La ciencia se reivindica
Los galardonados con el Premio Fronteras del Conocimiento recuerdan la importancia de la investigación para la sociedad y alertan del "antiintelectualismo".
En algunos políticos y en parte de la sociedad hay un antiintelectualismo agresivo, como si la ciencia fuera un lujo". Una advertencia realizada por el biólogo estadounidense Daniel H. Janzen en el diálogo que mantuvieron los galardonados en los Premios Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento con Juliette Foster, periodista de la BBC. Poco antes de recibir los honores públicos, este jueves, conversaron durante dos horas para una grabación de televisión.
De la charla surgió una advertencia: "Me preocupa el ambiente en el que nos movemos, la ignorancia agresiva y la carencia de interés hacia la ciencia de algunos políticos y líderes sociales", alertó el economista británico Angus Beaton. "En Estados Unidos hay gente que declara falsos los avances científicos. Se han politizado", advirtió Isaac Held, galardonado en el campo de Conocimiento del cambio climático.
La reflexión llegaba ante la pregunta de si los recursos públicos empleados en la investigación son una partida recortable. "El dinero destinado a la ciencia es banal comparado con lo que la sociedad gasta en lujos y hedonismo", apuntó Janzen. "No es tanta la inversión necesaria si la comparamos con cualquier otro gasto", coincidió el astrofísico suizo Didier Queloz, quien compartió el premio en Ciencias básicas junto a su compatriota y maestro Michel Mayor. "La curiosidad es innata al hombre. Y de ahí surgen grandes avances para todos", afirma Mayor. "Hemos alcanzado grandes logros, ¿serían posibles estos avances sin curiosidad científica? No debemos olvidar que al final esa inquietud retorna a la sociedad", reflexionaba el discípulo. Ambos físicos recibieron el premio por descubrir en 1995 el primer planeta extrasolar en órbita alrededor de una estrella parecida al Sol.
"Los resultados de la ciencia son muy importantes, son la base del futuro de la sociedad", opinaba también el biólogo Alexander Varshavsky en este diálogo preparado por la Fundación BBVA a puerta cerrada, solo con una decena de periodistas como testigos. Este investigador de EE UU, de origen ruso, fue premiado por explicar el mecanismo de degradación de las proteínas.
"La ciencia tiene algo de impredecible. Creemos que lo que hacemos ahora es importante, pero no sabemos si realmente lo será en 20 años. Nunca conocemos de dónde saldrá algo clave", explicó el ingeniero Carver Mead, quien recibía el premio en la categoría de las Tecnologías de la información y la comunicación. Este californiano es uno de los padres del desarrollo de Silicon Valley, con innovaciones como la miniaturización del chip, y ha sido profesor de los mejores científicos en el Instituto Tecnológico de California (Caltech). "Mi trabajo más importante fue hace 40 o 50 años. Nadie sabía de lo que hablaba, pero ahora todo el mundo se beneficia de ello. Tenemos que hacer frente a gente que no nos cree. Te encuentras ante un muro", reconoció. "En 1985 todo el mundo nos decía que un bosque tropical destruido no podía volver a crecer. Hoy está de moda restaurar estos tesoros vegetales", compartió Janzen, premiado en Ecología por sus trabajos de conservación en la selva de Costa Rica.
"Además sufrimos presiones para generar respuestas rápidas. Por eso es más difícil justificar las inversiones en la ciencia básica", aportó el médico brasileño Ciro de Quadros, luchador por la salud pública en Latinoamérica. "Cuando Kennedy decidió que se iniciara la carrera para llegar a la Luna, hubo un nivel impresionante de inversión que luego ha tenido una aplicación en la sociedad, en la salud, en la economía", añadía. Una mirada lejana que los políticos de la actualidad, quizá, no quieren acometer porque solo miran a su reelección cada cuatro años, se preguntaba la periodista. "Soy optimista a largo plazo. La sociedad ha avanzado muchísimo en dos siglos. A corto plazo sí es importante que los científicos expliquemos a la sociedad los beneficios de nuestro trabajo", contestaba el economista Beaton. "La mejor forma que tiene el hombre para afrontar y organizar el futuro es la escuela", según añadía Salvatore Sciarrino.