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El BCE se resiste a la propuesta de Barnier de que los accionistas paguen la factura

Bruselas quiere que los bancos se rescaten a sí mismos

El Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) estudiará mañana en Copenhague la posibilidad de imponer pérdidas a los accionistas y bonistas de los bancos para evitar que la factura de futuras crisis recaiga en los ciudadanos, como ha ocurrido en la actual. Bruselas apoya el plan, pero el BCE se niega a aceptarlo.

Del rescate de los bancos con ayuda externa (bail-out en inglés) al rescate de las entidades por sí mismas (bail-in). Ese es el paso que quiere dar a partir de mañana el comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier, durante la reunión informal que desde hoy celebran los ministros de Economía de la UE en la capital danesa.

El objetivo de Barnier es establecer un modelo europeo de gestión de crisis que permita recapitalizar rápidamente a las entidades sin necesidad de pedir al erario público inyecciones de miles de millones. La propuesta de Barnier incluye la posibilidad, muy polémica, de imponer pérdidas a los accionistas y bonistas del banco, así como obligar a las entidades a que señalen por adelantado qué parte de su deuda podría recortarse o transformarse en capital en caso de dificultades. El departamento de Barnier cree que la norma debe aplicarse a todos los tenedores de bonos bancarios, con excepciones muy limitadas (deuda sénior).

La idea genera inquietud en el sector bancario, que teme la huida de los inversores o que se le encarezca el acceso al capital. Las entidades prefieren una propuesta más limitada, que solo someta a pérdidas a los tenedores de ciertas deudas no garantizadas o de productos como los convertibles (conocidos como cocos).

El BCE se ha alineado con las tesis del sector privado y es reacio a secundar el plan. "En Fráncfort están histéricos", describen gráficamente en Bruselas la reacción del organismo presidido por Mario Draghi. El italiano y los 27 gobernadores de los bancos centrales de la UE asisten también, como es habitual, a la reunión del Ecofin. Y la CE teme que intenten sabotear otra vez la propuesta.

El plan se identificó como una de las prioridades al comienzo de la crisis, pero se ha ido retrasando por temor a la incertidumbre que podría generar en un mercado ya de por sí inestable. El último motivo esgrimido para no publicar la propuesta fue la reestructuración de la deuda griega.

Una vez superada esa etapa, el calendario parece llamado por fin a acelerarse. Y la ministra danesa de Economía y presidenta semestral del Ecofin, Margrethe Vestager, ha decidido incluir la propuesta en la agenda para intentar darle el impulso definitivo. "La crisis ha demostrado la importancia de disponer de un sistema eficaz y creíble que pueda actuar en caso de que falle un banco", señaló ayer Vestager. Y añadió que "es importante que se acuerde un marco de actuación a nivel europeo para garantizar la igualdad de condiciones en el sector". Fuentes diplomáticas en Copenhague indican que, además de Barnier, el debate contará con la intervención de los gobernadores centrales de Luxemburgo y Holanda, en lo que se anticipa como el enésimo choque de esta crisis entre la Comisión y el BCE. En función de la reunión de hoy y mañana, el departamento de Barnier podría poner en marcha una última consulta de expertos muy restringida, en la que se invitará a participar a las autoridades nacionales (reguladores, Tesoros, etc.) y a las comunitarias (como la Autoridad Bancaria Europea y el BCE). Tras ese paso, Barnier espera publicar su proyecto legislativo, reclamado de manera insistente por un Parlamento Europeo que se está mostrando más incisivo que el comisario en la regulación del sector (los parlamentarios endurecieron normas como las de derivados o agencias de calificación).

Fondo de rescate

La UE se plantea sumar 240.000 millones de reserva al fondo de rescate europeo. Los Gobiernos preparan un acuerdo para elevar la dotación de los fondos hasta los 940.000 millones de euros durante un año para mantener a raya la crisis de deuda.

España se aleja del BCE

Salvo milagro de última hora, España perderá hoy la plaza que ha ocupado en el Comité Ejecutivo del BCE desde su fundación en 1998. El Eurogrupo, que se reúne en Copenhague, tiene previsto designar a un luxemburgués como sustituto del español José Manuel González Páramo, cuyo mandato expira el 31 de mayo. El Gobierno español había presentado como candidato para sustituirle a Antonio Sainz de Vicuña, prestigioso jurista al frente actualmente del servicio jurídico del BCE. Pero el puesto parece destinado para Yves Mersch, gobernador del Banco de Luxemburgo.El fracaso de la ofensiva del Gobierno de Mariano Rajoy parece deberse a varias causas. Por un lado, la evidente pérdida de peso en las instituciones europeas que España sufrió durante los Gobiernos de Rodríguez Zapatero, agravada ahora por el temor a que el país acabe necesitando un rescate internacional. En segundo lugar, algunos analistas consideran que el perfil legal de Vicuña no ha podido enfrentarse al prestigio de Mersch como economista. Pero el decisivo parece haber sido el equilibrio geográfico en el seno de un Comité de seis miembros donde ahora se sienta un alemán, un italiano, un portugués, un belga, un francés y un español. Berlín no ha dudado en mostrar su preferencia por un luxemburgués (país con triple A) para no estar solo en el comité con países rescatados o rescatables.

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