Santander retrasa hasta 2013 la salida a Bolsa de su filial británica
El Banco Santander no sacará su filial británica a Bolsa hasta 2013, según ha publicado Financial Times. El motivo, según el diario, es la norma que separa en Reino Unido banca comercial y de inversión.
El banco Santander del Reino Unido retrasará su salida a la Bolsa de Londres hasta el 2013 a raíz de la profunda reforma que afrontan los bancos británicos, revela hoy el periódico económico "Financial Times" (FT).
En un principio, la institución bancaria española tenía previsto colocar en el mercado de valores el 20 por ciento de sus operaciones -unos 3.000 millones de libras (unos 3.390 millones de euros)- en la segunda mitad de este año.
Sin embargo, las turbulencias en los mercados y la incertidumbre surgida por la reciente publicación de un informe sobre la reforma de la banca, con la que se quiere separar las operaciones de inversión y comercial de los bancos, ha obligado al Santander UK a retrasar su salida a bolsa hasta el 2013, dice el diario.
El contenido y alcance de la reforma, la mayor en la historia reciente, se detalla en un informe presentado el pasado lunes por la Comisión independiente para la banca (IBC, en inglés), instituida por el Gobierno en 2010 con el mandato de asegurar la viabilidad del sector a largo plazo y mejorar la competencia.
El Santander UK es el menos afectado por las recomendaciones contenidas en ese informe ya que no tiene una importante división de inversión, resalta el periódico británico.
Sin embargo, al menos algunas actividades del banco español -en torno al 5 o el 10 por ciento- quedan al margen de las actividades comerciales, añade el FT.
El pasado julio, el banco -formado en el Reino Unido tras la adquisición de varias entidades de crédito hipotecario- ya había adelantado que la incertidumbre en materia de regulación y la volatilidad de los mercados podían retrasar su salida al parqué de Londres hasta el año próximo.
La principal recomendación del informe divulgado el lunes es que, antes de 2019, las entidades deberán establecer un "anillo de protección" en torno a su negocio comercial (cuentas corrientes y de ahorro, hipotecas, préstamos a particulares y empresas, etc), que tendrá estatus legal propio y se gestionará de forma independiente a otras actividades más arriesgadas del banco, como las inversiones.
La Comisión también pide que la banca comercial tenga unas reservas de capital de calidad para afrontar posibles pérdidas de al menos el 10%, mientras que los grandes grupos bancarios deberían asegurar un fondo de absorción de entre el 17% y el 20%.