El capital riesgo cree que el coste de salir al MAB es caro para las empresas
La asociación de capital riesgo española cree que deberían reducirse los costes para poder salir a cotizar a este mercado para pymes.
Salir a cotizar al Mercado Alternativo Bursátil (MAB) le cuesta a una compañía entre 300.000 y 500.000 euros. Este es a juicio de Dominique Barthel, presidenta de la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI) uno de los aspectos que no funciona de este mercado alternativo para pymes que se estrenó en 2009 y que hoy cuenta con 22 compañías cotizadas.
Barthel cree que los costes de salida a Bolsa deberían reducirse. Así lo ha explicado en las jornadas "MAB. Visión en profundidad sobre las oportunidades para empresas e inversores de capital riesgo" organizadas por Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Esta opinión es compartida por algunas de las compañías que han participado en este foro. José María Tarragó, consejero y vicepresidente ejecutivo de Carbures, que lleva cerca de un año cotizando en el MAB ha apuntado a los costes de salida a Bolsa como uno de los aspectos que, a su juicio, el MAB debería mejorar.
Jesús González-Nieto, director gerente del MAB, ha compartido esta opinión ya que los costes que suponen la salida a Bolsa al MAB "son iguales para las compañías independientemente de su tamaño o facturación".
El MAB comenzó su andadura en 2009 y tiene como referente los ya veteranos Alternext francés y el AIM inglés. Sin embargo, Domique Barthel ha asegurado que es necesario plantearse si es preciso que exista un mercado alternativo en España.
En cuanto a la evolución bursátil de las 22 empresas que cotizan en el MAB, ha dicho Barthel, tan sólo cinco pueden considerarse casos de éxito, en tanto que las 17 restantes pueden calificarse de "malas experiencias", algo que a su juicio debería ser al contrario.
Ello se ha debido a la falta de liquidez que padece este mercado. El director general del MAB, Jesús González Nieto, ha defendido la "hercúlea" tarea que ha supuesto poner en marcha este mercado, que tres años y medio después de la incorporación de la primera empresa presenta unos números "razonables".
Asimismo, ha recordado que otros mercados similares, como al Alternext francés o el AIM británico, han sufrido en gran medida por la crisis, y han reducido de forma notable su tamaño y el número de empresas que cotizan, al contrario que en España. En concreto, en 2009, el AIM tenía 2.300 compañías y a finales de 2012, se han reducido a 1.200 mientras que en Alternext en este período se han incorporado 22 compañías, según los datos facilitados por González Nieto.
Desde BME vienen reclamando desde su creación unas mayores ventajas fiscales que si que existen en los otros mercados alternativos desde su creación. "la gente que está en el Gobierno mira para otro lado", ha explicado. Las negociaciones para poner en marcha estas ventajas fiscales están en punto muerto, pues el Gobierno asume que el coste político "no se va a entender en un momento en el que hay que reducir los gastos".