Rentabilidades bajo presión
La alta volatilidad de los mercados ha castigado con dureza los rendimientos de los fondos.
Cuando estamos cerca de cerrar el primer semestre del año, una de las cosas que más llama la atención de los inversores son las magras o directamente decepcionantes rentabilidades obtenidas por las carteras de inversión en general, tengan estas formato fondos de inversión, fondos hedge, Sicav, carteras privadas, etc. La escasa o nula dirección mostrada por los principales mercados financieros parece ser la culpable en buena parte de los pobres resultados o al menos no son pocos los gestores que se escudan en dicho argumento para justificar el comportamiento de sus vehículos de inversión.
En el caso de los fondos de inversión, si tomamos el conjunto de todos los fondos registrados a la venta en España, su rentabilidad media simple en euros en lo que llevamos de año (cierre 21 de junio) es de un -2,87%. Este relativamente elevado retorno negativo es debido en parte a la fortaleza del euro con respecto al dólar principalmente, lo que lleva a que fondos invertidos en activos en dólares o ligados al dólar sufran minusvalías por efecto del tipo de cambio. Sin embargo, un repaso breve de algunas de las principales categorías de fondos en el mercado español y en euros pone de manifiesto que el panorama de pobres rentabilidades es el denominador común.
Así, por ejemplo, los fondos de renta fija en euros, dependiendo de los diferentes plazos (corto, medio o largo) y sesgo geográfico, muestran rentabilidades medias que oscilan entre el 0,30% y el 0,80% en el acumulado del año. Los fondos mixtos flexibles en euros con vocación geográfica global se dejan de media un -1,87% y los fondos mixtos equilibrados y conservadores en euros registran un retorno negativo medio del -1,27% y -0,37%, respectivamente. Los guarismos para estos fondos mixtos mejoran si el área geográfica de inversión se limita a Europa, y especialmente a España, ya que a pesar de todo, el nuestro ha sido uno de los mercados con mejor comportamiento en lo que llevamos de 2011.
Moviéndonos a la renta variable los fondos de Bolsa europea se apuntan una minusvalía media del -1,43%, mientras que los fondos de Bolsa de la zona euro consiguen situarse ligeramente en positivo con un retorno medio del 0,7%. Las pérdidas se elevan si nos movemos fuera de Europa, con los fondos de Bolsa norteamericana y Bolsa emergente global con caídas medias del -4,56% y -10,35%.
Por último, los fondos de rentabilidad absoluta, que se han convertido en los más demandados por los inversores en este entorno de incertidumbre por su objetivo de proporcionar rentabilidades positivas en cualquier circunstancia de mercado, no se escapan de la pobre tónica general. La empresa de información y análisis de fondos, Lipper, los divide por divisa, clase de activo y nivel de riesgo. Tomando los que buscan maximizar su rentabilidad en euros y juntando todas las clases de activo, constatamos que para ninguno de los tres niveles de riesgo definidos (bajo, medio y alto) se observan rentabilidades medias positivas en el año. Los de bajo riesgo son los que mejor parados quedan relativamente, con una rentabilidad de básicamente 0%, mientras que los de medio y alto riesgo registran pérdidas medias de -0,64% y -1,19%.
El caso de los fondos hedge o de inversión libre es claramente más dramático, en el sentido de que las exigencias para un producto caro, exclusivo y donde se supone se encuentra la élite de la gestión, son mayores. Acorde al índice global general de HFR, que busca representar el comportamiento medio de toda la industria, el HFRX Global Hedge Fund Index, la rentabilidad media en dólares en el año se sitúa en el -2,74%. Tras un 2008 para olvidar (el peor de su historia y con abultadas minusvalías medias de dos dígitos) y un 2009 y un 2010 de recuperación poco espectacular, la industria se encuentra en presión máxima para volver a demostrar su bondad.
La cuestión que uno puede plantearse es si estos guarismos son en realidad tan pobres en un entorno de mercado ciertamente complicado y de tipos de interés oficiales de alrededor del 1%. Yo diría que de una calidad de gestión se debiera esperar y aspirar a retornos ligeramente positivos y, por tanto, algo superiores al panorama arriba mostrado. De hecho, hay un buen número de fondos y carteras de inversión que consiguen rentabilidades razonables en el año. Yo defiendo que rentabilidades positivas en el entorno del 1-2% en los primeros seis meses del año son más que interesantes, especialmente si estas se han conseguido con una baja volatilidad y con una amplia diversificación. Algunos podrán aducir que, con depósitos en el mercado con tasas de interés anuales en el entorno del 3-4%, estos se sitúan como mejor opción. Sin embargo, toda inversión tiene riesgos y el de solvencia es uno de los más serios. Así, si uno incorpora criterios como solvencia, diversificación o fiscales, no me cabe duda sobre la respuesta a la disyuntiva.
Juan Manuel Vicente Casadevall, EAFI Kessler & Casadevall Asesoramiento Financiero
Diversificar activos y estrategias
La diversificación a través de la combinación de numerosas clases de activo y estrategias poco correlacionadas es un arte y garantía de comportamientos estables si está bien implementada.A cambio de la mencionada estabilidad, una elevada diversificación lleva aparejada una limitación en cuanto al grado de rentabilidad que el inversor puede alcanzar. Este es el precio que los inversores deben pagar (y conocer, por supuesto) por obtener dicha estabilidad y baja variabilidad.Una mayoría de inversores se sitúan dentro de los parámetros de estas carteras diversificadas. Los inversores que buscan atajos suelen pagar un alto precio.