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La dulce costa de Estoril

Descubra la frescura y tradición de los helados de Cascais y los pasteles de Sintra

Museo del Faro de Santa Marta y Casa-Museo de Condes de Castro Guimarães, en Estoril. El conjunto es conocido como la Casa de Santa María.
Museo del Faro de Santa Marta y Casa-Museo de Condes de Castro Guimarães, en Estoril. El conjunto es conocido como la Casa de Santa María.Turismo de Estoril

Los habitantes de esta bella bahía poblada de faros y palacetes dicen que solo hay una fila capaz de competir con la del paro en Portugal: la que se forma frente a la heladería Santini. "Hay gente que llega a estar 45 minutos haciendo cola solo para comprar un helado", comenta Rosário Ramalheira, responsable de seguridad alimentaria de la fábrica. La espera, sin duda, vale la pena.

La gastronomía de Estoril es famosa por sus pescados y mariscos, lo que a veces relega a un segundo plano el trabajo de sus heladeros y pasteleros. Perdérselo, como dejan constancia las personas que aguardan ser atendidas frente a Santini, puede ser un error.

Esta heladería, por ejemplo, es un clásico de Cascais. Attilio Santini abrió el primer establecimiento en 1949 en la playa de Tamariz. La calidad de sus ingredientes naturales cautivó pronto a los veraneantes, entre los que se contaban ministros, diplomáticos y miembros de la realeza europea.

Tres generaciones después, al frente del negocio se encuentra ahora el yerno de Attilio, Eduardo Fuertes, un valenciano que lleva 40 años viviendo en Portugal. "A diferencia de los helados italianos, que se hacen con pasta, fruta preparada o concentrados, los nuestros se hacen solo con fruta fresca que compramos todos los días", explica Fuertes. Y por supuesto, nada de conservantes ni colorantes. "Hay gente que se queja de que el helado de limón no sea amarillo. ¡Pero es que el limón es blanco! Si es amarillo, es que no le están sirviendo limón", dice Fuertes.

Santini, que tiene dos tiendas, una en Lisboa y otra en Cascais, sirve helados de 146 frutas diferentes. De todos ellos, el preferido es el de fresa, que la empresa compra en El Alentejo. "Solo cuando no hay fresa en Portugal compramos la de nuestros hermanos españoles". Eso sí, aclara que son muy rigurosos en la selección de sus proveedores, ya que no adquieren excedentes sino únicamente lo mejor de cada cosecha.

Esta preocupación por la calidad ha permitido a Santini sortear la crisis. La prueba es que el año que viene la empresa invertirá dos millones de euros en la apertura de una fábrica tres veces más grande que la que ocupa actualmente en Cascais. "Esta ya nos está quedando pequeña", señala Fuertes. Además, es probable que inauguren una tienda más en Lisboa y otra en Carcavelos, donde estará ubicada la nueva planta. "Tenemos bastante trabajo. La crisis se nota poco, aunque el año que viene seguramente será peor porque van a empezar los recortes".

Heladería Santini, en Cascais.
Heladería Santini, en Cascais.

Donde de momento tampoco se siente la recesión es en Garrett, otra parada obligatoria de Cascais. El salón de esta pastelería debe su estilo inglés a los espías británicos que durante la Segunda Guerra Mundial solían reunirse en él para tomar el té de las cinco y que normalmente se hospedaban en el Hotel Palacio, ubicado justo enfrente.

También fue un lugar muy frecuentado por el conde de Barcelona y su familia durante el tiempo que residieron en Estoril. El bolo rei -un bizcocho de frutas confitadas muy parecido al roscón de Reyes- es su pastel más famoso, aunque Antonio Casaleiro Ramos, propietario del local desde 1998, asegura que el dulce favorito del entonces príncipe Juan Carlos era el claudino, un milhojas con merengue al medio.

Naturalmente, el viajero no puede marcharse de Estoril sin antes haber probado las queijadas y los travesseiros, los dulces típicos más emblemáticos de la región. Los entendidos dicen que los mejores son los de Piriquita, una centenaria pastelería ubicada en el casco antiguo de Sintra. Al frente de ella está Leonor Cunha, heredera de una tradición que empezó hace nada menos que cinco generaciones. "Aquí todo se hace a mano, incluyendo la mezcla de la masa", cuenta la patrona de la casa.

Las queijadas son unas tartitas hechas con queso fresco, huevos y canela, mientras que los travesseiros son unos pasteles de almendras con forma de almohada, de donde viene su nombre en portugués.

Leonor cumplirá 80 años el 24 de diciembre entrante, pero no teme que la tradición familiar acabe el día que se jubile. "Mi nieta se está preparando en la escuela de hostelería de Estoril para continuar el negocio", comenta con orgullo.

Guía para el viajero

QUÉ VISITAR. La región de Colares, a 7 kilómetros de Sintra, es famosa por sus viñedos, que a finales del siglo XIX fueron los únicos de Europa que resistieron la plaga de la filoxera. Fundada en 1808, la bodega Viúva Gomes es una de sus más ilustres exponentes. Telf. +351 219 290 903.

DÓNDE COMER. La oferta de restaurantes es grande y variada, pero por su vista excepcional al Atlántico, el salón del hotel Fortaleza do Guincho (reservations@guinchotel.pt) es el favorito de los turistas. Pruebe sus vieiras marinadas o su lomo de cordero asado.

DÓNDE DORMIR. Abierto en 1930, el Hotel Palacio ha acogido muchas bodas y fiestas privadas de la realeza europea.

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