Las bombillas incandescentes dejan de brillar desde hoy
Las fábricas europeas abandonan la producción de estas lámparas para mejorar la eficiencia y contaminar menos
Es el fin de las buenas ideas? No, solo de su símbolo o al menos de la luminaria incandescente con la que se solían identificar. A partir de hoy, estas bombillas tradicionales serán un objeto en vías de extinción, propio de lámparas de abuelita o de mercadillos vintage. Dejan de fabricarse en todos los Estados miembros de la Unión Europea, en cumplimiento de la Directiva Ecodesign 2009/125/CE, después de más de 130 años de existencia.
Con este paso se pone fin al periodo transitorio de adaptación a la nueva normativa de eliminación de estas bombillas, que se inició en septiembre 2009 con la retirada de las bombillas incandescentes de más de 100 vatios. En 2010, se acabó con la venta de las de 75 vatios y en 2011, dejaron de comercializarse las de 60 vatios.
Desde Europa, se pretende responder a un doble objetivo con esta medida: por un lado, mejorar la eficiencia en la iluminación y reducir el consumo energético, dado que las incandescentes solo convierten un 5% de su consumo eléctrico en luz. El resto, se pierde en calor. En términos energéticos, el Ejecutivo comunitario estima que la retirada supondrá un ahorro de 40.000 millones de kilovatios/hora a partir de 2020, lo que equivale al consumo eléctrico de 11 millones de hogares.
Pero además, este cambio también tendrá un importante impacto sobre el medio ambiente. Se reducirán los residuos generados por la iluminación gracias a la mayor duración de las bombillas y disminuirán las emisiones de dióxido de carbono (CO2) anualmente en 15 millones de toneladas.
Los consumidores podrán sustituirlas por bombillas fluorescentes compactas de larga duración, que ahorran un 75 % de energía, o las halógenas, equivalentes a las incandescentes en la calidad de iluminación y que consumen entre un 25 y un 50 % menos.
Las modernas lámparas led se perfilan como las sucesoras naturales de las incandescentes por su calidez, su larga duración, su encendido inmediato y su eficiencia, ya que pueden permitir ahorrar hasta un 70 % de energía.
Sin embargo, el alto precio de las led, entre 15 y 25 euros frente al euro que solía costar una bombilla tradicional, es el mayor obstáculo para su implantación. Además, los consumidores valoraban la calidez anaranjada de la luz frente a la blanca de los fluorescentes.
Con la sustitución, la CE espera que los hogares paguen hasta 50 euros menos al año, entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la UE.
Una lámpara para 20 años
El pasado mes de abril, Philips puso en el mercado estadounidense la bombilla más eficiente producida hasta la fecha, dura unos 20 años, tiene 10 vatios de potencia e ilumina más que una de 60 vatios. Además, produce "una luz cálida, de tono natural" frente a la frialdad de los fluorescentes.Su principal problema es el precio, 60 dólares (47 euros). Sin embargo, la multinacional se ha comprometido a rebajar este precio, que refleja el costo de los componentes, hasta los 50 dólares de inmediato. Trabajarán para seguir rebajando hasta los 30 dólares.El Congreso de EE UU lanzó el concurso L Prize en 2007, para crear una bombilla para reemplazar la incandescente ordinaria, ineficiente, de 60 vatios. Philips fue el único concursante.
La cifra
70% es el ahorro de energía que producen las lámparas led, las más proclives a sustituir a las incandescentes por tipo de luz, aunque son más caras.