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El Ibex, en línea con el resto de Europa, cede un 3,41% con los bancos a la cabeza del rojo

Grecia asusta a las Bolsas, una vez más

Quiebra. Cada vez que esta palabra retumba en los tímpanos de los operadores las ventas se reproducen de forma compulsiva. Hoy ha vuelto a pasar. Los rumores sobre un inminente default griego sumado a las amenazas de Moody's y a las disensiones en el BCE han atenazado al parqué. El Ibex se ha sumado a la vorágine y ha cerrado con una caída del 3,41%.

Que un gran banco presente un plan "para acelerar su transformación" suele ser sinónimo de que la economía vive tiempos revueltos. Cuando uno no puede fiarse ni de las grandes entidades financieras, los cimientos que sustentan a las mismas suelen estar tambaleándose. Esto esta ocurriendo actualmente en Europa. Vuelven los rumores sobre una inminente quiebra de Grecia, vuelven las amenazas de Moody's, en definitiva vuelve a ponerse en tela de juicio la supervivencia del Euro.

La consecuencia de esta situación ha sido una nueva tormenta bursátil a la que solo ha podido poner algo de árnica las suaves pérdidas de Wall Street. Los parqués europeos se han despertado en caída libre, acentuándose la situación a medida que pasaba la mañana. En España, el Ibex se llegaba a dejar más de un 4%, cifras que superaban Francia o Alemania espoleados por un sector bancario en barrena. Solo EE UU ha conseguido rebajar la tensión al cierre de la sesión, aunque sin milagros. El parqué madrileño ha cerrado con unas perdidas del 3,4% para caer hasta los 7.640 puntos y marcar un nuevo mínimo anual, desconocido desde finales de marzo de 2009.

De todas maneras, si alguien ha sufrido hoy han sido los países centrales. Los inversores ya no temen a nadie, o mejor dicho temen a todo. Las dudas alcanzan al corazón de Europa y los principales índices de ambos países han terminado con caídas abultadas. Así, el Cac parisino se ha dejado un 4,03% mientras que el Dax, que ha llegado a tocar el 5%, ha cerrado con un descenso del 2,27%. Las disensiones germanas dentro del BCE en el caso de Alemania y la posible degradación de su gran banca en el caso galo, han sido los detonantes. El resto tampoco ha ido mucho mejor, por ejemplo Milán ha terminado cerrando con un castigo del 3,89%.

En el ingobernable mercado de la deuda las cosas tampoco han sido fáciles. La rentabilidad exigida a los bonos españoles a diez años ha subido con fuerza, lo que sumado a la disminución de los intereses abonados por el bund alemán, que cotiza en mínimos históricos, ha servido para llevar el diferencial nacional hasta los 357 puntos. En el caso de Italia el castigo ha sido todavía más acusado, con los títulos trasalpinos encaramados en los 382 enteros.

De vuelta a Madrid cabe señalar que todos los grandes valores del Ibex 35 han bajado. Más concretamente, el BBVA se ha dejado un 5,34%, registrando la tercera mayor caída de este índice, el Banco Santander ha perdido el 4,69 %, Telefónica el 3,75%, Iberdrola el 3,58% y Repsol el 2,37%. Un día más los operadores vuelven a irse a casa con el susto en el cuerpo, el probelñma será si siguen despertándose con él.

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