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Tribuna
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El nuevo liderazgo político chino

Ha transcurrido una década desde la celebración del XVI Congreso Partido Comunista chino en 2002. En estos 10 años China ha experimentado un crecimiento económico extraordinario, importantes avances en su proceso de reformas y apertura, incremento de las relaciones con otros países, así como mayores niveles de renta urbana y rural. Estos cambios convierten a China en la segunda economía mundial, el mayor exportador del mundo y también el país que acumula mayor cantidad de reservas extranjeras.

A lo largo del último mes las autoridades de Pekín han trabajado sin descanso para asegurar que el XVIII Congreso del Partido Comunista chino se desarrollase en un clima de seguridad y tranquilidad. De acuerdo con datos ofrecidos por el departamento de Organización del Comité Central del PCCh, el número de miembros del partido a finales de 2011 superaba la cifra de 82,6 millones. Entre el 8 y el 14 de noviembre se celebró el congreso que ha renovado el Comité Permanente del Politburó y el Comité Central del partido, en un momento crucial para el desarrollo económico y social de China. Los más de 2.000 delegados han elegido a la nueva generación de líderes políticos del gigante asiático que determinará el futuro del país en la próxima década y por tanto afectará a la economía mundial. En el marco del congreso se han adoptado decisiones estratégicas sobre el proceso de reformas y apertura de China y se ha nombrado al vicepresidente Xi Jinping como secretario general del Partido Comunista chino, preparando así el camino para reemplazar al presidente de China, Hu Jintao, en marzo de 2013.

Como ocurre con la mayoría de los líderes chinos, el Gobierno controla la información que trasciende y no abundan los datos sobre él. Se sabe que Xi Jinping nació en Pekín en 1953, cursó estudios de Ingeniería Química en la Universidad de Tsinghua, y se afilió al Partido Comunista de China en 1974, ocupando cargos en diferentes órganos del partido y en regiones económicas importantes, como Fujian, Shanghái y Zhejiang.

En la sesión de apertura del congreso, el presidente Hu Jintao destacó la necesidad de continuar con las reformas económicas y acelerar el cambio de su modelo de crecimiento para mejorar la competitividad de la economía china, todo ello en un contexto de socialismo con características chinas. Como parte del XII Plan Quinquenal (2011-2015), se tratará de incrementar el consumo doméstico para impulsar el crecimiento económico, rompiendo de este modo con la tradicional dependencia de un modelo basado en las inversiones y las exportaciones. En 2011, primer ejercicio del actual plan quinquenal, el crecimiento de la economía china se situó en el 9,3%.

Por su parte, el primer ministro de China, Wen Jiabo, aludió en su discurso de inauguración del congreso a cuestiones claves que los nuevos líderes políticos de China tendrán que abordar urgentemente: 1) el desarrollo de una sociedad próspera; 2) un nuevo modelo económico impulsado por la innovación que evite un desarrollo económico inestable, descoordinado y no sostenible; 3) el bienestar de la sociedad (educación, sanidad, empleo, atención a una población que envejece -en 2020 habrá 243 millones de chinos mayores de 60 años-); 4) la modernización militar (modernización de las fuerzas armadas, reforzar la seguridad marítima y espacial, así como la seguridad en el ciberespacio); 5) la reforma de la estructura política para un mejor liderazgo del partido, la optimización del sistema legal y su aplicación sin copiar jamás un sistema político occidental; 6) las relaciones con Taiwán (diálogo con los partidos políticos de Taiwán siempre que no pidan la independencia), y 7) las relaciones internacionales, entre otros temas.

Wen Jiabo marcó como objetivo para 2020 duplicar el PIB y la renta per cápita, tanto urbana como rural, respecto a los niveles de 2010. En 2011 la renta per cápita urbana ascendía a 3.493 dólares. A diferencia de las ediciones XVI y XVII del congreso, en esta ocasión se incluye entre los objetivos la renta per cápita, no solo el PIB.

Durante los tres primeros trimestres de 2012 la economía China ha sufrido una desaceleración como consecuencia de la crisis financiera global. El Gobierno adoptó medidas fiscales y monetarias para contrarrestar esta desaceleración. La mejora de los datos de comercio e indicadores domésticos de octubre sugiere que la desaceleración se está frenando y apoya la previsión de alcanzar en 2012 un crecimiento del PIB del 7,5%, al menos. En el XVIII Congreso del Partido Comunista chino se anunció la inversión de 16.000 millones de dólares para ampliar las líneas de metro de Pekín.

En cuanto a relaciones internacionales, la rápida transformación de China en estos años ha captado la atención de empresarios e inversores internacionales, abriendo nuevas oportunidades a las exportaciones de la UE y Estados Unidos a China, así como a la inversión en China.

Precisamente su papel de principal exportador mundial atrae la inversión de empresas logísticas, como FedEx Corp., que planea invertir más de 100 millones de dólares en la construcción de un almacén en el aeropuerto internacional de Pudong (Shanghái). Algunos sectores de la economía china han experimentado cierto nivel de apertura hacia la inversión extranjera mientras que otros, como el financiero o la construcción, presentan aún numerosas limitaciones.

Las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y China, intensificadas en los últimos años, han sido complicadas y siempre marcadas por la competencia y la cooperación. Estados Unidos es el segundo socio comercial más importante de China y viceversa. El volumen de comercio bilateral entre ambos países este año se espera que sobrepase los 500.000 millones de dólares. Durante la primera Administración de Barack Obama la cooperación y los intercambios comerciales marcaron las relaciones entre ambos países aunque también surgieron problemas, que se materializaron en una fuerte presión sobre los líderes chinos en cuestiones como la protección de los derechos de propiedad intelectual y las falsificaciones de mercancías, sin olvidar las tarifas antidumping sobre neumáticos chinos en 2009.

Se espera que esta relación de competencia y cooperación continúe durante el segundo mandato del recientemente reelegido presidente Barack Obama. Estados Unidos prevé duplicar sus exportaciones a China en 2014.

El volumen comercial con la Unión Europea, su principal socio comercial, ha experimentado una caída del 3% como consecuencia de la crisis de la deuda en la zona euro, situándose en los 452.830 millones de dólares en 2012. En los últimos años China está reforzando su papel inversor en la Unión Europea, atraída por las nuevas tecnologías y el acceso a un mercado laboral con cualificaciones muy atractivas para las empresas chinas.

Por otro lado, los inversores chinos también buscan incrementar la notoriedad de sus marcas en la Unión Europea. Se espera que la nueva generación de líderes chinos apueste por reforzar la interdependencia de China y la UE al tiempo que continúe con el compromiso de China de ayudar a la estabilización del euro.

Patricia Ordóñez de Pablos. Profesora de la Universidad de oviedo. Directora de International Journal of Asian Business and Information Management

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