El cajón que guarda la renovable que sobra
Endesa y Saft Baterías prueban por primera vez, en Gran Canaria, el almacenamiento de energía limpia.
La isla de Gran Canaria dará luz verde en pocos meses a la que promete ser parte de la solución para dar más peso a las renovables en el sistema eléctrico. Su suelo albergará a partir del año 2013 uno de los primeros parques eólicos de Europa a los que acompañarán baterías gigantes para almacenar la energía sobrante cada vez que esta no puede entrar en el sistema.
Cuando hay fuertes vientos, el sistema eléctrico es incapaz de absorber toda la energía procedente de los aerogeneradores, que terminan desenchufándose. La Península asume mejor ese obstáculo porque las renovables se combinan con las otras fuentes de generación, el carbón, las nucleares o la hidráulica. Pero en las islas esa infraestructura resulta mucho más cara. Por ello, Endesa y la multinacional Saft Baterías probarán a partir del próximo mes de marzo el almacenamiento de la energía sobrante de la eólica y de la solar fotovoltaica. Con un sistema de almacenamiento de este tipo se puede conservar entre el 30% y el 40% de la energía sobrante.
Estas baterías de litio-ion absorberán hasta tres megavatios por hora, el equivalente de la electricidad que necesitan 600 viviendas. El proyecto se probará en tiempo real durante tres años. En ese tiempo se abastecerá a la isla y ambas compañías seguirán la evolución del proyecto. "Hace cuatro años, las eléctricas decían que la energía no se podía almacenar; sí se puede con baterías, pero resultaba muy caro", según Joaquín Chacón, director general de Saft, de origen francés.
El reto ahora es extender su uso y bajar los precios hasta que cualquier usuario pueda generar electricidad a partir de renovables y almacenarla para utilizarla en los momentos del día en los que ni sopla el viento ni hay sol. Es una pequeña revolución que acompañará el cambio en el modo en el que se genera, se consume y se distribuye la electricidad, porque con el tiempo ya no habrá unas pocas empresas que controlen este mercado en exclusiva, sino miles de puntos de generación, consumo y distribución. Para que ese momento llegue, la industria de las baterías quiere limar la complejidad en el manejo y la instalación de estos artilugios, y que "cualquiera que la compra sepa ponerla en marcha", matizan desde Saft.
El almacenamiento es especialmente bienvenido en las islas, porque evita costosas infraestructuras, como tirar cables submarinos para que el consumidor tenga acceso a la electricidad; garantiza el suministro, ya que pueden cubrirse los picos de demanda, y asegura su calidad, gracias a que la batería absorbe los defectos de generación, por ejemplo, cuando hay huecos de tensión en la red.
Hawai, Trinidad y Tobago, Jamaica y Guadalupe figuran entre los clientes de Saft. "Hawai, donde el turismo va en aumento y la infraestructura eléctrica es menor, está invirtiendo en renovar su red mediante las renovables y el almacenamiento. Allí se han olvidado de las centrales térmicas", prosigue Chacón.
Europa aún no tiene dispositivos de este tipo a escala comercial, pero la industria asume que este es uno de los caminos para alcanzar los objetivos de eficiencia energética que se ha fijado la Unión Europea y para reducir costes, porque entre el 20% y el 30% de la electricidad que se genera se pierde en su viaje hacia la industria y los hogares. Estados Unidos está abriendo el camino, con el mayor mercado de almacenamiento y producción de esta tecnología.
Los expertos coinciden en que ante una economía más demandante de electricidad, el principal reto a corto y medio plazo será fortalecer las redes de transporte en Europa, mediante redes inteligentes conectadas capaces de seguir la demanda y el consumo en tiempo real para diversificar los usos de la energía eléctrica.
Las cifras
20% de la energía que se genera se pierde en el transporte hacia el centro de consumo.600 viviendas de la isla de Gran Canaria es el equivalente de la electricidad sobrante que se podrá almacenar.80% de la producción de baterías de Saft se exportará en 2012, frente al 30% de exportación en 2011.
Salir fuera, la única baza
Saft, una de las cinco empresas del mundo que se reparten el mercado de las baterías de litio-ion que integran los coches eléctricos, exportó en 2011 el 30% de su producción. Este año, sus exportaciones aumentarán hasta el 80%. "Aquí falta confianza y planificación de cómo se quieren hacer las cosas como país", opina Chacón. La incertidumbre sobre el futuro está empujando a las compañías nacionales de sectores punteros como las renovables a salir fuera en busca de mercado.España sigue siendo líder mundial, según el director general de esta compañía, y aquí se quedará la tecnología, pero la fabricación y comercialización saldrá fuera.Saft abrió en 2011 su primera gran fábrica de baterías en Florida. La empresa está presente en 19 países y tiene 4.000 empleados. EE UU y Europa, con España a la cabeza, son los principales actores de soluciones de almacenamiento de energía litio-ion, por delante de Asia, por el momento. Las baterías de esta tecnología alimentan los coches híbridos, con mezcla de combustibles tradicionales y electricidad. Los conocedores del sector coinciden en que el mercado no verá vehículos eléctricos puros a medio plazo, ya que estas baterías aún no aportan la suficiente autonomía para largas distancias.