"Las 'low cost' nos han hecho rediseñar el producto"
Llegó a la compañía con una idea: hacer de Samsonite una marca para todos los gustos. Lo ha logrado en tres años.
Si pregunta por la calle por una marca de maletas, la primera que le dirá cualquiera es Samsonite. Solo en España facturó 33 millones de euros en 2011, un 12,5% más que el año anterior. Tim Parker (Aldershot, Reino Unido, 1955), un conocido empresario británico que a punto estuvo de entrar en política, dirige la multinacional desde septiembre de 2008.
¿Cómo resumiría su trabajo en los tres años que lleva al frente de la compañía?
Lo primero que hice es cambiar la estrategia de la firma. Estábamos muy centrados en el lujo, cuando en mi opinión lo correcto era concentrarnos mucho más en equipaje y productos de viaje, porque es ahí donde reside nuestra experiencia. También realicé cambios en la cúpula y la estructura de la empresa, descentralizando geográficamente el desarrollo de productos. Los gustos y necesidades no son los mismos en Asia que en Europa o América. El balance es bueno: tomé la compañía con una caída de ventas del 20% y ahora llevamos dos años creciendo mucho.
¿Cuál es el perfil de su cliente objetivo?
Creo que nuestros clientes son gente muy práctica y que busca calidad, dispuesta a gastarse entre 120 y 500 euros en una maleta. Hemos ampliado mucho la gama de productos, por lo que es raro que nuestros clientes no encuentren alguna pieza que se adapte a sus necesidades. La variedad de precios y el amplio catálogo hacen que podamos llegar tanto a un español como a un sueco, un rumano o un japonés. Y eso último es importante: le sorprenderían las diferencias de gustos que hay entre países en prestaciones, etcétera.
La crisis ha cambiado la manera de viajar. ¿Cómo ha repercutido eso en su negocio?
Efectivamente, ahora las aerolíneas europeas más exitosas son Ryanair y Easyjet, y hemos tenido que adaptarnos a ellas. Las compañías de bajo coste cobran por el sobrepeso, lo cual nos ha obligado a vigilar más atentamente el peso de nuestros productos y su capacidad. Y ahora lo más demandado es el equipaje de mano, mucho más pequeño que el que se embarca. También hemos visto que hay más viajes de negocios, seguramente por la necesidad de salir al exterior.
¿Qué tal se vende su equipaje entre las clases más pudientes? ¿Notan la competencia de marcas más exclusivas?
Las firmas como Louis Vuitton tienen una cuota de mercado ínfima, realmente no son competencia para nosotros. En cualquier caso, la gente que viaja mucho está más interesada en que su equipaje sea práctico y resistente que en lucir una marca lujosa, por lo que siguen apostando por nuestros productos.
¿Qué margen de innovación tiene su sector?
Me gustaría encontrar una nueva manera de elaborar un material muy resistente pero flexible a la vez. También querría encontrar un sistema de cierre más sencillo y seguro para las maletas. Y, por supuesto, seguir maximizando el espacio interior del equipaje. Por otra parte, queremos que las maletas sean más fáciles de transportar: la gente se está dando cuenta de que es mejor empujar una maleta que arrastrarla. Y esto es lo que le puedo contar para no desvelar secretos industriales...
¿Cómo ha conseguido Samsonite la posición de dominio mundial de la que goza?
La compañía, centenaria por cierto, está muy arraigada en Estados Unidos, pero en los años sesenta dio el salto a Europa y ya llevamos 20 años en China. Lograr una posición fuerte en Asia antes que los demás ha sido clave en nuestra consolidación como líderes mundiales. Por otra parte, la gente confía en nuestra marca porque tenemos reputación, y eso se consigue con décadas de trabajo bien hecho.
¿Hasta qué punto les han afectado las falsificaciones?
No hemos notado nada. Empleamos tecnología muy puntera y usamos materiales patentados y difíciles de imitar. La verdad es que no hemos notado ningún efecto.
¿Qué valores cree que transmite su marca?
Durabilidad, sentido práctico e innovación.