España prefiere no acogerse a la capitalización directa de la banca
Guindos defenderá esa posibilidad como un paso adelante en el proceso de la unión bancaria
España no se acogerá a la capitalización directa de la banca a través del fondo de rescate de la zona euro (MEDE). El ministro español de Economía, Luis de Guindos, defenderá en Bruselas esa posibilidad como un paso adelante en el proceso de la unión bancaria. Pero el Gobierno prefiere asumir la factura del rescate para evitar que el MEDE se convierta en accionista de las entidades nacionalizadas.
El Consejo de Ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) negociará hoy en Bruselas los criterios que deberá cumplir un país para acogerse a la capitalización directa de la banca a través del fondo de rescate o Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), así como el carácter retroactivo de esa posibilidad, un debate que afecta directamente a países que han recibido ayudas europeas para la banca, como España e Irlanda.
La delegación española, encabezada por el ministro Luis de Guindos, llega a Bruselas dispuesta a defender la retroactividad de la capitalización directa. Pero al mismo tiempo, según las fuentes consultadas, España dejará claro que ni aspira ni desea acogerse a esa fórmula.
La capitalización directa en Bankia, Novagalicia o Catalunya Caixa supondría conceder al MEDE voz y voto en sus consejos de administración. Una presencia directa que el Gobierno prefiere evitar para disponer de más libertad en la gestión de esas entidades, sobre todo, después de haber perdido influencia política en instituciones como el BCE. Con el sistema actual, el FROB canaliza los fondos europeos y controla, por tanto, el accionariado de la banca nacionalizada.
Por otra parte, la capitalización directa retroactiva solo sería útil en el caso de Bankia, la única entidad nacionalizada que parece capaz de devolver las ayudas, según indicó la semana pasada su presidente, José Ignacio Goirigolzarri. Bankia ha recibido la autorización de Bruselas para continuar operando en solitario. El resto serán vendidas o liquidadas.
Así, Catalunya Banc debe ser subastada. Y otro tanto ocurrirá con Novagalicia en 2015, si antes no ha encontrado capital privado. Como apuntó Goirigolzarri, “si [una entidad] se vende a otro banco, no se recuperan las ayudas”. El Banco de Valencia, por ejemplo, se adjudicó en subasta a CaixaBank, que no asume la devolución de los 4.500 millones de euros de ayuda europea que recibió la entidad valenciana.
La capitalización directa retroactiva, por consiguiente, pierde interés en relación con las entidades destinadas a subasta, pues el Estado asume la devolución del préstamo y el impacto en las cuentas públicas es irreversible. Aunque De Guindos aseguró ayer en una entrevista con la agencia EFE que las otras firmas nacionalizadas también devolverán las ayudas, de momento el Estado tendrá que asumir las pérdidas, por lo que el 70% del rescate no podría pasar al balance del MEDE ni siquiera de manera retroactiva.
Fuentes oficiales del Ministerio de Economía señalan que, en cualquier caso, España defiende la retroactividad de la capitalización como un avance en la integración bancaria. E insisten en que el coste del rescate a la banca, de más de 40.000 millones, es asumible. Su impacto, añaden, ha elevado en 3,2 puntos sobre el PIB los números rojos de España durante 2012, pero este incremento no cuenta a efectos del procedimiento disciplinario de Bruselas por déficit excesivo.
Aun así, la renuncia del Ejecutivo a una opción que le permitiría descontarse miles de millones de euros en las cifras de déficit público ha causado sorpresa entre las fuentes del sector financiero consultadas por este diario. Pero responde, según fuentes españolas, a una estrategia bien calculada para evitar una injerencia del MEDE que previsiblemente afectaría casi en exclusiva a Bankia.
El MEDE, además, tendría ahora mismo dificultades en asumir esa presencia, dada su exigua plantilla. Y tampoco se ha definido aún la fórmula para canalizar su participación de capital en el control de una entidad. La revista alemana Der Spiegel apuntaba ayer que la inyección se podría realizar a través de una sociedad filial del MEDE, para reducir un 50% el impacto contable del préstamo en los recursos del fondo.
Bruselas tampocolo considera aconsejable
La inyección directa de capital en la banca a través del fondo de rescate de la zona euro se llevará a cabo de acuerdo a “criterios objetivos y cuantificables”, según fuentes del Eurogrupo (Consejo de Ministros de Economía de la zona euro). Esos criterios se debatirán hoy en Bruselas, aunque su aprobación definitiva no se espera hasta el próximo mes de junio. Las mismas fuentes descartan que en el futuro la intervención del fondo (MEDE) se convierta en un cheque en blanco que libere de cualquier responsabilidad al país de origen de la entidad rescatada. Para evitarlo, los ministros estudian fijar un techo a los recursos que podrá destinar a la banca el MEDE (cuya capacidad de intervención asciende a medio billón de euros).
Los ministros también debatirán hoy sobre la retroactividad de la recapitalización directa, cuyo principal beneficiario podría ser Irlanda, cuyo déficit se disparó por encima del 30% a causa del rescate a su banca. Fuentes del Eurogrupo advierten de que “no habrá una retroactividad generalizada, sino en base a criterios estrictos y caso por caso”. Y no recomiendan que los potenciales aspirantes soliciten de entrada la retroactividad, “porque podría enviar al mercado la señal de que el soberano [Estado] no tiene la fortaleza suficiente para asumir la recapitalización de su propia banca”.
España, cuyo rescate supone poco más del 3% de déficit (10 veces menos que en Irlanda), no parece dispuesta a exponerse a ese estigma y, de momento, no se acogerá a la retroactividad.