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Tecnócratas del euro para enderezar a Italia y Grecia

La presión cordinada de Bruselas, el BCE y los mercados financieros ha logrado desplazar del poder a dos políticos elegidos por el sufragio de la población, Berlusconi y Papandreu, y sustituirlos por dos tecnócratas de la maquinaria comunitaria para que no vuelvan las desviaciones que pongan en riesgo el proyecto de la moneda común. Lucas Papademos en Grecia y seguramente Mario Monti en Italia serán quienes apliquen los planes de reformas a la imagen y semejanza de Merkel, Sarkozy, Draghi y los mercados financieros.

Recuerdo que hace unos años, en una de las peleas políticas de alto nivel tan tradicionales en Francia, Nicolas Sarkozy echaba mano de los méritos que la proporcionaba el hecho de haberse sometido al sufragio de los franceses, frente a la ausencia de los mismos que presentaba Dominique de Villepen, hasta entonces un político de brillante carrera diplomática que nunca se había presentado a las elecciones. El choque a propósito de la búsqueda de un candidato para el despacho del Quai D'Orsay que dirigiese la doplomacia francesa bajo la presidencia de Jacques Chirac no terminó ahí, pues las acusaciones de corrupción a De Villepen continuaron hasta que fueron desechadas en los tribunbales.

Pero este comentario sólo viene a cuento de lo poco que ahora se ha acordado Nicolas Sarkozy de la legitimidad democrática para presionar a Atenas y Roma hasta lograr la caída de sus dos presidentes de Gobierno, por supuesto elegidos democráticamente. Los mercados financieros presionan duramente, pero necesitan aliados poderosos para lograr sus objetivos; actúan como si fuesen el brazo "armado" de los gobiernos francés y alemán para ejecutar sus designios.

Hasta ahora los mercados presionaban y lograban imponer determinadas reformas y recortes presupuestarios a los gobiernos. Es el caso de España, donde Zapatero tuvo que aplicar una serie de ajustes de gasto en mayo de 2010 que han condicionado su política económica posterior, y que han terminado por apartarlo de su deseada reelección en los comicios de la próxima semana. Y es el caso continuado de Portugal, Irlanda o Grecia. Pero esta semana se han cobrado dos víctimas sin esperar a que apliquen sus deseos: han logrado el cese de dos primeros ministros y han logrado colocar con gobiernos de unidad nacional, sin elecciones que medien, a dos tecnócratas para llevar adelante el programa euroepo en provincias.

Berlusconi será sustituido por Mario Monti, ex comisario europeo de reconocido prestigio, y Papandreu ya ha sido sustituido por Lucas Papademos, burócrata comunitario de la órbita del Banco Central Europeo, donde ha sido un respetado vicepresidente. Por tanto, estos dos países, que han puesto supuestamente a Europa y el euro contra las cuerdas, Grecia e Italia, Italia y Grecia, se someten a una gestión que no es otra cosa que una prolongación institucional de Bruselas y Francfurt para que no haya nuevas desviaciones de la doctrina. El barniz democrático que proporciona el sufragio parece importar cada vez menos.

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