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Los motivos por los que el empleo cae el triple que el PIB

El Producto Interior Bruto cayó en 2012 un 1,3%, según las primeras estimaciones del Banco de España. Pero en el mismo periodo el empleo descendió en 850.500 personas, un 4,78%, nada menos que 3,6 veces más, algo hasta ahora desconocido. La explicación está en una sobreestimación del PIB, en una evolución descomunal de la productividad en el sector privado y en la aportación al ajuste de un sector públcio poco productivo.

En 2009, año en el que la destrucción de empleo fue más abultada de la actual crisis económica, la caída del PIB fue superior al 3%, con lo que la elasticidad de la ocupación mantenía cierta coherencia. Pero ahora los comportamientos clásicos han saltado por los aires. En 2009 se destruyeron 1,36 millones de puestos de trabajo, un 6,8% del existente cuando arrancó el año, y la tasa de paro se disparó desde el 11,3% de los activos hasta el 18%. El empleo descendió a un ritmo que duplicada al del PIB: 3,5% frente a 6,8%.

Pero este año esta elasticidad, considerada normal pese a que 2009 es el año de mayor destrucción de puestos de trabajo de la historia de España, ha destrozado todos los cánones clásicos, pues ha multiplicado por 3,6 veces la pérdida de PIB. Cuáles son las causas aparentes de esta anomalía macroeconómica.

No son fáciles de identificar, pero algunas pistas tenemos. En primer lugar, hay autores que consideran que el PIB español está ahora sobreestimado, como estaba infraestimado cuando la economía crecía a valores superiores al 4%, en los primeros años del siglo. De hecho, en esos años se produjo una actualización del PIB que supuso un salto cuantitativo de la producción nacional de cuatro puntos, nada menos que 40.000 millones de euros.

Esa sobresestimación del PIB, no cuantificada pero que podría estar en el entorno de casi un punto cada año, desvirtúa todo el cálculo que se haga sobre la productividad en España. Dando por buenos los cálculos que hace Estadística en la EPA y los expertos en contabilidad del Banco de España sobre el crecimiento económico, en 2012 la productividad aparente del factor trabajo se habría incrementado en 3,5 puntos, dado que con 850.000 trabajadores menos habríamos producido una cantidad prácticamente igual al año anterior, solo un 1,3% inferior.

Desde luego el cálculo de la productividad aparente puede ser diferente este año, dado que se ha incorporado al ajuste del empleo un sector público demasiado inflado en sus plantillas, puesto que hasta el último tramo de 2011 siguió engordándolas, cuando la producción del país se estaba ya contrayendo. De hecho, la salida de ocupados del sector públcio ha sido muy superior en términos relativos a la del sector privado, ya que el descenso de ocupados es de 6,98%, frente al 4,3% del sector privado.

El ajuste del sector público se ha producido fundamentalmente en el personal no funcionario de los ayuntamientos y las comunidades autónomas, y en actividades no de mercado (educación, sanidad, etc.), en las que el cómputo de la productividad real es muy complicado, y donde valorar la pérdida de calidad y cantidad producida es muy voluntariosa. En todo caso, en algunas comunidades autónomas las bajas han sido susituidas por un incremento de la jornada del personal funcionario, sin detrimento de cantidad y calidad producida.

Pero desde luego la reforma laboral ha tenido una participación muy importante en el comportamiento del empleo en 2012. Los cambios en los mecanismos de ajuste de las emplresas, utilizados de forma masiva este año pasado, han permitido a las empresas ajustar sus plantillas hasta límites de estrés en muchos casos. La imposibilidad de hacerlo antes por coste provocaba que las empresas en muchas actividades mantuvieran plantillas hinchadas, y la de hacerlo ahora ha provocado que en muchos casos se hayan excedido en el ajuste, forzando una productividad hasta los límites.

En todo caso, las empresas han considerado que colocan sus niveles de empleo en los estándares que pemite la demanda de sus bienes y servicios producidos, y es lógico que cuando la demanda dé la vuelta, recompongan sus efectivos más rápidamente, dado que el proceso de devaluación interna de costes parece imparable. Con otras palabras, la elasticidad de PIB y empleo ha cambiado con la reforma tanto en etapas contractivas como en expansivas, y cabe esperar que con un crecimiento del PIB del 1% se generará empleo, y seguramente al principio del ciclo, una vez sacudidas las expectativas negativas de las empresas, con más intensidad.

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