"La Ley de Ciencia es un puñado de buenas intenciones"
El responsable de la entidad que aglutina a 70 sociedades de investigación españolas considera que es "poco creíble" que España pueda compensar el recorte presupuestario de 600 millones a la I+D+i con una mayor participación en los programas europeos
El capítulo de gasto en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) es uno de los grandes sacrificados (-8,65%) en los Presupuestos de 2012. Andradas, profesor de Álgebra de la Facultad de Matemáticas en la Universidad Complutense, asegura que así la convergencia con los parámetros europeos se aleja.
Con este recorte, ¿en qué posición queda la Ley de Ciencia?
La Ley de Ciencia queda como un puñado de buenas intenciones. En realidad, esta ley no fue nunca una maravilla para la Cosce, ya que pensamos que se centraba excesivamente en regulaciones sobre recursos humanos, como los tipos de contratos en el carrera investigadora, equivalencias, etc. Todo esto, además, queda en barbecho por la medida de contratación cero en el sector público. La ley no fija un marco sólido y estable política y financieramente del sistema de I+D+i, ni aborda la financiación y colaboración público-privada.
"Solo con una economía basada en la I+D lucharemos contra las actuales inclemencias"
¿Qué líneas de investigación se verán más afectadas por el recorte?
Es difícil decir a priori. El problema es que de haber recortes serios, es difícil imaginar dónde pueden hacerse sin afectar gravemente. Las transferencias a los organismos públicos de investigación (OPI) ya llevan descensos acumulados que hacen muy difícil nuevos ajustes. Sería un error disminuir las inversiones de mantenimiento y explotación de las instalaciones científicas singulares (como el Observatorio del Teide o la Reserva Científica de Doñana). ¿En las cuotas internacionales, cuando la internacionalización es una prioridad? Todo apunta hacia el fondo nacional, del que dependen los programas generales, los planes nacionales de investigación, los de recursos humanos... que inicialmente afectarán a todas las áreas.
El Gobierno confía en que se puedan recuperar estos fondos por una mayor participación de España en el nuevo Programa Marco de la UE.
El objetivo de incrementar el retorno de la UE se viene marcando desde hace años y hay que hacerlo. Pero no puede ser en sustitución de, sino además de. Los países con mayores retornos no son los que en sus propios presupuestos invierten menos, sino al contrario. Pensar que lo que uno deja sin cubrir va a llenarse de un día para otro con fondos procedentes de las mismas fuentes que ya había y cuyos resultados ya se conocen, sin que haya ninguna acción específica al respecto, es poco creíble. Los proyectos europeos exigen un trabajo previo y paralelo muy importante, tener una infraestructura de apoyo a la gestión de los proyectos de investigación... Curiosamente, una de las convocatorias que está en el alero es la de acciones complementarias, entre cuyos objetivos estaba dotar fondos que permitieran la elaboración de proyectos europeos superiores. Este es el mensaje fundamental: solo con una economía basada en la I+D+i, en el conocimiento, podremos luchar en condiciones adecuadas contra las inclemencias económicas.
Con este ritmo inversor, ¿cuándo calcula usted que España alcanzará el objetivo del Consejo Europeo del 3% para la UE-27?
En los últimos 10 años la brecha con la media de la UE se ha reducido en una décima. Y ahora mismo el porcentaje español parece que está en retroceso más que en avance, pues los datos provisionales de 2011 parece que sitúan la inversión en I+D+i en el 1,35%. En definitiva, me temo que así no convergeremos nunca y posiblemente divergiremos.
La mayor parte del gasto de las autonomías está comprometido en educación, sanidad y servicios sociales. ¿Dónde cree que hay margen para obtener recursos para la I+D+i?
Sigue siendo una competencia del Gobierno, aunque las autonomías tienen sus programas particulares. Y estamos hablando de poco dinero: solo unos pocos kilómetros de AVE que se sabe que son económicamente insostenibles o inutilizados son mucho más que el recorte anunciado en I+D+i. O de esos aeropuertos fantasmas que no tienen aviones. Como he dicho en alguna ocasión, de cada euro de impuestos, menos de un céntimo se gasta en investigación.
¿Cree que la sociedad valora la importancia de invertir en I+D+i?
La sociedad va valorando la importancia, aunque hay que hacer una importante labor de explicación. La gente ve que los países con mayor capacidad económica son los que más gastan en I+D+i. La economía del ladrillo nos ha llevado a este paro. Los ciudadanos ven esto y hay que explicarles que si queremos un futuro distinto este es el único camino. Desde el sector de la investigación debemos trasladar los avances al tejido productivo.
"Hay que incorporar los doctores a las empresas"
Uno de los aspectos que más preocupa a los investigadores es la tasa de reposición cero para las bajas en el sector público. "Precisamente estamos pidiendo que se considere la investigación como un sector estratégico para tener una cierta flexibilidad de actuación. En Cataluña se está haciendo así, por ejemplo. Después, el investigador necesita estabilidad, lo cual no está reñido con una evaluación sostenida de su rendimiento. Pero con los tiempos y baremos de la ciencia, sobre todo si trata de investigaciones básicas. Muchos de los objetivos, de los proyectos son a largo plazo. Piénsese, por ejemplo, en el acelerador de partículas. O las nuevas formas de energía. O el descifrado del genoma", explica Andradas.Sobre el impacto de la reforma laboral en la contratación de investigadores en el sector privado, sostiene que "por sí sola tampoco va a suponer un cambio de tendencia". "La inversión privada en I+D+i ha disminuido en los últimos años y no creo que fuera consecuencia de la anterior regulación laboral. Es necesario poner en marcha programas que incentiven la incorporación de doctores a empresas e incluso la realización de tesis doctorales en ellas, para lo que debe haber una estructura investigadora suficiente en las mismas". Acerca de la marcha de jóvenes titulados al extranjero, asegura que "tiene consecuencias directas de descapitalización del país de las personas mejor preparadas y que son las que necesitamos para tirar con fuerza hacia adelante. Seguramente un porcentaje significativo no volverá, una vez que se instalen fuera, en un mundo cada vez más global".