La reinvención del sector bancario
Los últimos años de la década de los setenta y los primeros de la de los ochenta se caracterizan por una palabra que hoy ya no sorprende a nadie: crisis. Entre 1978 y 1983, 51 de los 108 bancos existentes vivieron una situación complicada que puso en riesgo los depósitos de sus clientes. "Comenzó afectando, en 1978 y 1979, a pequeños bancos, pero a partir de 1980, se fue extendiendo a bancos y grupos bancarios de tamaño mediano, algunos con un pasivo superior a 1.200 millones de euros, y alcanzó su punto de mayor gravedad, en 1983, con el grupo de bancos de Rumasa, cuyos recursos ajenos alcanzaban una cifra próxima a los 3.600 millones de euros", apunta el Banco de España en su Revista de Estabilidad financiera.
Los 51 bancos afectados tenían un volumen de depósitos de alrededor de 9.600 millones de euros, distribuidos en más de cinco millones de cuentas, y proporcionaban ocupación a más de 35.000 personas. A pesar de la complicada situación de algunas entidades financieras, fue una época marcada por la liberalización bancaria y en la que "se construyó un sistema financiero con un alto grado de competencia y se logró un grado de bancarización enorme en España", destaca Francisco Uría, socio responsable del sector financiero de KPMG en España.
Uno de los grandes hitos regulatorios que afectaron al sistema financiero español fue la normativa que permitió a las cajas de ahorros abrir oficinas fuera de su región en 1989. "La libertad de establecimiento de las cajas de ahorros supuso la oportunidad de expansión de estas entidades y permitió que el sistema financiero español se convirtiese en lo que conocemos hoy", puntualiza Esteban Sánchez Pajares, socio de banca de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
Así, los cambios regulatorios provocan que con el tiempo las diferencias existentes entre bancos y cajas (las dos grandes tipologías de entidades que marcan el sistema bancario español), que en un principio eran considerables, se vayan limando hasta prácticamente desaparecer. "El regulador permite que la actividad se vaya acercando cada vez más hasta competir casi en igualdad y en un momento llega a dividirse casi por la mitad el sector financiero", señala Uría.
A finales de los ochenta y durante la década de los noventa, España vive un periodo de concentración bancaria que dota a las entidades de una mayor fortaleza y provoca un profundo cambio en el sector desde el punto de vista de la competencia y competitividad de las firmas del momento.
"La competencia entre entidades hace que los márgenes de las mismas empiecen a estrecharse y se desencadena una primera ola de fusiones. Este periodo de concentración, que dura hasta finales de siglo, y la aparición de productos cada vez más atractivos suponen una importante modernización del sector bancario español", recuerda Sánchez.
Las fusiones vividas en estos años dieron lugar a la gestación de las que serán, aún hoy, las grandes entidades , alcanzando incluso relevancia internacional: los gigantes BBVA y Santander. Aunque el sector no fue ajeno a las crisis (destaca la intervención de Banesto, en diciembre de 1993, que dio lugar al saneamiento bancario más caro de la historia hasta el momento), la década de los noventa y los primeros años del nuevo siglo fueron tiempos de crecimiento, de profesionalización, de competitividad, robustez e internacionalización de las grandes entidades. Se fomenta el tamaño de las firmas.
Las entidades financieras se expandían al calor de la bonanza económica y, fundamentalmente las cajas de ahorros, del boom inmobiliario que caracterizó España hasta mitad de la primera década del siglo XXI. De 1997 a 2006, la economía española creció a una tasa anual del 3,82%, frente al 2,37% de media de la Unión Europea.
El frenético desarrollo de las cajas cambió de manera importante las cuotas de mercado del sistema financiero español. Según datos de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), en el año 2004 estas entidades acaparaban el 56,6% de los depósitos procedentes de empresas y familias. En el negocio de crédito hipotecario contaban con el 53,7% de la cuota de mercado. Además, el número de oficinas llegó a ser superior al del sector bancario.
Al enorme crecimiento del sector se le denominó, pocos años más tarde, sobredimensión. A partir de 2008 con el inicio de la crisis financiera y económica, que aún hoy se vive en España, y como consecuencia de factores como la incertidumbre, la caída de la actividad y la desconfianza de los mercados, se inicia el mayor proceso de reestructuración de la historia reciente del sistema financiero español. Así, las 50 entidades de crédito que en 2009 formaban el sector bancario español (entre ellas 46 cajas de ahorros) se han convertido en 15. "La actual crisis que vive el sector se caracteriza fundamentalmente por la reducción del número de entidades existentes y por la transformación de las cajas de ahorros, que han pasado a realizar su actividad a través de bancos", afirma Francisco Uría, de KPMG.
En julio pasado, los ministros de Finanzas de la UE aprobaron un rescate de hasta 100.000 millones de euros para hacer frente a los problemas del sector bancario español. De esta cifra la UE solo ha desembolsado algo más de 40.000 millones. Los expertos aseguran que el futuro inmediato será el de finalizar el proceso de reestructuración bancaria, aún en curso, y hacer frente a los requisitos de capital exigidos por la nueva regulación financiera.
De la oficina física al banco en el bolsillo
La implementación de la informática y las nuevas tecnologías en las entidades financieras españolas ha sido, sin duda, una de las protagonistas del periodo de modernización del sector. Así, la posibilidad de realizar operaciones bancarias a través de internet ha supuesto un antes y un después en el uso de las oficinas bancarias y en la relación con el cliente. "La implantación de la informática ha sido una revolución que ha permitido a las entidades liberar recursos para ofrecer una gestión mucho más personalizada", señalan desde una entidad financiera.Hoy en día, la mayoría de teléfonos móviles permiten descargar aplicaciones que posibilitan que el cliente lleve su banco en el bolsillo.
Crisis de depósitos a principios de los ochenta
El Fondo de Garantía de Depósitos en Establecimientos Bancarios, creado a finales de 1977, sufrió a principios de los años ochenta una importante modificación y fue dotado de personalidad jurídica con plena capacidad para el desarrollo de sus fines en régimen de derecho privado. Así, el Fondo de Garantía (FGD) amplía su objeto a "la realización de cuantas actuaciones estime necesarias para reforzar la solvencia y el funcionamiento de los bancos en defensa de los intereses de los depositantes y del propio Fondo".
Estalla la primera guerra del pasivo
Septiembre de 1989. Uno de los hitos que marcaron el funcionamiento de la banca española y su conversión al modelo de banca tal y como lo conocemos hoy fue la apertura, por parte de Banco Santander, de la primera cuenta de ahorro remunerada existente en España: la Supercuenta Santander. Como la propia entidad señala, supuso la rotura del statu quo y abrió el sistema financiero español a la competencia.El novedoso producto permitió a la entidad elevar sus depósitos en 150.000 millones de pesetas en tan solo dos meses.
Intervención de Banesto
Diciembre de 1993. El Banco de España intervino el Banco Español de Crédito (Banesto), con el cese inmediato de su consejo de administración y de su presidente, Mario Conde. En un comunicado, el supervisor señalaba que "la situación de Banesto obliga a adoptar medidas de saneamiento que no podrían afrontarse por la entidad de forma aislada y requieren el apoyo de todo el sistema bancario y, en su caso, del Fondo de Garantía de Depósitos". Fue la mayor operación de saneamiento hasta la fecha, con un coste de 1.168 millones de euros.
Entrada en vigor de la moneda única
ENERO DE 1999.La adopción del euro como moneda única en 1999 supondrá un importante punto de inflexión en el sistema financiero español y en el modelo bancario, fundamentalmente en lo que respecta al crecimiento y a la internacionalización de las entidades financieras españolas.En 1999, el balance en el exterior de las entidades de crédito españolas era de 211.500 millones de euros; diez años después, en 2009, esta cifra ascendía a 872.297 millones de euros, lo que supuso un incremento del 312%, según datos del Banco de España.
El inicio de la gran reestructuración
SEPTIEMBRE 2008. Para muchos, la quiebra del banco de inversión norteamericano Lehman Brothers a finales de 2008 marcó el inicio de la crisis financiera que asoló los mercados de todo el mundo y que continúa afectando gravemente a la economía española. En aquel momento, y tras años de bonanza, el sistema bancario español había alcanzado dimensiones extraordinarias. Por ejemplo, las oficinas de entidades de crédito en España lograban en ese punto su máximo histórico, con un total de 46.221 (39.413 en septiembre de 2012).