Bruselas da la bienvenida al primer millón de firmas
Por primera vez en la historia de la UE, una iniciativa ciudadana ha recabado el millón de firmas necesario para instar a la Comisión Europea a poner en marcha un proyecto legislativo. Los patrocinadores, la Federación Europea de Sindicatos de Servicos Públicos, lo han logrado en menos de seis meses. Y con un objetivo aparentemente tan poco sexy como evitar la liberalización de los servicios de abastecimiento de aguas.
A falta de verificar la validez de las rúbricas, Bruselas ya ha dado la bienvenida a la campaña. El gesto le honra organismo presidido por José Manuel Barroso toda vez que las firmas parecen en parte dirigidas contra su propio proyecto de directiva sobre contratos públicos y concesiones. Una norma que, según sus críticos, intenta liberalizar y hasta privatizar servicios esenciales como el del agua potable, extremo que niega vehementemente el comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier.
Pero más allá del objetivo concreto de la iniciativa, conviene tomar en cuenta el hito democrático que ha marcado la campaña a favor del agua como bien público.
Por primera vez, la Comisión Europea tendrá que "compartir" con la opinión pública el derecho de iniciativa que hasta el año pasado le conferían en exclusiva los Tratados de la Unión Europea. Y solo 10 meses después de que entrase en vigor el Reglamento sobre la iniciativa popular, los ciudadanos europeos aprovechado la rendija abierta por unas instituciones que a diario abren sus puertas de par en para escuchar las tesis de los grandes lobbistas.
Una vez que reciba las firmas, Bruselas dispondrá de tres meses para pronunciarse sobre la propuesta. Y aunque puede rechazarla (hipótesis probable en este caso), tendrá que justificar su decisión a sabiendas de que un millón largo de personas en edad de votar estarán pendientes.
Por si acaso, los promotores de la campaña del agua han decidido seguir recabando firmas para aumentar la presión. Y como en la broma del vídeo de Bar Refaeli, parece que acabarán rompiendo el contador porque para muchas personas el agua está más cerca del corazón ("y por tanto de mis tetas") de lo que tal vez pensaban Barroso y Barnier.
Vídeo: de la página de humor Funny or die.