Escuelas de negocios, entre las mejores del mundo
La clave del éxito de la enseñanza de posgrado en España ha sido la internacionalización
A finales de la década de los setenta, las escuelas de negocios españolas que hoy figuran entre las primeras en los rankings internacionales (IESE, Esade, IE), aunque fundadas años antes, apenas tenían alumnos. Hicieron falta varias décadas y cambios en la gestión y en las necesidades de las empresas para que se produjera el boom de la formación de posgrado en España en los años ochenta y noventa. "La clave de las escuelas de negocios españolas ha sido la internacionalización. En 1978 todavía éramos muy locales", asegura Joaquín Garralda, decano de ordenación académica de IE. Hoy, el directivo español está muy bien considerado entre las multinacionales asentadas en España. "Las escuelas de negocios han ayudado a fortalecer el prestigio de nuestros ejecutivos", en opinión de Garralda.
Hoy urge la revisión de los valores que se han enseñado en los años de expansión económica
En cuanto a las universidades privadas, a excepción de las confesionales, producto del Concordato con la Santa Sede de 1953, no existían hace tres décadas. Las primeras vieron la luz en 1993, tras la aprobación de la Ley de Reforma Universitaria. Hoy suman un total de 26. Una mayor demanda de formación superior y de posgrado, unida a la ampliación y flexibilización de los programas académicos, se ha traducido en los últimos años en un aumento del número de alumnos que han optado por las universidades privadas y las escuelas de negocios, que durante el curso pasado, en conjunto, acogieron en sus aulas a 176.037 alumnos, según un estudio de la consultora DBK. "La principal aportación de la enseñanza superior privada es que está muy enfocada a la búsqueda de empleo", resalta María Pilar Vélez, rectora de la Universidad Nebrija. Sandalio Gómez, profesor del IESE, por donde han pasado más de 30.000 personas "que han ocupado y ocupan puestos muy relevantes en el mundo de los negocios", afirma que siempre han dado mucha importancia a la ética empresarial. Lo cierto es que la crisis plantea la necesidad de revisar los valores que se han enseñado en los másteres durante los años de expansión. Raúl Mayoral Benito, director general de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, apunta que "en pleno siglo XXI seguimos enseñando a nuestros alumnos cómo tienen que pensar y no qué tienen que pensar". El objetivo del CEU es seguir apostando por aquello que les da prestigio, identifica y, a la vez, diferencia: "Multiplicar el activo académico y personal de cada uno de nuestros alumnos para lograr que, al finalizar los estudios, sus expedientes sean mejores que cuando comenzaron", indica Mayoral. Para conseguirlo, la universidad persevera en el seguimiento personalizado del alumno mediante un método de tutorías y de evaluación continuada de sus conocimientos y de su trabajo. "Y ello en el nuevo escenario del Plan Bolonia, marcado por exigencias de una mejor especialización en estudios de posgrado, una mayor internacionalización del alumnado y una gran innovación en un formato cada vez más online", apostilla Mayoral. María Pilar Vélez también asegura que las instituciones privadas están muy atentas a lo que demanda el mercado. "Tenemos que dar un buen servicio. Nuestra medida de calidad la marcan los alumnos". Actualmente, alrededor del 8% de los estudiantes universitarios españoles cursan sus estudios en una institución privada. La elección obedece principalmente a la flexibilidad de las normas en cuanto a planes de estudio, unos programas más cercanos a la demanda real del mercado de trabajo y el carácter más práctico de sus estudios. Las cinco primeras universidades reunieron en 2010 el 50% del volumen de negocio total. Por su parte, la oferta de las escuelas de negocios estaba formada, a octubre de 2011, por unas 150 instituciones. La cuota de mercado conjunta de las cinco primeras ascendía al 54%, según recoge el estudio realizado por DBK sobre el sector de la formación superior.