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La reestructuración financiera

¿Por qué provisionar 50.000 millones de euros?

¿Qué son las provisiones? ¿Cómo cubre la banca su riesgo de crédito?

La banca española está contaminada por unos 175.000 millones de euros que prestó a los promotores de viviendas en la época de la burbuja. Ha guardado una parte de sus beneficios en previsión de que nunca recupere parte de esos créditos, de manera que no tenga que asumir de golpe las eventuales pérdidas en la cuenta de resultados. Esto es lo que se conoce en el lenguaje contable como provisionar un riesgo. Desde 2008, el sector ha ido guardando unos 66.000 millones de euros para cubrir las pérdidas potenciales de los préstamos que se concedieron para la compra de suelo o la construcción de casas en la burbuja inmobiliaria.

¿Por qué debe elevar la banca esas provisiones?

A juicio del mercado, las provisiones actuales son insuficientes. En un ejemplo extremo, si finalmente la banca no puede recuperar ni un solo euro de esos 175.000 millones, tendría que asumir unas pérdidas de 109.000 millones (175.000-66.000). En última instancia, ese quebranto dañaría la solvencia de las entidades, ya que los fondos propios de los bancos tendrían que absorber esos números rojos.

¿Cómo va a exigir el Gobierno los nuevos esfuerzos?

De Guindos se propone que las entidades cubran mejor todos los riesgos en el sector del ladrillo y les solicita que aparten otros 25.000 millones de euros de sus beneficios para cubrir los créditos problemáticos; en el lenguaje financiero, esta sería la provisión específica. Con esta cantidad, la hucha para evitar males mayores aumentaría hasta los 91.000 millones (66.000+25.000). En previsión de que una parte del crédito sano destinado al ladrillo se convierta en problemático en un futuro cercano, el Ejecutivo exige que el sector guarde, además, otros 10.000 millones adicionales. Este dinero sería la denominada provisión genérica, que llenaría la hucha hasta situarla con 101.000 millones de euros (91.000+10.000). Los 15.000 millones de euros necesarios para llegar a los 50.000 que el Gobierno ha puesto encima del tapete se denominan colchón de capital. Este dinero no se restará de los beneficios de las entidades, se les permitirá utilizar fondos propios. Así, podrán emplear en su saneamiento beneficios de años anteriores, ampliar capital o transformar en acciones instrumentos híbridos, como ya están haciendo con las participaciones preferentes. En total, el dinero para cubrir pérdidas del ladrillo alcanzaría 121.000 millones.

¿Qué papel tienen las fusiones?

La reforma premia las fusiones entre entidades financieras, puesto que los nuevos requisitos deben cumplirse en 2012, salvo en procesos de fusión que se presenten antes de finales de mayo. A estas entidades se les permitirá realizar cargos contra reservas y realizar el saneamiento en dos años, lo que dará como resultado "entidades más eficientes derivadas de las sinergias", según explican en Ahorro Corporación. A cambio, deberán comprometerse a dar crédito.

¿Habrá ayudas públicas para la banca?

Economía ha insistido en que la reforma no supondrá coste alguno para el contribuyente, pero sí habrá ayudas a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Esta suerte de fondo de rescate de la banca nació en el verano de 2009 y ya ha ayudado al sector con 14.000 millones de euros (9.674 millones en participaciones preferentes y 4.751 millones en acciones). En esta ocasión, el FROB prestará socorro a la banca con bonos cocos y, efectivamente, esta financiación no computará como déficit público, al menos de entrada, porque las entidades deberán pagar por ella a tipos de mercado. Los cocos ­bonos contingentes convertibles­ son deuda que se transformará automáticamente en capital (acciones) si la ratio de capital de la entidad cae por debajo de un determinado nivel. Aun así, su tipo de interés y condiciones para la conversión todavía están por definir.

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Cristina de la Sota, Pablo M. Simón

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