundamentalmente en las empresas públicas municipales y autonómicas, así como en determinados servicios de la administración general de las administraciones públicas, así como en sectores en los que la caída de la demanda no haya concluido. Hay que recordar que la demanda interna sigue cayendo a tasas elevadas, porque lo hace también la renta disponible de los hogares.
En el régimen general, el que agrupa a todos los trabajadores por cuenta propia, la caída interanual es aún superior el 5%, pero ya muy poco superior, mientras que entre los autónomos la pérdida de afiliados es aún del 1,58%. La pérdida de cotizantes en febrero ha sido de 28.691, como la mitad que en el mismo mes del año pasado; pero la afiliación se sitúa ya en niveles solo muy ligeramente superiores a los 16 millones de cotizantes, una cifra crítica, teniendo en cuenta que el número de pensiones se acerca los 8,2 millones.
Con estas cifras la tasa de dependencia (número de cotizantes por cada pensión) desciende a 2,3%, contabilizando como cotizantes, que lo son pero con cargo al Estado, los desempleados con prestación, que son nada menos que 2,9 millones. Sin estos cotizantes, que necesariamente causarán baja una vez agotada su prestación contributiva (24 meses a lo sumo), la tasa de dependencia descienda a 1,96, una cifra realmente preocupante.
Gráficamente, cuando la Seguridad Social tenía, mucho antes de la crisis, en 2002, 16,1 millones de cotizantes empleados, sólo tenía 7,2 millones de pensionistas. Luego hoy el mismo número de cotizantes tiene que soportar un millón más de pensionistas, un 14,2% más de pasivos para los mismso activos. Urgente: una nueva reforma de la Seguridad Social que haga sostenible financieramente el sistema de pensiones.