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Formación y empresa

El futuro de las universidades corporativas

Una de las primeras universidades corporativas en crearse, allá por la década de los sesenta, fue la Hamburger University (Universidad de la Hamburguesa), cuando McDonald's planeó un centro de formación para sus empleados. Era importante impartir doctrina sobre gestión en el sector de comida rápida, sobre qué tipo de servicio se ha de prestar al cliente o la presentación de los menús, entre otros. Comenzó con 14 alumnos en las aulas a tener a más de 5.000 cada año.

El panel de expertos en universidades corporativas
El panel de expertos en universidades corporativasPablo Monge

La formación en este centro se imparte en 28 idiomas, y del reducido espacio de un sótano de un restaurante en Elk Grove Village (Illinois) se ha convertido en un campus, con sede además de en Estados Unidos, en Sídney, Múnich, Londres, Tokio, Hong Kong y Brasil. Sirva esta breve introducción como ejemplo de la magnitud y relevancia que han adquirido las universidades corporativas dentro de las organizaciones. El objetivo de estos centros no es otro que el de facilitar formación continua a sus empleados, fundamentalmente a los equipos directivos, así como expandir la cultura corporativa y retener a los profesionales.

En España, Gas Natural Fenosa fue pionera al crear su universidad corporativa en el año 2000. "Es un motor de transformación del negocio, un puntal de transmisión de conocimiento", asegura la gerente de este centro de formación, Teresa Manobens. La Universidad Gas Natural Fenosa imparte al año 50 horas lectivas por empleado, invierte 600 euros de media anual por trabajador (la compañía tiene 18.000 empleados) y el 85% de la formación que imparte es técnica, mientras que el resto es de liderazgo.

El ejemplo de la compañía energética lo han seguido otras multinacionales españolas. Algunas de ellas participaron en un desayuno organizado por CincoDías sobre Universidades corporativas: las nuevas gestoras del conocimiento, en colaboración con Ferrovial.

Los directivos son los mejores prescriptores de la cultura de la empresa, dicen los expertos

Precisamente este grupo de infraestructuras creó su propia universidad, denominada Summa, en 2006, "y nace en un momento de cambio porque trata de ayudar a la compañía en un momento de transformación, cuando amplía sus negocios tradicionales con un enfoque internacional", explica Juan Ramón García, gerente de Summa, quien define a estas instituciones como el lugar de encuentro, donde se "ayuda al aprendizaje y se le ofrece a la gente la idea de compartir".

Banco Santander también cuenta con su propio campus corporativo, conocido como Centro de Formación El Solaruco, que ofrece una medida de 37,5 horas por profesional. La entidad financiera cuenta con más de 195.000 empleados, de los cuales 193.000 recibieron algún tipo de formación en 2011. Cerca de 3.000 ejecutivos también han pasado por estas aulas. "Es importante que los directivos reciban formación porque es garantía de transmisión de conocimientos, de puesta en común, de estar preparados para el mañana", sostiene Alexandra Brandäu, directora de políticas corporativas de conocimiento de Santander, quien considera fundamental que la alta dirección participe e imparta formación, ya que es la experiencia la que hace que sean auténticos expertos en materias como riesgos, auditoría o banca comercial.

El Centro Superior de Formación de Repsol también ha sido concebido como un motor de transformación, donde lo importante es la gasolina pero también esas personas que ponen el combustible. "Tenemos que liderar el mañana, y responder a los retos que se nos presentan innovando. Queremos construir, acompañar y dar respuesta a la sociedad", afirma María Jesús Blasco, directora de la universidad de la petrolera.

Contribuir y potenciar el desarrollo de la empresa es una de las prioridades hoy día de los campus corporativos. Un fenómeno reciente, sostiene Luis Vives, profesor de dirección general y estrategia de Esade, que considera fundamental que aúnen dos áreas, la financiera y la de recursos humanos. Precisamente, este último departamento debe aportar líderes para el futuro. "Son herramientas estratégicas que deben ayudar a potenciar y fijar nuevas estrategias para el futuro de la compañía", agrega Vives. Entre los papeles que desempeñan estas universidades destacan la alineación con la cultura y los valores, "de mayor interés en las empresas con rápido crecimiento y diversidad internacional", así como la formación más allá del aula, "ya que se trata de compartir valores a través de la experiencia, pero también tomando una cerveza con los compañeros", agrega el docente de la escuela de negocios. También cree que es fundamental, para un mejor posicionamiento de futuro, implicar a los directivos para que compartan la visión y puedan recibir ideas directas.

"Las universidades corporativas deben tener impacto en el negocio, han de contribuir a que la inversión tenga un retorno", agrega Vives, que destaca el esfuerzo de estas instituciones que han visto reducido su presupuesto debido a la crisis económica, "ahora hay que hacer más con menos recursos".

Otro rol importante es trabajar los itinerarios. "Son los que dan más sentido a la formación, las estructuras de conocimiento. Es necesario saber cuáles son las habilidades que se necesitan en las distintas áreas de negocio, así como los planes de desarrollo individuales", señala Teresa Manobens, de Gas Natural Fenosa.

En Banco Santander, asegura Alexandra Brandäu, la oferta formativa está centrada en la persona. "Hay un movimiento hacia el individuo. Es importante saber qué se necesita, qué habilidades tienen. Y no hablo de formación, hablo de conocimiento", señala esta ejecutiva, que destaca la cantidad de información formativa que genera la entidad financiera para la que trabaja, con negocio en diferentes países y culturas.

Y cita como ejemplo que el 30% de la cuenta de resultados del banco proviene en la actualidad de Brasil. Por tanto, "hablamos de cultura del Santander porque hoy día la banca comercial ha puesto conocimiento en común, pero es necesario crear un entorno para contar a los empleados la cultura del grupo", explica.

Las universidades corporativas generan conocimiento que también exportan. "Lo que hacemos en España nos sirve para compartirlo, para que llegue a otros lugares. Es una lluvia fina a la hora de generar cultura", asegura Juan Ramón García, gerente de Summa, el campus corporativo de Ferrovial, cuyo principal reto en estos momentos es dar el salto tecnológico en el campo de la formación. "Es importante contar con el apoyo de la gente, con el conocimiento interno para diseñar la oferta de la universidad", añade.

Para Ferrovial es fundamental que los órganos de gobierno, esto es, la dirección de la compañía dibuje el camino a seguir, "que nos diga dónde poner el foco". En esta idea coinciden el resto de los participantes en el desayuno. "Los directivos son los prescriptores de la formación, son los embajadores, los formadores internos", dice Alexandra Brandäu. Porque las universidades corporativas si algo han favorecido, añade Luis Vives, es la "inteligencia colectiva, ha abierto los debates estratégicos".

La función de este tipo de centros formativos va más allá de los contenidos, agrega María Jesús Blasco, de Repsol: "Es básico entender el ADN de la empresa, la identidad propia, la cultura de cada uno".

El reto de la innovación cae encima de la mesa. "Tenemos que ser capaces de desarrollar una cultura innovadora. Poner a trabajar a la gente en retos, en entornos delicados", insiste Juan Ramón García. El objetivo no es otro que ir por delante del propio negocio. Y, como dice Luis Vives, siempre es "mejor formar para que los empleados se vayan, que no formarles y que se queden". Lo que supone, como añade el portavoz de Ferrovial, otro motivo de inquietud.

Tecnología y formación para el proveedor

Una de las asignaturas pendientes de las universidades corporativas es la extensión de su formación a proveedores y clientes. En Repsol es algo que ya tienen en marcha, tal y como asegura María Jesús Blasco, la responsable del Centro Superior de Formación, y ya imparten formación a distribuidores de gas, de venta directa y a transportistas. "Es una necesidad porque se consigue fidelización con la marca, y hay que buscar ante todo una buena gestión, por ello es necesario poner el foco también en nuestros canales de distribución".Gas Natural Fenosa también considera necesario conceder este tipo de formación a contratas porque "es importante la calidad del servicio", señala Teresa Manobens. "Se trata de alinear la cadena de valor", apostilla Luis Vives, de Esade. De hecho, cuando se alcanza cierto nivel de madurez, existe la opción, dice el responsable de la universidad de Ferrovial, de "posicionar la universidad en el exterior pero también tenemos que ver cómo vamos a dar el salto tecnológico", afirma Juan Ramón García, que considera necesario realizar autoexamen para "ver hasta qué punto las universidades corporativas estamos pegadas al negocio". Son instituciones que han de estar con ojo avizor, "mirando dentro y fuera y filtrando, porque no todo nos puede servir porque formamos también a directivos jóvenes", puntualiza García, que añade otro motivo desvelo: la movilidad externa.El cambio tecnológico es otro de los retos que tiene por delante Gas Natural Fenosa: "Tenemos que ver cómo vamos a impartir esa formación a través de la tecnología. Entender qué ofrece el mercado e innovar", asegura Manobens.

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