"Al investigador que emprendía se le veía como un hereje"
Los galardones Rey Jaime I llevan desde 1996 premiando a importantes figuras del mundo económico y social. Su más reciente categoría, la de emprendedor, creada en 2010, ha recaído este año en Noriel Pavón (Salgacero, Cuba, 1973), cofundador de Oncovisión, empresa de diagnóstico médico. Es doctor en Física y lleva 12 años en España, donde vino a investigar y se quedó a emprender. Le han correspondido 100.000 euros por este premio, patrocinado por Mercadona, la escuela de empresariales Edem y la patronal valenciana AVE.
Pregunta. ¿Con qué problemas se encontró al emprender?
Respuesta. El primer problema que surge es la financiación y encontrar el socio adecuado.
P. ¿Qué barreras deben superar los emprendedores?
R En mi campo, la barrera fundamental es que el entorno español no es muy tecnológico. Eso provoca que sea difícil encontrar inversores especializados. Nosotros tuvimos suerte de encontrar a Bullnet Capital, un fondo que se dedica a las tecnologías. Pero no existe nada específico, por ejemplo, para equipamientos médicos. Eso supone que haya dificultades para establecer un plan de negocio concreto para lo que estás desarrollando. Hay que ir aprendiendo con el tiempo.
P. ¿Qué haría falta para que surgieran más emprendedores?
R. Es una cuestión de filosofía. La gente tiene que creerse que somos capaces de hacer cosas. La cuestión es arriesgarse. Hay que crear una cultura del riesgo, tienen que atreverse más. Aunque algo ya se está haciendo. Llevo en el entorno universitario desde hace 12 años y antes no lo veía. En los últimos cinco años he notado que hay muchos eventos relacionados con el emprendimiento.
P. En general, no se ha visto bien ser profesor o investigador y a la vez ser empresario con un proyecto propio o para vender una idea. ¿Cree que ha sido la crisis la que ha permitido el cambio de mentalidad?
R. Sí, es cierto. Yo he visto con mis propios ojos que cuando un investigador estaba emprendiendo, le veían como un hereje. Sin embargo, al poco tiempo, si el investigador tenía un poco de éxito, los demás reconocían que quienes se habían equivocado eran ellos por no hacerlo también. De mí la gente cree que me he hecho rico inmediatamente. Eso no es así. Hay que trabajar muy duro para que eso ocurra. Ahora nuestro entorno nos usa de referencia y se han animado a tirarse a la piscina. Hace unos años tampoco existían los parques científicos en la universidad para nuevas spin-off. Ahora es más fácil entrar en ese mundo. El entorno dentro de la universidad es muy favorable para que la gente se anime a crear empresas. La crisis lo que ha hecho es mejorarlo, porque no queda más remedio. Están viendo que ser funcionario no es la panacea.
P. ¿A usted también le vieron como un hereje?
R. No era mi caso, porque yo era un estudiante y poco conocido. Pero a los profesores que trabajaban con nosotros sí se les veía así. Parecía que estuviesen traicionando el áurea mágica de la ciencia fundamental para hacer cosas más terrenales.
P. ¿Por qué no hay más empresas de base científica?
R. No diría eso. Aquí en Valencia no existía hace cinco años ninguna de las empresas en el entorno del parque tecnológico. El tejido está creciendo, pero debería haber muchos más. En EE UU, cerca del MIT, en esa zona hay miles de empresas que van de la mano de la universidad. Paro eso faltan años. Y también algunas empresas caerán.
P. ¿Qué tipo de compañías caerán?
R. Las razones pueden ser múltiples. Las empresas hay que salvarlas cada día. El entorno es bastante hostil a día de hoy, pero hay muchos motivos para llevarlas al cierre. Si te equivocas en un desarrollo de tecnología o surge otra que resuelve el mismo problema, se te puede caer.
P. ¿Qué consejo daría a alguien que quisiera emprender ahora?
R. Si tiene fe en su idea, debe luchar por ella. Lo esencial es involucrar a la persona adecuada para que sea tu socio, convencerlo de lo bueno que es y ponerse de acuerdo en que puede haber negocio.
P. ¿Y dónde hay dinero?
R. Es difícil encontrarlo, pero sí hay. Posiblemente los inversores de capital riesgo son los únicos con capacidad, y en el caso de las pequeñas empresas también hay business angels. Para las compañías que ya funcionan, una salida son los proyectos europeos.
P. ¿La tecnología española puede competir a nivel global?
R La tecnología es de cuando la creas. Nuestra tecnología es española porque se hace aquí, pero llamarla española no le da valor. Estamos en el mundo global, en el que los conocimientos pasan inmediatamente de un lugar a otro. Lo importante es crear el entorno para que fructifique el emprendimiento.
"Queremos crecer de forma exponencial"
Oncovisión es una start-up tecnológica surgida en 2003 del Instituto de Física Corpuscular de Valencia (CSIC) y de la Universidad de Valencia. José María Benlloch fue el investigador pionero que dio base a la creación de la firma. Desarrollaron una cámara gamma para cirugía de tumores. La diferencia con otros productos existentes es que sirve imágenes en tiempo real y es un equipo portátil, ideal para los quirófanos. "Este tipo de producto no existía. En un congreso se me acercaron médicos y me mostraron que aquello tenía una utilidad. Quien te dice si una tecnología puede ser valiosa es el usuario final. Ahí se encendió el chip de crear el equipo. Sé exactamente cuando ocurrió: el 6 de junio de 2002 en Sevilla", relata Pavón. "Justo yo acababa el doctorado y tenía que ir a algún sitio. Busqué a un amigo español curtido en la empresa y le conté la idea. Mi idea era convertirlo en un equipo médico". Y pronto surgieron otros dos productos, uno para mama y otro para investigación preclínica con animales. "Y seguimos sin competidores". En el accionariado permanecen los fundadores, con un 35%, Bullnet Capital desde 2006, Axis (del ICO) y Cross Road Biotech. Situados en Valencia, cuentan con 60 empleados y cuatro millones de facturación en 2011 y presencia en más de 30 países. "En los próximos cinco años queremos seguir creciendo a un ritmo exponencial, ampliar la línea de productos y conseguir una distribución mundial".