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Nueva crisis en la zona euro

Salgado descarta la recesión mientras Bruselas confirma el parón en la UE

Zapatero asegura que España puede "financiarse por sí misma" y niega un hipotético rescate financiero.

La posibilidad de que a la vuelta de la esquina aguarde una segunda recesión económica, como vaticina el FMI, cada vez gana más adeptos. Ello ha puesto en guardia a los líderes políticos europeos que aprovechan cada intervención para llamar a la calma. La vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, siguió ayer el discurso marcado por Bruselas y negó una caída del PIB. Es más, aseguró que la "recuperación está en curso" en la UE y en España.

Sin embargo, los datos de Eurostat no permiten albergar tanto optimismo ya que confirman el parón que sufrieron la mayoría de Estados miembros en el segundo trimestre. Así, mientras que en los primeros tres meses del año el PIB de la eurozona avanzó a un ritmo del 0,8%, entre abril y junio la economía se desaceleró hasta el 0,2%. El descenso se explica por los malos datos registrados por Alemania y Francia, las dos principales locomotoras de la zona euro. Alemania solo logró crecer un 0,1% en el segundo trimestre después de registrar en los tres primeros meses del año un incremento de su PIB del 1,3%. Francia, por su parte, se quedó totalmente estancada en el segundo trimestre.

El parón de ambos países afectó especialmente a España, que ha fiado buena parte de su destino económico a las exportaciones ante la atonía del consumo interno. En cualquier caso, España registró en el segundo trimestre una evolución positiva del PIB, que creció un 0,2%. Italia, por su parte, creció en el mismo periodo una décima más que España. Curiosamente, los dos países que más están penalizando los mercados internacionales lograron tasas de crecimiento superiores a Alemania, Francia o el Reino Unido.

La prima de riesgo, el diferencial entre el bono a 10 años español y alemán, se mueve en torno a los 334 puntos básicos, una situación que alienta nuevamente el runrún de que España precisará, como Grecia, Irlanda y Portugal del rescate financiero de la UE. "Un rescate está fuera de toda razonabilidad", declaró Salgado en Televisión Española. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, también aseguró desde Turquía que "España se va a financiar por sí misma".

Salgado, que descartó nuevas medidas de ajuste antes de las próximas elecciones de noviembre, advirtió que Grecia debe cumplir los compromisos adquiridos y reclamó que se apruebe cuanto antes lo pactado en la cumbre del Eurogrupo del pasado 21 de julio que, entre otras medidas, contemplaba la posibilidad de que los países de la eurozona puedan comprar deuda en los mercados secundarios. Las palabras de Salgado están en sintonía con la opinión del presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy y del Banco Central Europeo (BCE). Está previsto que el Congreso apruebe antes de disolverse el acuerdo del Eurogrupo.

El Gobierno español confía en que ello permita al Estado endeudarse a precios "más razonables". En cualquier caso, de momento, las tensiones en los mercados internacionales no cesan. Y si bien el epicentro de la crisis se encuentra en Grecia, los efectos se notan en toda la UE. Mientras las autoridades europeas recetan austeridad para salir de la crisis, cada vez más voces alertan que la obsesión por reducir el déficit fiscal puede resultar contraproducente en términos de crecimiento económico. "Si los Gobiernos se apegan a las políticas de ajuste fiscal y siguen recortando gasto público terminaremos en una recesión permanente. Eso es absolutamente inevitable porque no se puede crear crecimiento de la nada", defendió ayer el experto del organismo de la ONU para el Comercio y el Desarrollo, Heiner Flassbeck.

Banco Mundial. Zoellick admite la debilidad europea

El futuro económico de Estados Unidos se presenta mejor que el europeo. Al menos, así lo cree el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. "Creo que Estados Unidos registrará un lento crecimiento. No creo que vaya a caer en una segunda recesión, pero estos asuntos son muy difíciles de predecir porque hay eventos que desatan la incertidumbre en Europa y que podrían producir un reflujo hacia Estados Unidos", vaticinó.En cualquier caso, advirtió que el mundo se enfrenta a "un periodo peligroso" y especialmente "sensible para la UE". En este sentido, apuntó que el futuro de la eurozona dependerá de las decisiones que adopten sus líderes. Para Zoellick, Europa debe combatir la crisis con un aumento de la unidad y de la cooperación financiera.La opinión de Zoellick es compartida por el BCE y también por la Comisión Europea, sin embargo, los Estados miembros son más reticentes a perder soberanía en favor de la UE. Un ejemplo de ello es la postura de Finlandia, que reclamó garantías adicionales a Atenas para colaborar con el segundo rescate a Grecia. Otros países de la UE siguieron los pasos de Finlandia, lo que ha incrementado el recelo de los inversores internacionales hacia la economía helena.

Alemania. Berlín avisa a Grecia del coste de su rebelión

El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, advirtió ayer que Grecia no recibirá el segundo rescate de 109.000 millones de euros si no logra un dictamen positivo por parte de la misión de expertos de la Comisión Europea, del Banco Central Europeo (BCE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).El aviso de Schäuble se produce después de que el ministro de Economía griego, Evangelos Venizelos, asegurara el pasado viernes que su país incumplirá este año el objetivo de déficit. Además, subrayó que el Ejecutivo no aplicará más medidas de austeridad porque dañarían a la economía del país y agravarían la caída de los ingresos fiscales. Para los alemanes, cumplir con la senda de reducción del déficit no es negociable. "Esto se debe saber en Grecia. No existe margen alguno para la toma de decisiones", señaló Schäuble que, con esta frase, dejó claro que el Ejecutivo griego está atado de pies y manos.De hecho, el país heleno estuvo muy presente ayer durante la primera sesión del debate de los Presupuestos alemanes para el año 2012. Además del temor a una quiebra de Grecia, los alemanes están pendientes de una sentencia del Tribunal Constitucional sobre las ayudas al país heleno.

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