La crisis de la demanda ha costado al sistema eléctrico 10.000 millones
En cinco años, y debido al hundimiento del consumo, el sistema eléctrico español ha perdido 10.000 millones de ingresos, los que hubiese acumulado con el ritmo de crecimiento habitual de los años anteriores. Esta pérdida ha contribuido tanto o más que las primas de renovables a engordar el déficit de tarifa.
La crisis económica ha azotado de tal manera a la demanda de energía eléctrica que, en volumen, el consumo es hoy en día igual al de 2007. Este hundimiento se ha traducido en una merma de ingresos para el sistema eléctrico español de unos mil millones cada año. Esta cantidad es el resultado del siguiente ejercicio: si no se hubiese producido la crisis y de haber continuado el ritmo habitual de crecimiento del consumo (un 3%), el sistema habría ingresado unos 5.000 millones en total en cinco años o 10.000 millones por acumulación en esos años (un 15%).
Aunque pocos tienen en cuenta este dato, es esencial, según los expertos, para entender la evolución del déficit de tarifa que, a 31 de diciembre, sumaba 24.000 millones y se suele achacar al incremento de los incentivos de las energías renovables (7.200 millones para este año, más de un tercio de los costes), la propia crisis económica ha hecho su contribución. Pero sin la crisis económica, según los datos de REE, el déficit serán 10.000 millones menos (por tanto, unos 14.000 millones).
La tarifa de acceso (o parte regulada de la factura de la luz) es el equivalente a un presupuesto con un capítulo de ingresos y otro de costes. Es evidente que el de los costes se ha disparado en los últimos años de la mano de las citadas primas y de la propia financiación del déficit, una hipoteca que se paga de manera diferida en 15 años, con intereses. Pero en la generación del déficit tarifario, al igual que ocurre con cualquier presupuesto, también ha influido el descenso de los ingresos derivado de la caída del consumo eléctrico.
Por tanto, el déficit no solo se ha generado por la decisión político-electoral de los Gobiernos de no subir las tarifas de modo que cubriesen los costes reconocidos, sino por la caída de ingresos derivado del menor consumo eléctrico. De manera reiterada, el Ministerio de Industria ha errado al alza en sus previsiones de demanda para fijar los peajes de acceso (que se revisan cada trimestre). Al hacerlo, presupuesta unos ingresos vía consumo elevados, con los que justifica menores subidas, alimentando la bola del déficit.
Este es el caso de la orden de peajes del primer trimestre, en la que el Ministerio de Industria ha utilizado unas previsiones de demanda (249.319 GWh) superiores a las realizadas por el operador del sistema y la Comisión Nacional de la Energía (CNE). En el informe sobre esta norma, el regulador ya alertó de este desfase y subrayó que la tarifa propuesta era deficitaria, entre otras razones, por "la atonía de la demanda".
Más allá de las hipótesis, lo cierto es que de haber adaptado las inversiones a una realidad de crisis económica, el déficit se podría haber contenido. Por ejemplo, en las nuevas inversiones en plantas de generación que ahora hay que compensar en la tarifa (a través de los llamados pagos por capacidad por estar disponibles), aunque sobra potencia. Tal es el caso de las centrales de ciclo combinado de gas o el carbón de importación. De hecho, en un informe reciente, la CNE criticó un sistema de pagos por capacidad, que se le aplicaba incluso a la energía hidráulica.
El peligro de inflar las previsiones de consumo
El descenso del consumo de electricidad afectó de forma muy severa al sector industrial en los comienzos de la crisis económica, en 2008. En algunas zonas industrializadas del norte de España la caída llegó al 50%. Ya entonces, cuando se creía que la recesión tenía un plazo, las tarifas se elaboraron a contrapelo y se mantuvieron las inversiones en instalaciones de generación, que ahora exigen compensación por estar disponibles. Por ejemplo, los ciclos combinados de gas.Fuentes del sector aseguran que, aunque estas plantas reciben pagos por disponibilidad e inversión, las operadoras no han perdido dinero con sus contratos de gas, ya que han dirigido sus cargas de gas natural licuado (GNL) hacia otros mercados. Por ejemplo, el japonés, que, tras el desastre del complejo atómico de Fukushima, ha compensado la falta de suministro de su parque nuclear con gas.En la tarifa de acceso del primer trimestre de este año, por la vía de los ingresos, el Gobierno ha vuelto a realizar una previsión de demanda poco realista. De hecho, están por encima de las actualizaciones de la demanda realizada en diciembre por el operador del sistema, REE (254.834 GWh fue la previsión del Ministerio de Industria, frente a 249.319 GWh, del operador de la red). Esto es, un 0,1% de diferencia.Por tipología de consumidores, la mayor caída se produciría en la tarifa 6.2 de alta tensión (un -1%), que afecta a 16.741 puntos de suministro. También en los domésticos con más de 15 kW de potencia contratada (los grandes del grupo de los pequeños, que suman casi 39.000 clientes), para los que se prevé un descenso de la demanda del 0,8%.
Las cifras
1.000 millones habría ingresado el sistema eléctrico cada año de haberse mantenido el ritmo de crecimiento del consumo.14.000 millones, grosso modo, sería el déficit de tarifa acumulado sin el efecto de la crisis. Algo que no se suele tener en cuenta.