Invertir como la abuela
Vuelven los años ochenta. Las hombreras, los trajes arrugados de Adolfo Domínguez, la música de Golpes Bajos ("no mires a los ojos de la gente, todo está oscuro y siempre mienten", cantaba Germán Coppini, su líder) y de Locomía, el programa La edad de oro, dirigido por la mítica Palomo Chamorro, y retornan Sonny Crockett y Ricardo Tubs persiguiendo a toda velocidad en su Ferrari Testarossa blanco a peligrosos traficantes de drogas en Corrupción en Miami. Y vuelven también otras estrellas de aquellos tiempos: las letras del Tesoro.
Juan Martos (nombre ficticio de un caso real) lleva bastantes años trabajando en el Banco de España y nunca hasta ahora había vivido las colas que se están formando algunos días en Madrid para abrir una cuenta en la entidad y poder adquirir letras. "Es algo inusual", confiesa. "Hemos vuelto a la inversión de la abuela. La gente mezcla el miedo por lo que sucede en los mercados con unas rentabilidades que son muy altas para la deuda pública. De ahí nace el interés".
La mayoría de esos inversores no destinan cantidades elevadas, pues estos instrumentos permiten inversiones a partir de 1.000 euros. EL PAÍS ha preguntado a algunos de los principales expertos del mercado dónde colocar el año que viene 6.000 euros. ¿Por qué este número? Es una cuantía más o menos disponible, incluso hoy día, para muchas economías domésticas. Y es una cifra que suma a lo psicológico (supone el millón de las antiguas pesetas) lo fiscal (a partir de esa cantidad, la tributación sobre los beneficios pasa del 19% al 21%).
Desde luego, esas colas que vemos en las delegaciones del Banco de España no son un suceso que se quede solo en lo cotidiano, pues tiene su lectura en los cenáculos de la interpretación económica. "El año que viene, para esa cantidad sigo recomendando comprar letras o Fondtesoros", aconseja David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "La inflación en 2012 será del 1%, y con estos instrumentos duplicas la rentabilidad y además el corazón no sufre". Junto a ese binomio, el experto también cita la renta fija high yield, convertible y de países emergentes, con la que se consigue, asegura Cano, una rentabilidad del 6%.
Y todo bajo la exigencia de la tranquilidad. O sea, tienen que ser productos que garanticen lo invertido. Es el requisito que ningún ahorrador quiere comprometer."Mi consejo es la deuda pública de España e Italia", propone Natalia Aguirre, jefa de análisis de Renta 4. "Asumiendo que vamos hacia un escenario de progresivo arreglo del tema del déficit", prevé. "Además incorporaría la renta fija corporativa española (emitida por empresas de primer nivel), ya que los balances de las compañías están más saneados que las cuentas del Estado".
En cierta forma, lo que se pide a los expertos es que sean capaces de interpretar el comportamiento del mercado el año que viene. Y esto, no nos engañemos, no solo está basado en sesudos análisis econométricos sino, sobre todo, en la intuición y la experiencia. Algo hay en todo ello de bola de cristal.Los parqués financieros maridan a partes iguales economía y psicología de masas. Goldman Sachs -la entidad que para muchos marca buena parte de los destinos de los mercados- cree que "el PIB de la eurozona se contraerá un 0,8% en 2012 con una corta recesión en Alemania y Francia y otra más profunda en los países periféricos de la eurozona".
Parece una interpretación "fácil", dado el punto donde nos encontramos, pero si confiamos en nuestra capacidad, la de Europa, para hacer los deberes, volveríamos una vez más a la deuda pública. "Nuestra recomendación", relatan en Bankinter, "para esa cantidad y a un año es destinar entre el 80% y el 90% de la inversión a un fondo de renta fija, que podría comportarse bastante bien el año que viene, sobre todo aquellos que invierten en España e Italia". siempre y cuando se establezcan medidas de apoyo a estos Gobiernos dentro del marco de la Unión Europea". ¿El resto? "Renta variable", apostillan los expertos del banco que pilota Mariló Dancausa.
Qué paradoja. Después de años en los que los mercados y sus operadores exhibían con orgullo productos ultracomplejos como los más rentables y se aseguraba que lo que funcionaba era la autorregulación y no la intervención de los Gobiernos para controlar los flujos de inversión, ahora los analistas recomiendan la simplicidad y apostar por la fortaleza y la capacidad de pago de los Estados a los que antes han atacado con fuerza.
"Los mercados no tienen ni memoria ni sentimientos, solo funcionan en términos de cuenta de resultados", reflexiona con sinceridad el responsable de un banco privado suizo con sede en Madrid. Y, claro, porque viven en el presente, su recomendación primordial son las letras del Tesoro. "Todo lo que pague más de un 3% está muy bien retribuido. Además, si las compras a tres o seis meses, te permite tener liquidez para intentar otras inversiones en caso de que surja la oportunidad". Y a más largo plazo, tres o cuatro años, señala a los bonos emitidos por agencias estatales (ICO, Fade, Frob), que ofrecen cerca de un 6% para esos tramos.
Es, desde luego, imposible desligar nuestras decisiones de inversión el año que viene con lo que sucede y sucederá en el ámbito económico europeo. Y aquí las opiniones van por barrios. "Somos partidarios de las propuestas del Bundesbank, en las que la solución sostenible será una mayor convergencia entre las políticas fiscales de los 17 países, con unos acuerdos claros y transparentes, y solo entonces el BCE podría intervenir si fuera necesario como una solución provisional", explica DWS Investments, la gestora de fondos de inversión de Deutsche Bank. Ese "intervenir" se refiere a la compra de bonos de países con dificultades, sobre todo España e Italia. Lo cual, paradójicamente, representará "oportunidades en los bonos de estos países y Bélgica, en detrimento de los alemanes", avanza DWS Investments. Otros instrumentos que, a su juicio, el ahorrador debe apuntar en su libreta son las cédulas hipotecarias españolas junto a deuda de naciones con triple A (Nueva Zelanda o Australia).
Frente a esta casi unanimidad que transmite la deuda pública, hay quien le pone reparos. José Luis Martínez, economista jefe de Citigroup, "no la ve para 2012". Y plantea un escenario en España muy duro el año que viene. Una caída del 2% del PIB con una evolución que irá de menos a más a medida que pasan los meses. "La primera mitad del año, la recesión será más acentuada, pero la situación mejorará a partir de ese momento", vaticina. el analista de Citigroup. En este negro porvenir, sin embargo, hay sitio , según su criterio, para invertir en Bolsa ("por la gran liquidez que existe") y deuda corporativa de grandes empresas. "Puede haber muy buenas oportunidades".
Bueno, al menos, alguien se acuerda de la Bolsa aunque vaya a contracorriente de las preferencias actuales del ahorrador. El último Barómetro del ahorro publicado por Inverco narra que los productos que prefieren los inversores son los depósitos (56%), los planes de pensiones (50%) y los fondos de inversión (25%). Y es que el ahorrador se ha vuelto más conservador, si cabe. De hecho, el Barómetro dice que el número de inversores que se autodefinen como tales se ha duplicado en los últimos dos años. Si en 2009 era un 25%, este año hablamos del 55%.
Vale, pero ¿y la Bolsa? Como en el poema de Gerardo Diego: "¿Nadie a acompañarte baja?"Pues tampoco es así. En Ahorro Corporación, Irma Garrido, directora de análisis, sostiene "un nivel objetivo para el Ibex 35 de 10.440 puntos el año próximo", muy por encima de los 8.300 puntos actuales, por lo que la renta variable parece que tendrá su oportunidad para esos 6.000 euros. Y además la economía "solo" caerá un 0,2%, lejos de los dos puntos que prevé Citigroup.
"En la Bolsa, como en la renta fija, hay grandes posibilidades en este momento", analiza Carlos Tusquets, presidente de EFPA España (European Financial Planning Association), que se inclina por "un fondo de inversión diversificado pensando en el largo plazo". También desde el optimismo plantea su análisis Soledad Pellón, de IG Markets. "En acciones encontramos potencial en Nike como representante del mercado estadounidense, y en España apostamos por Repsol. Pero lo más importante es tener una cartera diversificada, debido a la incertidumbre futura, con lo que en esa cartera de 6.000 euros tendríamos exposición a divisas, materias primas y acciones". Y una recomendación singular: "Dejaríamos 1.000 euros para operaciones de tipo más especulativo". ¿Por ejemplo? "Pensando en la salida al parqué de Facebook ?en la primera mitad de 2012? es posible sacarle provecho poniéndonos cortos en el valor tras la fuerte revalorización que se espera en su primer día de cotización".
Pero sigamos en la casa de la renta variable. El responsable de productos de inversión de Citibank España, Santiago García, habla de la importancia de contar con vehículos que tengan liquidez casi inmediata y riesgos reducidos. Sobre estas dos premisas encajan con nitidez un "fondo de inversión mixto con gestión activa o un fondo de fondos". Es cierto, argumenta: "Este tipo de productos no gozan de una gran popularidad entre inversores y asesores, (todos llevamos dentro un pequeño gestor de carteras y pensamos que lo podemos hacer mejor que el mercado) pero la verdad recomendamos es que esta clase de fondos por fiscalidad, liquidez, gestión profesional, mínimos requeridos y, sobre todo, diversificación".
En clave de fondos también se maneja Banesto, aunque recomienda uno que ellos mismos comercializan. a sí que su propuesta pierde en independencia.En concretoProponen Banesto Rentabilidad Objetivo. Está compuesto por deuda pública emitida o avalada por Estados de la Unión Europea. Construido a un plazo de un año y siete meses, tiene un objetivo de rentabilidad del 5,77% al vencimiento (3,50% TAE). Una lectura similar admite la recomendación de BBVA. Primero depósitos a plazo fijo (Depósito BBVA 11 y BBVA Uno) y luego fondos (BBVA Extra Tesorería y BBVA Ahorro). En la práctica, "aquellos inversores con un perfil conservador deberían optar por fondos de riesgo bajo [como los dos anteriores] o algún producto garantizado, si aceptan un horizonte de inversión mayor pero que pueda ofrecer cierta rentabilidad adicional", apostillan en BBVA Asset Management.
Otros activos, aunque con riesgo, para nuestros 6.000 euros serían las divisas. Aquí las estrategias son tan variadas como los operadores, ya que comprar una moneda o vender otra depende del análisis macroeconómico que cada experto haga del futuro de la economía internacional. Miguel Ángel Rodríguez, analista asociado de XTB, aconseja vender euros frente a dólares con un objetivo de 1,165, pues, entre otras razones, "la política monetaria del BCE cada vez será más expansiva presionando a la moneda única europea a la baja". Una interpretación, por cierto, antagónica a la de Soledad Pellón, de IG Markets. "Nuestra estrategia es ponernos alcistas en el euro frente al billete verde. Por una factible mejora de la situación en Europa y la posibilidad de que exista un nuevo QE3 (inyección de liquidez) de Estados Unidos que depreciaría su moneda". Entienden por qué lo del riesgo? No es fácil hallar un consenso en los movimientos económicos.
De fondo, una vez más, el petróleo, que había perdido protagonismo, vuelve a alzar la mano. La tensión en aumento entre Irán, que es el segundo mayor productor de la OPEP, y Occidente añade presión a los precios del barril. Además, "la falta de alternativas claras de inversión, con un mercado de bonos tocado y una renta variable que solo reaccionará al alza si se instalan planes de estímulo monetario muchos más contundentes que los actuales, convierte al oro negro en una de las primeras opciones dentro de las inversiones con riesgo", reflexiona Pablo del Barrio, analista de XTB.
Y, como en el fútbol, un cambio de juego interesante es el que aporta Carlos Ramos, profesor de finanzas y contabilidad de la escuela de negocios ESCP Europe. Al lado de los depósitos remunerados, Bolsa y fondos de inversión mixtos pone sobre el tapete invertir no en busca de ganancias, sino de ahorro fiscal. Así, por ejemplo, quienes firmaron una hipoteca entre el 20 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2010 se pueden deducir un 15% sobre un máximo de 9.015 euros. Por si fuera poco, la inversión también es posible formularla por pasiva. Por tanto, ¿por qué no hacerlo en formación? Siempre es una apuesta de éxito", concluye Carlos Ramos. La solución perfecta combina, por tanto, números y letras.