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Columna
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Otra vuelta a la fusión minera

La fusión de 90.000 millones de dólares de los gigantes mineros ha tenido un mal comienzo, con dos grandes accionistas de Xstrata prometiendo votar en contra de la oferta de Glencore. Sin embargo, el acuerdo tiene sentido y parece viable si ambas partes se ponen de acuerdo en la prima y la composición del consejo.

Los accionistas que se oponen a la fusión, Schroders y Standard Life, son propietarios del 3,6% de Xstrata. Pero su peso es mayor, porque Glencore no puede votar por el 34% que posee, ya que la fusión se rige por un scheme of arrangement. En este caso, la cuarta parte de los accionistas minoritarios, que representan solo un 16% del total, podría llegar a vetar la operación. Pero la oposición parece principalmente orientada al valor. Standard Life dice que la relación de canje de 2,8 por 1 "claramente subestima los activos de Xstrata y la contribución de ganancias en el futuro".

Primero, aumentar la prima. Un edulcorante del 30% no es necesario. Sin embargo, la actual prima del 8% se ve escasa. El dúo estima un ebitda de 500 millones de dólares el primer año. Glencore podría cambiar 2,9 por 1, o una prima de 11,6%, sin destruir valor, según los cálculos de Breakingviews. Una prima de dos dígitos sería accesible. Más sinergias podrían justificar un nuevo impulso. Liberum reconoce que la financiación y el ahorro de la sede central podría agregar 400 millones de euros al ebitda.

Segundo, concretar el gobierno. Se entiende que la nueva entidad estará presidida por John Bond, en la actualidad presidente de Xstrata. Pero la rebelión de los accionistas ya le hace parecer insensible a la opinión de los inversores. Sería mejor traer a un peso pesado de fuera. Esto es aún más crucial si los accionistas tienen la comodidad de una estructura bicéfala, con Ivan Glasenberg, de Glencore, como director y el presidente de Xstrata, Mick Davis, como consejero delegado.

Las alternativas son peores. La participación de Glencore en otras ofertas por Xstrata aporta fortaleza financiera y una menor competencia. La combinación tiene sentido para ambos. Tal vez solo sea necesario profundizar un poco más para que funcione para todos los accionistas.

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