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Columna
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Cinco millones de parados a fines de año

El paro es la magnitud macroeconómica que más preocupa a las familias españolas. Es una de las grandes tragedias para una persona quedarse en paro, sobre todo en los momentos actuales, en los que la reentrada en el mercado de trabajo es casi imposible.

El Gobierno tenía la esperanza que en el mes de septiembre se recuperase el mercado de trabajo y que el año terminara con más puestos de trabajo que el anterior. Un sueño más que no se ha cumplido, pues para conseguir un objetivo no basta con quererlo, es necesario tener las ideas claras y que se tomen las decisiones oportunas; pero ni ideas claras ni decisiones oportunas han sido identidades de este Gobierno. Así hemos llegado a finales de septiembre a un paro registrado de 4,23 millones de personas, con la perspectiva de que al terminar el año estemos cerca de los 5 millones.

El coste de la prestación por desempleo según el Presupuesto del corriente año, asciende a 30.474 millones de euros; cifra inferior en el 1,6% a la del Presupuesto inicial de 2010, ya que el número de parados al final de 2011 se estimaba en dicho Presupuesto que sería inferior al de 2010 en 150.000 desempleados.

Como la previsión de parados para el corriente año se acerca a los 5.000.000, se originará un déficit presupuestario en el crédito para desempleo de bastante importancia que se trasladará a déficit público, lo que dará lugar a un rebasamiento de la tasa global de déficit público fijada por la Comisión Europea del 6% del PIB.

El mayor incremento del paro en el mes de septiembre se debe, según el Ministerio de Trabajo, a la finalización de los contratos ligados a la temporada turística, la incorporación de los jóvenes al mercado laboral y a los ajustes realizados en los servicios públicos a consecuencia de la consolidación fiscal llevada a cabo para reducir el déficit público, de acuerdo con lo convenido con la Comisión Europea para que el déficit del conjunto de las Administraciones públicas no sobrepase al final del corriente año el 6% del PIB. A pesar de todas las reducciones efectuadas, pienso que será muy difícil no sobrepasar el límite de déficit señalado por la Comisión Europea.

De no cumplir el citado límite de déficit, surgirán problemas con la Comisión Europea, ya que esta ha adoptado una postura de mayor rigor ante los repetidos incumplimientos de las normas comunitarias por parte de los Estados miembros de la Unión.

La Comisión Europea ha advertido en diversas ocasiones que la estabilidad económica de la zona euro es fundamental para hacer posible el crecimiento, y más en una etapa de incertidumbre como la que estamos atravesando.

Los casos de Grecia, Irlanda y Portugal están presentes en la Comisión Europea y España está sometida a una vigilancia especial por encontrarse rondando desde hace tiempo los límites anuales de déficit que tiene señalados la Comisión para conseguir que en 2013 dicha magnitud esté por debajo del 3% del PIB. El Gobierno no debe perder el control sobre el déficit para conseguir que no nos incluyan en el bloque de Irlanda y Portugal, con la repercusión que tal decisión tendría en los mercados financieros. Es lo que nos faltaba para entrar nuevamente en recesión.

La evolución futura de la estabilidad económica de nuestro país va a depender fundamentalmente de la evolución futura del gasto en protección social y de la tasa de crecimiento del país. Los factores que explican el crecimiento de las prestaciones de la protección social son: el índice de precios de la protección, el factor demográfico, la tasa de cobertura y la prestación real media; en la prestación por desempleo es el factor demográfico, aumento del número de parados, el condicionante, como hemos visto con anterioridad.

Pero el aumento no surge por generación espontánea sino que es consecuencia en gran parte de la política económica del Gobierno. En la última crisis, en la que aún estamos inmersos, la falta de una política activa del Gobierno contra la crisis hizo que sus consecuencias incidieran más fuertemente sobre España que sobre el resto de países de la Unión, como lo demuestra que nuestra tasa de paro fuera el doble que la del resto de países de Europa.

José Barea. Catedrático emérito de la UAM

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