El hombre de internet
Convenció a Steve Jobs de las ventajas de dar la exclusiva del iPhone a O2 en Reino Unido. La entrada en Quantenna es su primera operación al frente de Telefónica Digital
Key es la llave de Telefónica en el mundo de internet. El pasado mes de septiembre, la operadora presidida por César Alierta creó Telefónica Digital para canalizar sus inversiones en este campo y competir de tú a tú con los gigantes de internet. Al frente, Matthew Key, el joven ejecutivo que arrebató a Vodafone y Orange la exclusiva del iPhone para Europa. Esta semana anunciaba la primera operación de calado de esta nueva división. A través de su filial de capital riesgo, Venture Capital, Telefónica Digital y otras firmas como Sequoia Capital, Venrock o Sigma Partners, ha llegado a un acuerdo para tomar una participación en Quantenna Communications, una tecnológica especializada en wifi de alta calidad.
La compañía de Fremont (California) maneja una tecnología que permitirá el acceso a vídeo de alta definición en los hogares, especialmente en los servicios que requieran alta interactividad, una muy baja latencia y mucho ancho de banda. Los juegos en red, por ejemplo.
Pero la operación de Quantenna es realmente solo un paso más en una estrategia de calado. Todos los ojos de Telefónica están puestos en Key como tabla de salvación para situar a la operadora en el mundo de competencia del futuro. Mientras los directivos de las filiales operativas se afanan por ganarle el pulso a sus rivales de telecomunicaciones y conseguir más clientes que el de enfrente, el exjefe de O2 tiene en sus manos la responsabilidad de rivalizar con gigantes como Google o Apple. El reto no es pequeño: todas las operadoras han llegado tarde a una competición que no es netamente la suya. Doble responsabilidad.
El exjefe de O2 tiene en sus manos la responsabilidad de rivalizar con gigantes de internet como Google o Apple
El elegido para ello es una persona con marcada personalidad comercial y dedicada al cliente, en pura línea con la filosofía anglosajona en este campo que tanto contrasta con la más mediterránea. Frío y con las ideas muy claras, Key lleva años batallando en uno de los mercados más competitivos de Europa, Reino Unido, así que está bregado en tales lides.
Matthew Key, 48 años, dirige a 2.500 personas sin tocar un ordenador. Es un hombre iPad. "Realmente no tengo que escribir mucho", reconocía en una entrevista a un periódico británico el pasado mes de febrero. Y el dispositivo desarrollado por Apple le permite trabajar desde cualquier sitio.
Lejos quedan los tiempos en los que Key trabajaba en un garaje de Dartford buscando piezas de repuesto para coches. Había miles, cada una con su etiqueta correspondiente, y él tenía que ojearlas para descubrir si tenían el espejo retrovisor adecuado para un modelo de vehículo concreto. Hoy existe una aplicación para ese trabajo.
El máximo responsable de Telefónica Digital y miembro del comité ejecutivo del grupo estudió en la escuela de matemáticas sir Joseph Williamson, The math, como es popularmente conocida, en Rochester (Kent), y Económicas en la Universidad de Birmingham. En 1987 se incorporó como censor jurado de cuentas en Arthur Young. Trabajó duro en los departamentos financieros de empresas como Kingfisher, Coca-Cola, Schweppes y Grand Metropolitan antes de aterrizar en el sector de las telecomunicaciones. Era el final de los años noventa y la telefonía móvil empezaba a despegar. Se incorporó a Vodafone como director financiero en Reino Unido antes de fichar por la más joven y vigorosa O2 en 2002. Tres años más tarde, Telefónica compró O2, anteriormente en la órbita de BT, por 18.000 millones de libras, en ese momento la mayor adquisición en efectivo de las telecomunicaciones de la historia, y Key fue ascendido a consejero delegado de O2 Reino Unido. Entre tanto, se casó y tuvo tres hijos.
Sus días como jugador amateur de fútbol pasaron, pero su espíritu competitivo se mantiene intacto. No duda en lanzarse si existe una oportunidad. Creó una joint venture con la cadena de supermercados Tesco para poner en marcha su propio servicio de móvil. Luego vendría la operación de esponsorización del Millennium Dome, el mastodóntico edificio levantado como proyecto estrella de los actos de celebración del tercer milenio. Muchos pensaron que gastar 6 millones de libras al año en patrocinio era un riesgo. Con el logo de O2, se transformó en el espacio de entretenimiento más popular del mundo.
Pero su momento de gloria llegó cuando Peter Erskine, al que sucedió en noviembre de 2007 como consejero delegado de O2 para Europa, le envió a Cupertino (California) a negociar con el desaparecido jefe de Apple Steve Jobs la comercialización en exclusiva para Reino Unido del iPhone. La primera
vez que tuvo en las manos el dispositivo supo que era muy especial, que revolucionaría la industria del móvil. El acuerdo se cerró el sábado siguiente en Reino Unido, alrededor de unos sandwiches de Mark's & Spencer. Con todo, el iPhone, que no había salido a la venta, era una apuesta. Ahora que ya está disponible en todas las redes de telefonía móvil de Reino Unido, muchos clientes siguen asociando el iPhone con O2.
Quantenna es su última apuesta, pero promete más.